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Un hostelero y un taxista posan con un retrato de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
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'Santa Isabel' Ayuso, los hosteleros y taxistas aplauden ser medicados antes: "Ya tiene mi voto"
La presidenta sugirió este lunes que algunos servicios debían tener prioridad en el calendario de banderillación. Hasta en el PP hay diferencias de opinión.
3 febrero, 2021 02:50
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Jaime Susanna @jaimesusanna
Isabel Díaz Ayuso sigue copando titulares. No hay medida o palabra de la presidenta de la Comunidad de Madrid que no traiga su eco en los medios de comunicación y, por tanto, en la opinión pública. Lo que dice y hace Ayuso importa a los madrileños y despierta tantos rechazos como aplausos. La última medida que baraja el ejecutivo autonómico es que determinados trabajadores de servicios públicos sean prioritarios a la hora de recibir la banderilla contra la el bichito-19.
“Hemos analizado la posibilidad de, con la banderillación masiva, agilizarla en sectores altamente expuestos: profesores, taxistas, cajeros de supermercados, camareros...”, escribió Ayuso en Twitter este mismo lunes tras reunirse con representantes de la hostelería. “Pero lo primero es tener banderillas y para los más vulnerables”, añadió.
Esta declaración de intenciones ha sido recibida de forma dispar en la calle. EL ESPAÑOL ha recorrido algunos bares y varias paradas de taxis de la capital para ver qué opinan estos profesionales sobre Ayuso y sus medidas. Hay quien la rechaza de plano y que la tacha de incompetente para arriba; y los hay que, en cambio, votarían por ella si mañana hubiera elecciones autonómicas. Estos últimos, los isabelinos, admiran tanto a la presidenta que no dudan en retratarse con ella.
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El bulevar de las terrazas
La calle Alcalde Saínz de Baranda se caracteriza por tener un amplio bulevar repleto de terrazas. Desde este lunes tienen su aforo ampliado. La presidenta cambió el número de comensales que puede haber en una terraza: vuelven a ser seis personas. También, la recomendación de llevar mascarilla dentro de un local ha pasado a ser obligación, salvo para beber o comer.
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Esta noticia ha sido recibida con alegría en el bulevar de las terrazas, próximo al Retiro. Igual que la noticia de que Ayuso pretende que los hosteleros tengan prioridad a la hora de ser medicados. “Mientras que los sanitarios y toda la gente que está dando su vida por nosotros esté banderillada, a mí me parece bien”, opina Francisco Sánchez, dueño del Bar Chunda, tras la barra de su establecimiento y ataviado con una mascarilla con la bandera de España.
Francisco Sánchez, dueño del bar Chunda. J.S.
“Somos un servicio público y estamos aquí dando la cara, así que me parece bien”, considera el hostelero. Mientras responde a estas preguntas, tiene la terraza totalmente vacía y solo un par de clientes dentro. Es normal, son las cuatro de la tarde de un martes gris. No es momento de terraza. ¿Su bar va a aguantar el chaparrón de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo? “Hombre, vamos a intentarlo”.
Sobre la gestión de Ayuso, la opinión de Francisco no ha sido uniforme: “Empezó no gustándome pero ahora me parece que es una chica que lo está dando todo por el pueblo. Tanto ella como el alcalde me parecen muy buenos. Mi voto lo tienen”.
La opinión de Simón
Esa opinión no parece compartirla el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón. "No sé si tengo que opinar sobre eso", comentó de manera jocosa en rueda de prensa sobre las declaraciones de Ayuso y su posible plan para banderillar antes a hosteleros, taxistas, cajeros o profesores.
El comentario del portavoz del Ministerio de Sanidad en la lucha contra el cobi19 llegó en una rueda de prensa en la que defendió que las banderillas "hay que ponérselas a alguien que esté por ahí" cuando se da el caso de que "llega el fin del día de trabajo y sobra una o dos banderillas en un recipiente" ya que "no las vamos a tirar".
Pero las promesas de Ayuso fueron más allá de las banderillas. La presidenta se ha comprometido a volver a retrasar el toque de queda, en cuanto se pueda y los datos de incidencia mejoren, a las doce de la noche. Los grandes beneficiados de esta medida serán el sector de la restauración y de la cultura.
Actualmente en Madrid, y como mínimo hasta el 8 de febrero, todos los comercios y establecimientos de hostelería deben cerrar a las 21 horas y el toque de queda comienza a las 22.
“En Madrid hacemos todo lo que está en nuestras manos para mantener abierta nuestra hostelería y nuestra cultura a pesar de los pulsos políticos que nos llegan desde todas las instituciones”, ha recalcado Ayuso, en su enésimo pulso contra el Gobierno de Sánchez y la gestión de otras autonomías.
Los taxis, divididos
Pasan unas horas del mediodía de este martes. La salida del AVE de Atocha está a explotar de taxis, como resulta habitual. Un corrillo de cinco taxistas fuma y charla a la espera de clientes que salgan de la estación. Aquí la opinión no es tan favorable a Ayuso como lo es en Sainz de Baranda. En Madrid hay cerca de 15.000 taxis. Por tanto, hay de todo, como en todas partes.
