Historia = semiotización de la realidad

steppenwulf

Madmaxista
Desde
10 Abr 2014
Mensajes
3.205
Reputación
2.494
La historia es semiótica por naturaleza. Presupone la semiotización de la realidad

¿Qué es entonces la historia?

La noción de historia, como el concepto de semiótica, tiene al menos dos significados. Corresponde a la totalidad de las cosas sucedidas (res gestae) o a la narración sobre el pasado (historia rerum gestarum), en cierto sentido un texto narrativo.

"Para que el pasado se volviera el objeto del estudio histórico tuvo que entenderse como pasado, es decir, como alienado del presente, y tuvo que atribuirse a un nivel de tiempo distinto (a una realidad diferente). El proceso de alienación del presente presupone así una semiotización del pasado, lo que implica que el pasado "se organiza como texto que se lee desde una perspectiva del presente".

De hecho, observa Peter Grzybek, parece que cada vez hay mayor acuerdo respecto a los fundamentos semioticos de la historia en las discusiones historiológicas actuales. El mayor cambio consiste en que quien tenga que ver con la historia no se enfrenta con hechos sino más bien con artefactos o, con mayor precisión, con mentefactos.

Para Partner la historia es "significado impuesto al tiempo por medio del lenguaje". En última instancia, el lenguaje y los textos de base lingüística terminarían siendo la clave para entender la historia, una noción que está muy cerca de la posición más radical que dice que lo histórico no puede ser no lingüístico o prelingüístico.

Hay otras actitudes más reservadas y cautas, quienes nos previenen sobre la necesidad de definir más de cerca cuáles textos se pueden interpretar para representar la historia. De acuerdo con estos autores "la historia no se puede explicar nada más como texto" puesto que existen factores extratextuales (las condiciones sociales e históricas dentro de las cuales se producen los textos semióticos) que subyacen a la narrativa y determinan el punto de vista del "narrador".

Empero, los partidarios de la semiótica cultural, como Boris Uspenskij, no siguen esta forma de pensamiento; para Uspenskij la historia es semiótica por naturaleza, en la medida en que presupone una particular semiotización de la realidad —esto es, la tras*formación de no-signos en signos, de no-historia en historia. En cuanto al estatus semiótico de la historia, esto implica la convicción de que en tal caso los supuestos factores "extratextuales" son históricamente relevantes, lo cual dará por resultado textos que, a su vez, puedan someterse a análisis semiótico.

Parece razonable subrayar que "es a través del lenguaje, no como un medio de comunicación, sino como una forma de modelar el mundo, que se tras*mite la historia así definida". Una precondición para una semiótica de la historia exitosa es, entonces, la reconstrucción de un modelo del mundo históricamente remoto, al cual tengamos acceso solamente a través de textos.

En términos muy generales el propio "mundo", cuyo modelo podrá ser descrito, es la interrelación entre seres humanos y su entorno. Puesto que el "mundo" ya es el resultado de un procesamiento de información, un "modelo del mundo" no puede ser el resultado del procesamiento de hechos primarios en el nivel de receptores orgánicos (percepción); más bien es el resultado de un proceso secundario, basado en sistemas sígnicos.

El "mundo" es, en otras palabras, un mundo procesado psicológicamente, el Mundo Dos en términos de Popper. Este modelo del mundo se puede expresar en varias formas de comportamiento humano o, más bien, como resultado de este comportamiento —esto es, en textos. Los textos, en este sentido, no son sólo textos verbales, en un sentido amplio (semiótico) de este término también; monumentos de cultura material, pinturas de cuevas, ceremonias funerarias, etcétera —todos estos fenómenos culturales se llaman "textos". Y todos estos textos no existen independientemente el uno del otro sino que están coordinados mutuamente y forman un sistema homogéneo que, al mismo tiempo, sirve de programa tanto para el comportamiento individual como para el colectivo.
 
Va otra vez:

El mundo en su realidad objetiva nos es inalcanzable, para tratar de comprenderlo los hombres se sirven de la imaginación, es decir, se sirven de signos, los que racionalizados constituyen el motivo de la semiótica

De manera muy gruesa, la semiótica es la ciencia que estudia los sistemas de signos. Por signo se entiende aquello que está en lugar del objeto al que representa (referente), y que por una relación de semejanza, evoca en un tercero (interpretante) una realidad determinada.

