Claro que estaba en contra del individualismo. El tipo se definía como nacionalista y socialista; ha sido una obra maestra de la izquierda intelectual el convencernos de que este tipo era de derechas. Que no, que no. Lo suyo es "izquierda social".
Otrosí: los amigos del estado siempre nos hablan de educación y sanidad, y no recuerdan otros elementos fundamentales del estado moderno: los campos de concentración y el arma atómica. Sin el estado expansible del siglo XX, estas atrocidades no hubieran sido posibles
Todos los radicalismos tienen un punto en común. Independientemente del vestido que usen para enmascarar su objetivo, el objetivo es el control y el poder. Se puede usar un poder político dictatorial para aplastar las libertades igual que se puede usar un poder económico fuera de control para imponerlo.
Si algo debemos aprender de Goebbels es que existen más métodos de control que la fuerza bruta. Se puede controlar mediante el fanatismo, mediante los medios de "información", mediante las emociones como el miedo y el repruebo...
Y el capitalismo también nos ha enseñado que se puede obtener poder y control mediante el dinero. El dinero compra los medios de información, que fomentan el fanatismo, controlan las emiciones sobornan los poderes públicos, quitan oportunidades a quienes quiere controlar.
Cuidado con los fanatismos y las falsas dicotomías.
O la individualidad o el colectivismo.
El ser humano, individual, se desarrolla en el colectivo. Desde la familia a la sociedad.
Un hombre que vive por y para sí mismo, es un egocéntrico déspota con los demás.
Un hombre sumiso a un ente colectivo, se convierte en un robot a las órdenes de quienes controlen el colectivo. La voz del colectivo se convierte en la voz de su minoría controladora.
El modelo que debemos perseguir requiere el equilibrio. Requiere un individuo libre, capaz de aportar sus ideas y puntos de vista al colectivo, de desarrollarse en su ámbito privado sin restricciones.
Pero también debe ser consciente de la realidad que le rodea. Debe cooperar y ser generoso dentro de lo posible. Debe entender que vive en un mundo limitado donde debe coger solo lo que necesite, y preocuparse de reponerlo en cuanto pueda, aportando incluso más, para ser poder ofrecer a las futuras generaciones un mundo mejor.
Debe participar en el colectivo, y entender que a veces eso requiere sacrificios. Hoy por tí, mañana por mí. Hoy te sacrificas por los demás, quizás otro día necesitas su ayuda.
El mundo "egoista" no es la respuesta.