fredesvindo
Madmaxista
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Historia de una cacería: la caída del catedrático que sacaba los colores al Gobierno desde el INE
Rodríguez Poo fue relevado por calcular el PIB y el IPC sin el maquillaje del CIS o de Trabajo. Calviño silenció su despido y lo achacó a una decisión personal. Ahora confiesa, forzada por la ley, que no existe ningún documento que la respalde y que su supuesta salida voluntaria la comunicó «oralmente»
Antonio R. Naranjo
15/01/2024 Actualizada 04:30
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Sánchez es el Comandante en Jefe y solo quiere a su vera soldados obedientes que le ayuden en sus objetivos. Los casos se amontonan en puestos clave: Dolores Delgado en la Fiscalía General del Estado, Cándido Conde-Pumpido en el Tribunal Constitucional o José Félix Tezanos en el CIS son el emblema de una política que resume, como nada, la ficción del paro en España: mientras el Gobierno presume de batir el récord de cotizantes y de reducir el desempleo, las cifras reales desmontan la estadística oficial y elevan el problema a su auténtica dimensión.
El truco consiste en obligar a las empresas a hacer a todo el mundo fijo discontinuo, elevando así el número de personas con un tipo de contrato que les excluye luego, aunque no trabajen, de las cifras del paro. Si también se ignoran los trabajadores en búsqueda activa de empleo o se multiplican los pluriempleados para contarlos luego como distintos cotizantes, el «milagro» aparece, aunque sea mentira y el paro real alcance probablemente a 3.4 millones de personas. Y los que sí tiene un empleo, han retrocedido a 2007 en poder adquisitivo y soportan una presión fiscal en sus nóminas que se lleva casi el 40 % de su coste, muy por encima de la media europea.
Es la «contabilidad creativa» de Sánchez, con la que pretende dibujar una España de luz y de tonalidad que simplemente no existe. Y algo así debía pensar el presidente del Instituto Nacional de Estadística, Juan Manuel Rodríguez Poo, cuando mantuvo contra viento y manera sus cálculos sobre el Producto Interior Bruto nacional y sobre el Índice de Precios al Consumo, bien distintos a los que vendía el Gobierno para simular un crecimiento mayor que el de Europa y una inflación menor.
Y por eso, por anteponer su postura y ejercer de catedrático y no de emisario de Sánchez, acabó saliendo del organismo que ahora sí que acompaña al Gobierno en su injustificado optimismo.
Fue una víctima de Nadia Calviño, ahora enviada al Banco Europeo de Inversión y por aquel entonces vicepresidenta del Gobierno, responsable de una cacería que solventó con una notificación en el BOE según la cual el discreto catedrático de la Universidad de Cantabria, llegado al INE en 2018, causaba baja de manera voluntaria.
Calviño, obligada a revelar si echó al expresidente del INE
Alicia Martín 30
Ahora, una investigación desarrollada durante meses por El Debate, a la que Calviño se opuso con todas sus fuerzas, revela que no existe documentación alguna en el Ministerio de Economía que confirme la salida voluntaria de Rodríguez Poo. Y añade una explicación sorprendente, que la ya exvicepresidenta ha tenido que dar, a regañadientes, forzada por la ley: el presidente del INE, arguye, se despidió del puesto «oralmente». Ésta es la historia completa del servidor público que se negó a ser otro Tezanos.
Las sombras de Calviño
¿Nadia Calviño echó al presidente del INE? ¿Le obligaron a marcharse porque los datos del organismo no encajaban con el discurso del Gobierno? ¿Fue un cese o una dimisión? Estas eran algunas de las incógnitas que rodeaban la salida de Juan Manuel Rodríguez Poo como presidente del Instituto Nacional de Estadística.
Nadia Calviño ha acatado finalmente la resolución del Consejo de tras*parencia 1050/2023 del pasado 11 de diciembre, que amparaba la investigación llevada a cabo por El Debate.