Así, en lo que toca a la Historia [el estudio del pasado] para que el pasado se volviera objeto de estudio histórico [primero] tuvo que entenderse como pasado, es decir, como alienado del presente, y tuvo que atribuirse a un nivel de tiempo distinto (a una realidad diferente). Así, el proceso de alienación del presente presupone una semiotización del pasado, lo que implica que el pasado (referente) "se organiza como texto (signo) que se lee desde una perspectiva del presente (interpretante)". Así, la historia es semiótica por naturaleza, en la medida en que presupone la semiotización de la realidad —esto es, la tras*formación de no-signos en signos, de no-historia en historia. De esta manera, la historia es el "significado impuesto al tiempo por medio del lenguaje. Y en última instancia, el lenguaje y los textos de base lingüística son la clave para entender la historia, por eso lo histórico no puede ser no lingüístico o prelingüístico.

En términos muy generales el "pasado", no es otro que un "modelo del pasado" que no puede ser el resultado del procesamiento de hechos primarios en el nivel de receptores orgánicos (percepción); más bien es el resultado de un proceso secundario interpretativo, basado en sistemas de signos.

El "pasado" es, en otras palabras, un pasado procesado psicológicamente desde la actualidad.
 
¿De qué manera el análisis de los signos y significantes del PASADO pueden colaborar en la elaboración concreta y fehaciente de una teoría de aquel hecho histórico para ser entendido o interpretado en el PRESENTE...'?
 
¿De qué manera el análisis de los signos y significantes del PASADO pueden colaborar en la elaboración concreta y fehaciente de una teoría de aquel hecho histórico para ser entendido o interpretado en el PRESENTE...'?
Los hechos históricos son materia del historiador no del semiólogo, sin embargo, dado que el mundo en su realidad objetiva nos es inalcanzable, para tratar de comprenderlo los hombres se sirven de la imaginación, es decir, se sirven de signos, los que racionalizados constituyen el motivo de la semiótica. Es decir la, la semiótica es una disciplina auxiliar de la cual se sirve el historiador en su enfoque epistemologico del pasado.

La semiosis (del gr: sēmeíōsis, derivación del verbo: sēmeiô, «marcar») es cualquier forma de actividad, conducta o proceso que involucre signos, incluida la creación de un significado. Es un proceso que se desarrolla en la mente del intérprete, se inicia con la percepción del signo y finaliza con la presencia en su mente del objeto del signo.

El pasado real se ha disuelto y es inexistente, en su lugar mantenemos unas imágenes de él, que es lo que llamamos “pasado”, por tanto, el “pasado” es parte de nuestro presente cognitivo, pero para comprenderlo como pasado es necesario alienarlo del presente, así el proceso de alienación supone la semiotización del pasado, lo que implica que el pasado (referente) "se organiza como texto (signo) que se lee desde una perspectiva del presente (interpretante)".

Según Charles Sanders Peirce el punto de partida del proceso de construcción del conocimiento es nuestro esquema perceptual de registro del mundo.

En primer lugar el signo es aquello que toma el lugar del objeto, es decir, de una fracción de la realidad percibida.

Es decir, el signo es el representante de la realidad que está afuera de él mismo. En segundo lugar, al subrayar la relevancia de la relación entre el signo y la realidad representada, más que pensar en el signo como una entidad estática, Peirce propone comprenderlo como un proceso al que llama semiosis en donde el signo es el catalizador.

El proceso de significación se imagina entonces como un proceso en donde se identifican tres niveles. En el primero, el signo es sólo un atisbo de la realidad. Se trata de un nivel sensorial en donde lo que se reconoce es una calidad. En el segundo, esa calidad se reconoce como una cualidad, es decir, como algo que ya se ha percibido antes y que pertenece a un grupo. En el tercero, por mediación del hábito y la costumbre, esa categoría es nombrada según el sistema cultural al que pertenece el intérprete del signo.

Ahora bien, esta espiral semiótica depende siempre de un componente fundamental gracias al cual es posible la existencia del proceso de significación (semiosis): el intérprete de esa realidad en cuya mente tiene lugar este proceso. De este hecho, surge otro concepto clave, el background o fundamento, es decir, el bagaje, la red conceptual que se posee o de la que se parte para llevar a cabo el proceso de semiosis. Es aquí donde cobra relevancia el concepto de información como la posibilidad de considerar un objeto de estudio desde distintas perspectivas que revelan el punto de partida o fundamento del intérprete.

