DERROICION_OCCIDENTAL
Himbersor
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Los doctorandos son increíbles. Conozco a varios y siempre me sorprenden. Por ello he decidido abrir un especial sobre doctorandos.
En este caso traigo la historia de un amigo. Doctorando sin beca, como la mayoría, hacia el doctorado en su pueblo castellano natal. De vez en cuando viajaba a madrid para reunirse con el tutor, pero esporádicamente. Casi todo era vía mail y videoconferencia.
En esto que a nuestro querido doctorando se le hace pequeño el pueblo, y convence a los padres para que le alquilen un piso en Madrid, ya que así podría “estar en un mejor contacto con la comunidad científica y la ciencia, hacer networking, salir de la zona de confort, etc”. Los padres se tragan el cuento y le alquilan un piso de 550€/mensuales.
El tío llega a madrid. Al principio va a conferencias relacionadas con su doctorando. Pronto advierte que en verdad no aprende nada que no podría haber aprendido leyendo cualquier libro sobre la materia. Además, intenta hacer networking en estas conferencias pero se da cuenta de que muchos de los que van son profesores o gente del mundillo que ya se conoce entre sí y no parece estar dispuesta a aceptar nuevos miembros. Desilusionado, deja de asistir a las conferencias de la “comunidad científica”. Llega a decir que son poco más que reuniones de amigos en las que se juntan para ganar pasta y luego juntarse a echarse unas cervezas. Otros tantos parece que solo van a cumplir u obligados de algún modo. Llegan, escuchan y rápidamente se van.
Las reuniones con el tutor del doctorado siguen siento online la mayoría de las veces.Desde luego no tiene sentido pagar un piso para las reuniones presenciales esporádicas que a veces hacen.
El chaval no conoce a nadie y los intentos de acercarse a la “comunidad científica” y hacer networking fracasan. Así que para no estar encerrado en el piso va todos los días a la biblioteca… a leer papers y libros que podría haber leído perfectamente en su casa castellana natal. Siente que todo es una inmensa estafa.
Para más inri, no conoce a nadie y cada dos findes baja a su pueblo castellano natal a juntarse con sus amigos.
En este caso traigo la historia de un amigo. Doctorando sin beca, como la mayoría, hacia el doctorado en su pueblo castellano natal. De vez en cuando viajaba a madrid para reunirse con el tutor, pero esporádicamente. Casi todo era vía mail y videoconferencia.
En esto que a nuestro querido doctorando se le hace pequeño el pueblo, y convence a los padres para que le alquilen un piso en Madrid, ya que así podría “estar en un mejor contacto con la comunidad científica y la ciencia, hacer networking, salir de la zona de confort, etc”. Los padres se tragan el cuento y le alquilan un piso de 550€/mensuales.
El tío llega a madrid. Al principio va a conferencias relacionadas con su doctorando. Pronto advierte que en verdad no aprende nada que no podría haber aprendido leyendo cualquier libro sobre la materia. Además, intenta hacer networking en estas conferencias pero se da cuenta de que muchos de los que van son profesores o gente del mundillo que ya se conoce entre sí y no parece estar dispuesta a aceptar nuevos miembros. Desilusionado, deja de asistir a las conferencias de la “comunidad científica”. Llega a decir que son poco más que reuniones de amigos en las que se juntan para ganar pasta y luego juntarse a echarse unas cervezas. Otros tantos parece que solo van a cumplir u obligados de algún modo. Llegan, escuchan y rápidamente se van.
Las reuniones con el tutor del doctorado siguen siento online la mayoría de las veces.Desde luego no tiene sentido pagar un piso para las reuniones presenciales esporádicas que a veces hacen.
El chaval no conoce a nadie y los intentos de acercarse a la “comunidad científica” y hacer networking fracasan. Así que para no estar encerrado en el piso va todos los días a la biblioteca… a leer papers y libros que podría haber leído perfectamente en su casa castellana natal. Siente que todo es una inmensa estafa.
Para más inri, no conoce a nadie y cada dos findes baja a su pueblo castellano natal a juntarse con sus amigos.