El mandato del CTBG obligaba a Calviño a entregar «Copia de la documentación remitida a la ministra comunicando la dimisión de Juan Manuel Rodríguez Poo como Presidente del INE». Asimismo, y para el caso de que no hubiera dimitido, Calviño debía explicar las razones del cese.
En él se remite al BOE del 2 de agosto de 2022, que publica el Real Decreto 686/2022, de 1 de agosto, por el que Calviño dispone el cese de don Juan Manuel Rodríguez Poo como presidente del Instituto Nacional de Estadística, «a petición propia» y le agradece los servicios prestados.
La investigación de El Debate que ha obligado a rendir cuentas a Calviño pone ahora de manifiesto la extrañeza de un cese a «petición propia» que se publica en el BOE y del que, sin embargo, no existe una simple carta de dimisión ni de renuncia.
Así lo reconoce ahora Calviño, quien añade tras meses de investigación y un silencio penalizado con un mandato firme condenatorio que «dicha petición fue realizada oralmente», algo que no constaba en el BOE.
Rodríguez Poo fue cesado, a petición de Calviño, en agosto de 2022
El presidente del INE es un alto cargo del Estado con rango de Subsecretario, según dispone la Ley 3/2015 de 30 de marzo en su artículo 1.2.b, y será nombrado o separado por el Consejo de Ministros a propuesta del Ministro de Asuntos Económicos, tal y como establece el artículo 4 del Real Decreto 803/2022 de 4 de octubre por el que se regula el INE. Entre sus importantes funciones se encuentran las de representar a España en foros estadísticos internacionales de alto nivel de la Unión Europea o de las Naciones Unidas y otros organismos internacionales.
Las discrepancias entre los datos estadísticos del Gobierno y del INE han sido de sobra conocidas a lo largo de este tiempo.
Rodríguez Poo le sobraba a Calviño
El choque mantenido por Calviño con Rodríguez Poo tuvo como punto de fricción el criterio seguido por el INE para calcular dos magnitudes vitales en el análisis macroeconómico, el Producto Interior Bruto (PIB) y el Índice de Precios al Consumo (IPC), pues, según el Gobierno, la evolución de la economía era mejor de lo que reflejaban las cifras del instituto estadístico.
En el caso del PIB, el episodio más evidente se produjo en septiembre de 2021 cuando el INE revisó a la baja sus estimaciones de crecimiento y desbarató los planes de Moncloa, pues eran la base para las posteriores previsiones de cara al conjunto del año y para los Presupuestos. Sin embargo, desde el Gobierno siempre han hablado del buen rumbo de la economía utilizando otras magnitudes como el empleo o la recaudación tributaria, que consideran que deberían tenerse en cuenta para establecer el índice de crecimiento.
Por su parte, en el caso del IPC la gran discrepancia se centraba en que el Gobierno quería incorporar a la estadística el precio de la electricidad en el mercado libre y no sólo los del mercado regulado como establecía el INE. Una diferencia que permitía al Ejecutivo reducir los datos sobre la subida de precios, pues durante los mayores picos de inflación los clientes que negociaban con las comercializadoras obtenían precios más baratos.
Con Rodríguez Poo, las cifras reales desmontaban los fuegos artificiales y se ceñían a la dimensión real de cada fenómeno. Lo demostró ya en 2020, ofreciendo estadísticas de muertes por cobi19 distintas a las del Ministerio de Sanidad.
Ahí le tomaron tal vez la matrícula y apenas dos años después, con España de vacaciones de agosto, su cese fue ejecutado. Que ahora sus antiguos jefes no puedan explicarlo ni documentar la razón de su salida es un acto de justicia poética con un servidor público que, él sí, lo fue hasta el final.
