Heteropatriarca
Madmaxista
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Andreu Camps, secretario general de la RFEF no quiso serigrafiar sus nombres en las camisetas con la excusa de que era muy caro. Esta chorrada es una agresión machista para el hembro que escribe esta cosa en El Confidencial.
El machista detalle de Camps que no olvidan las futbolistas que ahora piden su cabeza
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Por Kike Marín
A diferencia de hace un año, ahora ya no son 15, sino 39 las futbolistas amotinadas en la Selección española femenina, entre ellas 21 de las 23 campeonas del mundo, sin olvidarnos nunca de las siete que aguantaron hasta el final y también ganaron ese Mundial. Por más que haya quien siga sin entender su postura, incluso después de todo lo sucedido precisamente en Australia. Y aunque a la madridista Athenea del Castillo, una de las dos jugadoras que a última hora se echaron atrás, no le falte razón cuando dice que "las jugadoras no podemos ejecutar esos cambios que estamos pidiendo, porque no somos las designadas para ello".
Además de un gesto con un claro tinte machista, el agravio comparativo hacia la Selección femenina era tan evidente que incluso Rubiales le desautorizó y desde el Gabinete de Presidencia se dio el visto bueno para que las camisetas de las jugadoras fueran personalizadas con sus nombres. Un pequeño gesto que para las futbolistas suponía un gran paso. Y es que esto es lo que piden las futbolistas, "un lugar seguro, donde se respete a las mujeres y se apueste por el fútbol femenino".
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"Un lugar seguro", una tontería copiada de la ideología pogre de EE.UU. Se nota que el sindicato feminista de estas futbolistas está al tanto de las últimas modas que deben seguir si quieren obtener dinero público. La única solución para que ellas tengan un lugar seguro y que tengan el 100% de la recaudación generada por su deporte es separar totalmente la federación masculina y la femenina. Con la seguridad y el dinero generado por ellas por un lado y con la ausencia de escándalos y parásitas para ellos todos contentos ¿o no?
El machista detalle de Camps que no olvidan las futbolistas que ahora piden su cabeza
Por Kike Marín
A diferencia de hace un año, ahora ya no son 15, sino 39 las futbolistas amotinadas en la Selección española femenina, entre ellas 21 de las 23 campeonas del mundo, sin olvidarnos nunca de las siete que aguantaron hasta el final y también ganaron ese Mundial. Por más que haya quien siga sin entender su postura, incluso después de todo lo sucedido precisamente en Australia. Y aunque a la madridista Athenea del Castillo, una de las dos jugadoras que a última hora se echaron atrás, no le falte razón cuando dice que "las jugadoras no podemos ejecutar esos cambios que estamos pidiendo, porque no somos las designadas para ello".
Además de un gesto con un claro tinte machista, el agravio comparativo hacia la Selección femenina era tan evidente que incluso Rubiales le desautorizó y desde el Gabinete de Presidencia se dio el visto bueno para que las camisetas de las jugadoras fueran personalizadas con sus nombres. Un pequeño gesto que para las futbolistas suponía un gran paso. Y es que esto es lo que piden las futbolistas, "un lugar seguro, donde se respete a las mujeres y se apueste por el fútbol femenino".
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"Un lugar seguro", una tontería copiada de la ideología pogre de EE.UU. Se nota que el sindicato feminista de estas futbolistas está al tanto de las últimas modas que deben seguir si quieren obtener dinero público. La única solución para que ellas tengan un lugar seguro y que tengan el 100% de la recaudación generada por su deporte es separar totalmente la federación masculina y la femenina. Con la seguridad y el dinero generado por ellas por un lado y con la ausencia de escándalos y parásitas para ellos todos contentos ¿o no?