Las categorías perceptúales del intérprete tienen como correlato tres categorías de representación del signo: el icono, el índice y el símbolo.

El ícono es la representación del signo más elemental porque establece una relación de analogía con la realidad representada y por lo tanto no genera nuevo conocimiento más allá del reconocimiento.

El índice es la manifestación del signo que apunta hacia algo fuera de él mismo; es decir, de algo ausente pero de cuya existencia el signo da testimonio. La lectura indicial es más compleja que la icónica porque brinda pistas para hacerse preguntas, para investigar y conocer los motivos por los cuáles el signo tiene una determinada conformación; en el nivel icónico esto no se percibe porque en este caso sólo se articulan los rasgos de la semejanza: “esto se parece a esto otro”.

El símbolo es la manifestación más compleja de la representación del signo porque en ella aparece el valor simbólico como construcción cultural de una sociedad. En este nivel se puede entender cabalmente a qué responden los rasgos indiciales de un conjunto de representaciones de la realidad (presente y "pasada").
 
Los hechos históricos son materia del historiador no del semiólogo, sin embargo, dado que el mundo en su realidad objetiva nos es inalcanzable, para tratar de comprenderlo los hombres se sirven de la imaginación, es decir, se sirven de signos, los que racionalizados constituyen el motivo de la semiótica. Es decir la, la semiótica es una disciplina auxiliar de la cual se sirve el historiador en su enfoque epistemologico del pasado.

De la lectura de su post 2, segundo párrafo, se deduce lo contrario de lo que afirma en la cita, creo que correspondería una aclaración.

La “semiotización” que menciona se interpreta como el proceso de asignar significado a los signos y símbolos, entonces analizar el pasado, podría ser visto como la observación de un sistema de signos a interpretar creando impropiamente una realidad que no necesariamente verá su correlato en el presente.

Por otra parte,si los hechos del pasado solo pueden ser observados por el historiador,tal como usted afirma, y no por el semiólogo, en tal caso el hilo entero, tal como lo plantea, carecereía de sentido.

Saussure afirmaba, y coincido, que existiendo testimonios mateliales sobrevivientes de determinado evento histórico,ellos son lícitamente susceptibles de ser aprehendidos y analizados semióticamente y sus significados trasladados al presente para su interpretación.
 
Última edición:
La “semiotización” que menciona se interpreta como el proceso de asignar significado a los signos y símbolos, entonces analizar el pasado, podría ser visto como la observación de un sistema de signos a interpretar creando impropiamente una realidad que no necesariamente verá su correlato en el presente.
La realidad nunca se alcanza solo podemos aspirar a construir una imagen de ella. Una imagen inacabada e imperfecta. De la construcción de esa imagen nos servimos, entre otras, de la semiótica. La semiótica es un método de construcción de conocimiento.

Nuestra imagen del pasado es la que nosotros tenemos de ellos, no es realmente como eran ellos,
Además esta imagen es efímera, siempre está en evolución, cada generación la modifica

Por otra parte,si los hechos del pasado solo pueden ser observados por el historiador, y no por el semiólogo, en tal caso el hilo entero, tal como lo plantea, carecereía de sentido.
No, yo no dije que un semiólogo no pueda observar los hechos del pasado, dije que no le interesan porque no son su materia de estudio. El semiólogo estudia el proceso de construcción del conocimiento, el historiador el proceso de desarrollo humano. Lo que sucede es que el historiador en su quehacer semiotiza, en cambio el semiólogo no requiere historiar porque sus abstracciones son intemporales.

Soussure afirmaba, y coincido, que existiendo testimonios mateliales sobrevivientes de determinado evento histórico,ellos son lícitamente susceptibles de ser aprehendidos y analizados semióticamente y sus significados trasladados al presente para su interpretación.
Su retroacción imaginativa en el tiempo es el proceso de significación (semiosis) Así, su alienación del presente supone una semiotización del pasado, lo que implica que los testimonios materiales sobrevivientes (referente) se organizan como texto (signo) que se lee desde una perspectiva del presente (interpretante). Así, la historia es semiótica por naturaleza, en la medida en que presupone la semiotización de aquella realidad
 
Forista, le respondo para dar contenido a su inusual tema planteado en el hilo,Semiologia la estudie como auxiliar de otros estudios del pasado (remoto), mi caudal de memoria y conocimientos no alcanza para mucho más.
Si persisto en responder sería adivinando y una clara falta de respeto.
Gracias por ilustrame en el tema.
 
Volver