Rodríguez Poo fue relevado por calcular el PIB y el IPC sin el maquillaje del CIS o de Trabajo. Calviño silenció su despido y lo achacó a una decisión personal. Ahora confiesa, forzada por la ley, que no existe ningún documento que la respalde y que su supuesta salida voluntaria la comunicó «oralmente»
Antonio R. Naranjo
15/01/2024 Actualizada 04:30
57FacebookTwitterWhatsappEnviar por Email
Sánchez es el Comandante en Jefe y solo quiere a su vera soldados obedientes que le ayuden en sus objetivos. Los casos se amontonan en puestos clave: Dolores Delgado en la Fiscalía General del Estado, Cándido Conde-Pumpido en el Tribunal Constitucional o José Félix Tezanos en el CIS son el emblema de una política que resume, como nada, la ficción del paro en España: mientras el Gobierno presume de batir el récord de cotizantes y de reducir el desempleo, las cifras reales desmontan la estadística oficial y elevan el problema a su auténtica dimensión.
El truco consiste en obligar a las empresas a hacer a todo el mundo fijo discontinuo, elevando así el número de personas con un tipo de contrato que les excluye luego, aunque no trabajen, de las cifras del paro. Si también se ignoran los trabajadores en búsqueda activa de empleo o se multiplican los pluriempleados para contarlos luego como distintos cotizantes, el «milagro» aparece, aunque sea mentira y el paro real alcance probablemente a 3.4 millones de personas. Y los que sí tiene un empleo, han retrocedido a 2007 en poder adquisitivo y soportan una presión fiscal en sus nóminas que se lleva casi el 40 % de su coste, muy por encima de la media europea.
Es la «contabilidad creativa» de Sánchez, con la que pretende dibujar una España de luz y de tonalidad que simplemente no existe. Y algo así debía pensar el presidente del Instituto Nacional de Estadística, Juan Manuel Rodríguez Poo, cuando mantuvo contra viento y manera sus cálculos sobre el Producto Interior Bruto nacional y sobre el Índice de Precios al Consumo, bien distintos a los que vendía el Gobierno para simular un crecimiento mayor que el de Europa y una inflación menor.
Y por eso, por anteponer su postura y ejercer de catedrático y no de emisario de Sánchez, acabó saliendo del organismo que ahora sí que acompaña al Gobierno en su injustificado optimismo.
Fue una víctima de Nadia Calviño, ahora enviada al Banco Europeo de Inversión y por aquel entonces vicepresidenta del Gobierno, responsable de una cacería que solventó con una notificación en el BOE según la cual el discreto catedrático de la Universidad de Cantabria, llegado al INE en 2018, causaba baja de manera voluntaria.
Calviño, obligada a revelar si echó al expresidente del INE
Alicia Martín 30
Ahora, una investigación desarrollada durante meses por El Debate, a la que Calviño se opuso con todas sus fuerzas, revela que no existe documentación alguna en el Ministerio de Economía que confirme la salida voluntaria de Rodríguez Poo. Y añade una explicación sorprendente, que la ya exvicepresidenta ha tenido que dar, a regañadientes, forzada por la ley: el presidente del INE, arguye, se despidió del puesto «oralmente». Ésta es la historia completa del servidor público que se negó a ser otro Tezanos.
Las sombras de Calviño
¿Nadia Calviño echó al presidente del INE? ¿Le obligaron a marcharse porque los datos del organismo no encajaban con el discurso del Gobierno? ¿Fue un cese o una dimisión? Estas eran algunas de las incógnitas que rodeaban la salida de Juan Manuel Rodríguez Poo como presidente del Instituto Nacional de Estadística.
Nadia Calviño ha acatado finalmente la resolución del Consejo de tras*parencia 1050/2023 del pasado 11 de diciembre, que amparaba la investigación llevada a cabo por El Debate.
El mandato del CTBG obligaba a Calviño a entregar «Copia de la documentación remitida a la ministra comunicando la dimisión de Juan Manuel Rodríguez Poo como Presidente del INE». Asimismo, y para el caso de que no hubiera dimitido, Calviño debía explicar las razones del cese.
