Podrá adelantar las de este año. Las de los siguientes ya no.
A estos puñeteros carlistas del PNV que pactan con dios y con el diablo los emplumaría 30 años en un presidio militar. Lo que no puede ni debe admitirse es que personas que ocupan su puesto en representación del Estado sean tan desleales con éste: es una de traición en toda la regla.
Dicho de otra forma: si el leyendakari de leyenda Mamarratxe quiere jugar a luchar contra el estado español, que abandone todos sus cargos primero; que su partido deje todas las Instituciones en que debe servir a España (debe no en el sentido metafísico sino en el sentido más literal: en que está obligado a servir a España); que se eche al monte como han hecho en otras ocasiones, con su propio ejército y su propia bandera. Que tenga un par de huevones de declarar la independencia y de luchar por ella; y que deje de hacer el iluso y de tomarnos a los demás por fulastres.
Yo nunca he negado el derecho a la independencia (la fruta cosa esa de la autodeterminación, eufemismo propio de niñatos, no hay quien la trague; y nada me joroba más que tener que discutir con las izquierdas sobre el sesso de los ángeles, máxime cuando todos sabemos que llevan túnica para disimular que les llega hasta las rodillas) siempre y cuando se exija y se defienda con lealtad: abiertamente, con unas reglas del juego claras y con plena consciencia de las consecuencias. Mamarratxe no da la talla. Sus arrapiezos terroristas tampoco.
