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Será en Octubre
Mucho turista en las Rías Baixas, pero bajón en el consumo: «Antes de sentarse miran en todas las terrazas a ver en qué sitio está más barata la tortilla»
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Arbey Salazar, con las cartas de precio de su tapería, en la calle Chiruca. MARTA REGUERA
Hosteleros de Pontevedra describen un verano de extremos: «Os estranxeiros manexan pasta, o turismo nacional non»
21 jul 2024. Actualizado a las 05:00 h.Comentar · 40
La esa época en el 2020 de la que yo le hablo del el bichito-19 nos dejó muchas herencias. Entre ellas, darnos cuenta de que poder viajar libremente es un gran placer. Así que nos lanzamos a ello, tal y como se refleja en las estadísticas de turismo. El problema es que, con la inflación por las nubes, las facturas dando continuos sustos y la proliferación de nuestras salidas el dinero para gastar en alojamientos y hostelería es menos. O eso percibe el sector en Pontevedra, donde los bares resumen así lo que sucede este verano: «Hay mucho turista, porque al no estar un tiempo de playa muy bueno vienen a la ciudad, pero consumen menos». ¿Todos gastan por debajo de lo habitual? No. Lo resume así el cocinero y empresario Iñaki Bretal, que tiene tanto un restaurante con Estrella Michelín como una tapería en la céntrica plaza de la Leña, habla de un verano de extremos, y cuenta algo excepcional: «Os estranxeiros que veñen manexan pasta e o turismo nacional menos. Sorpréndennos o consumo que fan moitos peregrinos de fóra».
La calle San Julián es uno de los grandes termómetros hosteleros de la zona monumental de Pontevedra. No hay portal sin tapería y, además como es una línea recta, se pueden ver todas de un plumazo. Eso hacen, al parecer, muchos turistas. Lo cuenta Arbey Salazar con un descomunal acento venezolano pese a llevar media vida ya en Galicia. Él y su socia, Bea Araújo, tienen dos locales de restauración en esa zona pontevedresa, el Chiruca y el Espuela, y uno más en Combarro. Y, aunque están contentos con cómo va el verano, sí notan que la clientela cada vez repara más en los precios: «Ves a gente que recorre la calle varias veces mirando las cartas de precios y comentándolas en voz alta. Antes de sentarse miran en todas las terrazas a ver en qué sitio están más baratos los calamares o la tortilla. Pasa más en Pontevedra que en Combarro, o esa es nuestra impresión», indica.
«No polbo non escatiman»
En la misma calle trabaja Félix Caeiro, que lleva 34 años regentando una taberna con su mismo nombre. Él también vivió tiempos de más abundancia en las comandas: «Ás veces pasa que piden dúas racións para catro. Pero aquí teñen a sorte que son bastante grandes. O curioso é que no polbo non escatiman... gústalles tanto que iso pídeno si ou si».
En la plaza de la Leña, donde a media mañana el montaje de las mesas en las terrazas es frenético, ya que es uno de los corazones del tapeo de Pontevedra, el cocinero y empresario Iñaki Bretal insiste en la misma idea: «Hai xente que consume menos e xente que vén coa idea de comer ben sen mirar prezos. A min sorpréndeme cando falan de que os peregrinos non deixan cartos nas cidades... cada vez hai máis peregrinos de hotel que veñen a cear e que gastan cartos. Certo é que a maioría son de fóra, de Andorra para arriba», dice entre risas.
En la calle Fernández Villaverde, tocando con la plaza de Méndez Núñez, otra zona cero de la hostelería de Pontevedra, trabaja desde hace un año Isabel Reboredo. Regenta el Marco Gastrobar, que tiene como reclamo una especie de bocatas llamados pañuelos que hacen las delicias del público. Ella está contenta de cómo responde la clientela este verano. Pero, dado que tuvo experiencia anterior con otro local con el mismo nombre, también puede comparar el consumo de antes y el de ahora, y señala: «A veces una ensalada se comparte para tres personas. O pasa que vienen los padres y piden ellos y a los niños les traen pizza de algún puesto. No te enfadas, lógicamente, pero creo que es un síntoma de que viajamos más pero no queremos gastar tanto. Eso pasa más con el turismo nacional que con el de fuera».
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