El Ministerio de Calviño acató a escasas horas de su marcha al BEI el mandato del Consejo de tras*parencia, tal y como consta en un nuevo documento oficial que obra en exclusiva en poder de este periódico, notificado el pasado 3 de enero.Rodríguez Poo daba cifras reales de los muertos por el bichito, del IPC o del crecimiento económico. Y eso no gustaba a Sánchez, acostumbrado a los 'Tezanos'
En él se remite al BOE del 2 de agosto de 2022, que publica el Real Decreto 686/2022, de 1 de agosto, por el que Calviño dispone el cese de don Juan Manuel Rodríguez Poo como presidente del Instituto Nacional de Estadística, «a petición propia» y le agradece los servicios prestados.
La investigación de El Debate que ha obligado a rendir cuentas a Calviño pone ahora de manifiesto la extrañeza de un cese a «petición propia» que se publica en el BOE y del que, sin embargo, no existe una simple carta de dimisión ni de renuncia.
Así lo reconoce ahora Calviño, quien añade tras meses de investigación y un silencio penalizado con un mandato firme condenatorio que «dicha petición fue realizada oralmente», algo que no constaba en el BOE.
Rodríguez Poo fue cesado, a petición de Calviño, en agosto de 2022
El presidente del INE es un alto cargo del Estado con rango de Subsecretario, según dispone la Ley 3/2015 de 30 de marzo en su artículo 1.2.b, y será nombrado o separado por el Consejo de Ministros a propuesta del Ministro de Asuntos Económicos, tal y como establece el artículo 4 del Real Decreto 803/2022 de 4 de octubre por el que se regula el INE. Entre sus importantes funciones se encuentran las de representar a España en foros estadísticos internacionales de alto nivel de la Unión Europea o de las Naciones Unidas y otros organismos internacionales.
Las discrepancias entre los datos estadísticos del Gobierno y del INE han sido de sobra conocidas a lo largo de este tiempo.
Rodríguez Poo le sobraba a Calviño
El choque mantenido por Calviño con Rodríguez Poo tuvo como punto de fricción el criterio seguido por el INE para calcular dos magnitudes vitales en el análisis macroeconómico, el Producto Interior Bruto (PIB) y el Índice de Precios al Consumo (IPC), pues, según el Gobierno, la evolución de la economía era mejor de lo que reflejaban las cifras del instituto estadístico.
En el caso del PIB, el episodio más evidente se produjo en septiembre de 2021 cuando el INE revisó a la baja sus estimaciones de crecimiento y desbarató los planes de Moncloa, pues eran la base para las posteriores previsiones de cara al conjunto del año y para los Presupuestos. Sin embargo, desde el Gobierno siempre han hablado del buen rumbo de la economía utilizando otras magnitudes como el empleo o la recaudación tributaria, que consideran que deberían tenerse en cuenta para establecer el índice de crecimiento.
Por su parte, en el caso del IPC la gran discrepancia se centraba en que el Gobierno quería incorporar a la estadística el precio de la electricidad en el mercado libre y no sólo los del mercado regulado como establecía el INE. Una diferencia que permitía al Ejecutivo reducir los datos sobre la subida de precios, pues durante los mayores picos de inflación los clientes que negociaban con las comercializadoras obtenían precios más baratos.
Con Rodríguez Poo, las cifras reales desmontaban los fuegos artificiales y se ceñían a la dimensión real de cada fenómeno. Lo demostró ya en 2020, ofreciendo estadísticas de muertes por cobi19 distintas a las del Ministerio de Sanidad.
Ahí le tomaron tal vez la matrícula y apenas dos años después, con España de vacaciones de agosto, su cese fue ejecutado. Que ahora sus antiguos jefes no puedan explicarlo ni documentar la razón de su salida es un acto de justicia poética con un servidor público que, él sí, lo fue hasta el final.