Hemos ido de farol y hemos perdido hasta los calzoncillos.
El otro día, en un arrebato de sinceridad, Jordi Basté dijo que el tradicional partido de Navidad de la Selección catalana le parecía un "buñuelo". Basté es unionista? cobra del CNI? colabora con la Faes? es un topo de la Guardia Civil? No, simplemente dijo la verdad. Todo el mundo lo sabe salvo la redacción de deportes de TV3: el Camp Nou había media entrada, abrieron puertas antes de empezar, un montón de entradas eran gratis.
Por eso he echado de menos, entre nuestros intelectuales y tertulianos, alguien que se atreviera a hacer el con el proceso el mismo que hizo Jordi Basté con un partido de fútbol. No era tan difícil. Sólo había que tener cara y ojos, un poco de entendimiento y tener los pies en el suelo en definitiva.
La verdad es que muchos lo veían venir desde hace meses. Francesc-Marc Álvaro ya afirmaba el pasado 2 de marzo en La Vanguardia: "seamos adultos. Para muchos hojas de ruta que se escriban y se pacten, el desenlace del conflicto entre una parte central de la sociedad catalana y los poderes del Estado no lo sabe nadie "
Justo días después -a veces parece que vayan coordinats- Francesc Puigpelat se preguntaba al Nación Digital, uno de los digitales de cabecera del soberanismo: "tiene suficiente fuerza Cataluña para alcanzar un objetivo tan difícil como la independencia, ante un adversario tan sólido y monolítico? ". Él mismo respondía: "pase lo que pase -insistia- estaré contento: como mínimo debía intentar"
Y otro independiente, Salvador Cardús -incluso iba a la lista de Juntos por Sí aunque fuera al final- reconocía el pasado día 21 de diciembre en el Ahora que "el entusiasmo popular -y una cierta arrogancia política- nos ha hecho creer que el país ya había "desconectado" de España. Y eso, desde mi punto de vista, ha llevado a sobredimensionar la fuerza real del soberanismo "
Finalmente, Toni Soler, este sábado afirmaba al mismo diario: "con el equilibrio de fuerzas actual, el independentismo no será capaz de formar una mayoría estable ni de constituir un gobierno viable; por tanto, toca pagar la penitencia ". El hombre ya recomendaba "rehacer estrategias, coser alianzas, gobernar (lo que se pueda) y, finalmente, extraer una buena lección de todo. Esto, al menos, sería un consuelo "
Tal vez, de todos, el que tiene más mérito es Francesc-Marc Álvaro. Hay que reconocer su visión estratégica. Yo me quito el sombrero: el día después del segundo debate frustrado de investidura de Artur Mas aparecía su libro "¿Por qué hemos ganado". Se puede tener más don de la oportunidad ?. Yo creo que lo hizo expresamente para poder declararse, en público, más Masistes que el propio Mas. Mientras el presidente, claro, era sentado en primera fila.
En fin, tampoco se si el resto del grupo -los Villatoro, Sanchis, Aira, Sintes y compañía- han hecho ya un ejercicio de contrición similar. Me cuesta mucho seguirlos. Son tan previsibles. Me refiero a la crème de la crème intelectual-periodístico de este país.
Los enchufados. Los que escriben en La Vanguardia, El Periódico o el Ara porque son cuota convergente. Los que salen cada dos por tres a TV3. Los que tienen un programa propio en Cataluña Radio -esto es pura envidia: a mí Fèlix Riera no me invitó ni a un café en tres años- o en la Red.
Pero ahora? Ahora se dan cuenta ?. No, ya sabían que el soberanismo no tenía suficiente fuerza para iniciar un proceso unilateral de independencia. Ellos también han hecho hervir la olla irresponsablemente. Con 62 diputados de 135 no vas a ninguna parte. Aunque sumes los diez de la CUP como se ha visto. No puedes declarar una independencia con 63 diputados en contra o decididamente en contra. No te reconocerá la Merkel ni Obama ni el Vaticano. Es que ni Sudán del Sur.
Ahora asistiremos, pues, a un retroceso en toda regla. Ahora saldrán los de ha valido la pena, los de hay que salvar los muebles, incluso los del yo ya lo decía ya. Cuando ya me perdonarán, los que lo decíamos éramos cuatro gatos. Y hemos sido sistemáticamente criticados, insultados, arrugados. Si yo cobrara de todos los lugares que dicen que cobro el Bárcenas a mi lado sería un aprendiz.
Aún peor: hemos sido silenciados en los medios públicos y privados. Nos han tratado de apestados. A mí lo que me duele es que lo haya hecho también el presidente de la Corpo, Brauli Duart. Y eso que es amigo mío. Pero de eso ya pararlo más adelante. Un día tengo que explicar, con pelos y señales, el día que me filtraron lo de los accionistas del Ara. Me usaron como un kleenex. Después terminaron repescando la Terribas.
Alicia Sánchez-Camacho -o Albert Rivera, me fa- decía una día que había catalanes de primera y de segunda. Peor: los hay de tercera. Los que estamos a favor de la independencia de Cataluña pero hemos advertido que no íbamos bien. Hemos sido tratado de vendidos, de traidores, de traidores. He tenido que escuchar de todo.
