Ocurre en todos, aunque a mí lo que más me molesta es pasar horas y horas esperando por la noche en urgencias mientras sabes que hay personal DURMIENDO.
Si tienen guardias con horarios demasiado extensos ese no es nuestro problema, que les cambien los turnos y pasen a ser de 8 horas.
Y luego está lo de la llegada de borrachos y accidentados haciendo el bestia, que como llegan tan mal son prioritarios y dejan de lado a los otros. Ir a urgencias un sábado por la noche es tener cada poco la llegada de esa gente que retrasa a los que ya llevan horas allí. La mayoría eran niñatos de unos 20 años con pinta de canis pelobrócoli , salvo uno de unos 30 años que iba tan drojado y bebido al provocar un accidente que tuvo que ir la policía a retenerlo porque se quería ir incluso estando herido (y causó un muerto).
Y no leen ni lo que anotan entre ellos. Ingresan a un paciente, los familiares avisan sobre x temas de medicación y otras cosas del paciente y luego no hacen ni fruto caso, le dan la medicación que no deben, etc...
Mención aparte merece el tema de compartir habitación, menuda pesadilla.
Me he pasado más de una semana yendo a acompañar a una familiar y ha sido una tortura para mí: al lado había una anciana medio sorda, con la tele a tope y que volvía a subirla si se la bajabas. Además es de las que tienen discinesia en la boca y no para de hacer movimientos y ruidos . Cuando comía esa señora ...peor aún, todo un espectáculo para la vista y los oídos (bueno, muchos ancianos dan auténtica grima al comer porque les encaja mal la dentadura o porque simplemente comen con la boca abierta por falta de educación, como también hacen muchos jóvenes)
Por si eso eso de los ruidos fuera poco, iban apareciendo familiares como el marido que no dejaba de urgarse con los dedos y la lengua la dentadura postiza y hacer ruidos al pasarse la lengua entre los dientes, el sobrino o no se quién que olía a sudor, o los varios familiares que llegaban apestando a tabaco toda su ropa y el aliento. (Entrando como mucho de dos en dos, eso sí, que por suerte no nos tocó con una familia "étnica" o habría sido el colmo).
Lo de compartir habitación en hospitales y residencias me parece espantoso, y no solo por la falta de intimidad.