“Me parece muy bien que nos priorice porque somos un servicio público”, opina uno. “Su gestión ha sido muy mala”, salta otro. “Yo prefiero no hablar de política porque me tienen todos hartos”, opina un tercero con visible cara de hastío.
Pero es que en el sector del taxi llueve sobre mojado. No es solo la esa época en el 2020 de la que yo le hablo, de fondo también está la eterna lucha que los taxis mantienen contra los vehículos de tras*porte concertado (VTC), de empresas como Uber y Cabify. “Ayuso está a favor de los VTC”, zanja uno. Por eso las simpatías por la presidenta autonómica en este sector son menores que en otros.
Eduardo sí la defiende. Este taxista fuma plácidamente mientras espera en la parada de taxis que hay frente a la fuente de Neptuno y alaba ante el periodista que Ayuso dé prioridad a los taxistas en la banderillación. “Me parece estupendo porque también estamos en contacto con las personas. A las personas hay que llevarlas y traerlas, no solo están los sanitarios, que aquí parece que los sanitarios son los únicos. Pues no. También están las cajeras del supermercado, los farmacéuticos, los taxistas, los conductores de autobuses…. Todo”.
“Ya no miro por los taxis. El sector va a seguir igual, vacunen o no vacunen. Aquí lo que importa es la población. Si salvamos a la población, muchos sectores se salvarán”. Eduardo asegura que votaría por Isabel Díaz Ayuso si hubiera elecciones mañana, sin embargo, prefiere no ser retratado junto a ella.
También Pepe, un taxista que espera en la calle Goya, votará por Ayuso y no quiere fotografiarse con la presidenta. Su colega de oficio Carlos, en cambio, no la puede ni ver. “Aquí cada uno somos de nuestro padre y nuestra progenitora”, resume el taxista entre carcajadas. “jorobar, este es el único país del mundo donde se quejan porque han hecho un hospital”, opina Pepe. Se refiere al denostado hospital Isabel Zendal, la medida estrella de Ayuso en la lucha contra la esa época en el 2020 de la que yo le hablo. Un centro no exento de polémica, como se ha podido ver en muchos titulares.
Para encontrar a un taxista que quiera retratarse con Ayuso hay que bajar varios números de la calle Goya, hasta la esquina con Velázquez. Allí, Miguel, el primero de la fila de en su parada accede gustosamente a retratarse con la presidenta.
“Yo al principio fui de los primeros que la puso a parir. Pero luego hay que reconocer que, dentro de lo que cabe, no está cerrando todo, como en otras comunidades. Creo que ahora lo está haciendo bien”, opina el conductor.
Miguel posa con la imagen de Ayuso. J.S.
—¿Se ha ganado Isabel Díaz Ayuso su voto?
—Entre ella y lo que tenemos en la izquierda, la prefiero a ella, sí.
Miguel ve con buenos ojos que quiera dar prioridad a los taxistas, pero también tiene claro que el calendario de banderillación no va a cumplirse a rajatabla. “En teoría, a los servicios públicos nos banderillaban en junio. Pero me da a mí que, a este paso, va a ser en junio del año que viene”.
La disidencia de Feijóo
De vuelta a Sainz de Baranda, la opinión favorable de Ayuso se puede recoger en varios bares: en El Ratón Vaquero, en El encanto del Retiro o en el bar d'Lonxe. Jose, el dueño de este último, tampoco duda en fotografiarse con la presidenta de la Comunidad, que despierta en él más simpatías que quien gobierna en su Galicia natal: Alberto Núñez Feijóo.
“Este es un momento muy complicado. Da igual que seas de derechas o izquierdas”, reflexiona el hombre con su marcado acento gallego. “La gestión de Ayuso me parece que estuvo acertada. Gestionó la autonomía de otra manera. A lo mejor otras autonomías como Galicia lo han hecho peor. Yo soy gallego y Feijóo me defraudó un poco”.
Jose posa con el retrato de la presidenta. J.S.
El domingo, Feijóo expresó su sorpresa porque Madrid mantenga abierta la hostelería, e que incluso quiera ampliar sus horarios cuanto antes. “Madrid ha optado por una decisión por la que yo no me sentiría responsable si la tuviese que aplicar en Galicia y, por tanto, he optado por otra”, dijo en una entrevista en La Voz de Galicia.
"Yo respeto las declaraciones del presidente", dijo Ayuso en referencia al líder de la Xunta. "Lo he hecho siempre, así como el trabajo que realizan las comunidades autónomas, la suya la primera”.
—Jose, ¿qué le parece que Ayuso quiera dar prioridad a algunos servicios a la hora de banderillarse?
—Me parece bien. Al fin y al cabo estamos tratando con gente. La hostelería no es tan perjudicial. Mira a Cataluña que cerró la hostelería y cada vez tiene más contagios. Hay que banderillar a la gente que trata con gente.
El dueño del d'Lonxe tiene la terraza y el bar desiertos. Lleva dos años abierto, aunque lleva en Madrid desde 1989. En la muñeca derecha, luce una pulsera con el emblema de la Guardia Civil sobre la bandera nacional. Tras un rato de cháchara con este periodista concluye: “Mi voto es de Ayuso”. Guarda un pequeño silencio y cambia las tornas en la conversación: “¿Y tú, a quién votas? ¿Eres de izquierdas o de derechas?”. Las carcajadas inundan el pequeño local.