Israel Gracia
Madmaxista
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CambioHungriasessotras*exuales
Viktor Orbán
El Parlamento húngaro ha aprobado este martes una ley que impide modificar el sesso con el que los ciudadanos aparecen identificados en los documentos oficiales, bloqueando así el reconocimiento legal del cambio de sesso, en una medida que afecta a unas 30.000 personas tras* en el país.
El cambio legal, impulsado por el Gobierno húngaro, ha sido aprobado gracias a la mayoría absoluta de que dispone el Fidesz, el partido del primer ministro Viktor Orbán. La ley determina que en los documentos oficiales debe registrarse el sesso biológico, determinado por los cromosomas, y que ese dato no puede ser modificado nunca.
Organizaciones europeas de defensa de los derechos de las personas de la comunidad LGBTI (lesbianas, gays, tras*exuales, bisexuales e intersexuales), como ILGA-Europe y tras*gender Europe habían pedido que se retirara la propuesta al entender que aumentará la «discriminación y violencia» que sufren las personas tras*exuales.
También habían protestado la comisaría de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatovic; el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, y diversas ONG y partidos de la oposición húngaros.
Las críticas se centran en que la nueva legislación dificultará la vida de mucha gente, que tendrán que explicar las contradicciones entre sus documentos y su identidad o que, por ejemplo, serán hospitalizadas en alas que no corresponden con su identidad sensual. El Gobierno de Orbán afirma que, pese al cambio legal, las personas tras* podrán vivir su vida y expresar su identidad tal como lo han hecho hasta ahora.
La Sociedad Háttér, de defensa de los derechos LGBTI, ha denunciado que se trata de una ley inconstitucional y que pedirá al presidente que no firme la ley y la recurra ante el Tribunal Constitucional. Aseguran también que contradice la normativa internacional en derechos humanos. Amnistía Internacional ha calificado la reforma de «escandalosa» y ha denunciado que «empuja a Hungría de vuelta a la Edad Media».
CambioHungriasessotras*exuales
Viktor Orbán
El Parlamento húngaro ha aprobado este martes una ley que impide modificar el sesso con el que los ciudadanos aparecen identificados en los documentos oficiales, bloqueando así el reconocimiento legal del cambio de sesso, en una medida que afecta a unas 30.000 personas tras* en el país.
El cambio legal, impulsado por el Gobierno húngaro, ha sido aprobado gracias a la mayoría absoluta de que dispone el Fidesz, el partido del primer ministro Viktor Orbán. La ley determina que en los documentos oficiales debe registrarse el sesso biológico, determinado por los cromosomas, y que ese dato no puede ser modificado nunca.
Organizaciones europeas de defensa de los derechos de las personas de la comunidad LGBTI (lesbianas, gays, tras*exuales, bisexuales e intersexuales), como ILGA-Europe y tras*gender Europe habían pedido que se retirara la propuesta al entender que aumentará la «discriminación y violencia» que sufren las personas tras*exuales.
También habían protestado la comisaría de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatovic; el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, y diversas ONG y partidos de la oposición húngaros.
Las críticas se centran en que la nueva legislación dificultará la vida de mucha gente, que tendrán que explicar las contradicciones entre sus documentos y su identidad o que, por ejemplo, serán hospitalizadas en alas que no corresponden con su identidad sensual. El Gobierno de Orbán afirma que, pese al cambio legal, las personas tras* podrán vivir su vida y expresar su identidad tal como lo han hecho hasta ahora.
La Sociedad Háttér, de defensa de los derechos LGBTI, ha denunciado que se trata de una ley inconstitucional y que pedirá al presidente que no firme la ley y la recurra ante el Tribunal Constitucional. Aseguran también que contradice la normativa internacional en derechos humanos. Amnistía Internacional ha calificado la reforma de «escandalosa» y ha denunciado que «empuja a Hungría de vuelta a la Edad Media».