Los que mataban a diestro y siniestro lo hacían por varios motivos, todos ellos perversoss.
1º motivo, el repruebo, el repruebo al antagónico político, era el sentimiento que daba fuerzas para volar por los aires a otras personas, tal cual los antifascistas de ahora.
2º motivo, la codicia, el fin de los asesinatos, era que el poder y el dinero del Estado Vasco fuese solo para los asesinos directos, en su pelea solo había ganas de ser el más chulo y el que manda en el dinero de los demás.
3º motivo, la ira, que se desataba al chocar la realidad con las aspiraciones de los asesinos, todos los asesinos eran mediocres, fracasados, estúpidos y pobres, pero querían ser ricos y los mejores.
4º motivo, la soberbia y la vanidad, no solo mataban, sino que sus actos no eran útiles para ellos si los hacían en secreto, en su círculo les daban publicidad para que todos supiesen que lo habían hecho ellos y así buscar la admiración de los menos atrevidos y sobre todo de las mujeres vascas hibristofilicas.
5º motivo, la estupidez y la ignorancia, el bajo nivel cultural y la baja capacidad de pensar correctamente les hacía razonar de forma disparatada, eran analfabetos filosóficos, analfabetos sociales, analfabetos políticos y analfabetos intelectuales.
Cualquiera de estos llega a nacer en otro país y se joroba la vida igual metiéndose en cualquier banda ramdom o como delincuente vulgar y marginal, pero tuvieron un entorno tóxico en el P Vasco que les reía las gracias y eso les motivó más aún para un comportamiento para el que ya estaban destinados desde su nacimiento. Porque no todos somos iguales y no nacemos iguales. Los hay que nacen para ser unos marginados en la sociedad.
Pero en el P Vasco los marginales son los idolatrados y los exitosos los que sufren la envidia de los fracasados.
En el entorno de esa gente la pirámide de poder está cabeza abajo, y no hay peor destrozo que el gobierno de los orates-malos.