Ayer todavía tuve que aguantar un seguidor en twitter -además masoca- que me hablaba de bilis. Como si yo tuviera la culpa de no de la CUP. Debía de ser simpatizante de Juntos el Sí. Los convergentes trinan. Lo he dicho siempre: uno de los problemas del soberanismo es el nivel.
Ahora seremos testigos de un sálvese quien pueda. Como el Titanic, donde había codazos para subir a los botes salvavidas. Y algunos, con los nervios, quedaron a medio llenar. Incluso hago una predicción: los mismos que, en su día, mataron Pujol tras la confesión matarán ahora Mas si es necesario. Es simple instinto de supervivencia. El barco se hunde.
Pero ellos también son responsables: han inflado el globo. Entendámonos: no es que el proceso haya sido un suflé, pero es evidente que había suflé. Si hemos llegado hasta aquí es por el papel de la prensa -más bien el paperot- con TV3 a la cabeza, pero también porque somos un país sin intelectuales.
Aquí no hay ninguno que haya mantenido el equilibrio, incluso emocional. Marcado distancias con el poder. Al contrario, incluso los progres -como José Ramoneda- se pasaron en masa al proceso cuando vieron cómo cambiaba la dirección del viento. Bastaba para haberle preguntado un día al presidente: "Artur, quieres decir que vamos bien?".
En 2002, cuando tenía cuarenta y seis años pero ya era el heredero de Jordi Pujol, le hicieron un libro entrevista a cargo de otro periodista de confianza, Rafael de Ribot. El ahora presidente en funciones -más en funciones que nunca- decía: "Sería irresponsable llevar al país hacia un camino que significara una frustración colectiva" . Felicidades, presidente, lo ha conseguido.
Lo peor de todo es que han quemado la posibilidad de ser independientes durante una o dos generaciones. La derrota será como la retirada de Rusia. Perderemos la camisa. Hemos jugado y hemos perdido. Peor: hemos ido de farol y hemos perdido hasta los calzoncillos.
Habrá incluso replantear el soberanismo. Sacar del cajón Vicens-Vives, Gaziel, Pla. Volver a levantar la persiana como después de 1714, que diría Ernest Lluch. Los que aseguraban que sería pan comido, los del tenemos prisa -se recuerdan? - Han hecho tanto daño.
Mientras nuestros referentes intelectuales -y jovenlandesales- sean personajes como Toni Albà o Sala i Martín, por muy catedrático que sea, no vamos a ninguna parte. Mientras jodamos ayunos, digamos que Santa Teresa de Jesús era catalana o proponemos ceder el puerto de Tarragona a la Armada china seremos el hazmerreír de Europa. El frikismo, el pecho y huevones, el decir "fruta traidora" a una diputada ha hecho mucho daño. Ahora el daño ya está hecho.
XR
L’altre dia, en un rampell de sinceritat, Jordi Basté va dir que el tradicional partit de Nadal de la Selecció catalana li semblava un “bunyol”. Basté és unionista? cobra del CNI? col·labora amb la Faes? és un talp de la Guàrdia Civil? No, simplement va dir la veritat. Tothom ho sap llevat la redacció d’esports de TV3: al Camp Nou hi havia mitja entrada, van obrir portes abans de començar, un munt d’entrades eren de franc.
Per això he trobat a faltar, entre els nostres intel·lectuals i tertulians, algú que s’atrevís a fer el amb el procés el mateix que va fer Jordi Basté amb un partit de futbol. No era pas tan difícil. Només calia tenir cara i ulls, una mica d'enteniment i tocar de peus a terra en definitiva.
La veritat és que molts s’ho veien a venir des de fa mesos. Francesc-Marc Álvaro ja afirmava el passat 2 de març a La Vanguardia: “siguem adults. Per molts fulls de ruta que s’escriguin i es pactin, el desenllaç del conflicte entre una part central de la societat catalana i els poders de l’Estat no el sap ningú” (1).
Just dies després -de vegades sembla que vagin coordinats- Francesc Puigpelat es preguntava al Nació Digital, un dels digitals de capçalera del sobiranisme: “té prou força Catalunya per assolir un objectiu tan difícil com la independència, davant d’un adversari tan sòlid i monolític?”. Ell mateix responia: “passi el que passi -insistia- estaré content: com a mínim s’havia d’intentar” (2).
I un altre independent, Salvador Cardús -fins i tot anava a la llista de Junts pel Sí encara que fos al final- reconeixia el passat dia 21 de desembre a l’Ara que “l’entusiasme popular -i una certa arrogància política- ens ha fet creure que el país ja havia “desconnectat” d’Espanya. I això, des del meu punt de vista, ha portat a sobredimensionar la força real del sobiranisme” (3).
Finalment, Toni Soler, aquest dissabte afirmava al mateix diari: “amb l’equilibri de forces actual, l’independentisme no serà capaç de formar una majoria estable ni de constituir un govern viable; per tant, toca pagar la penitència”. L’home ja recomanava “refer estratègies, cosir aliances, governar (el que es pugui) i, finalment, extreure una bona lliçó de tot plegat. Això, si més no, seria un consol” (4).
Potser, de tots, el que té més mèrit és Francesc-Marc Álvaro. Cal reconèixer la seva visió estratègica. Jo em trec el barret: l’endemà del segon debat frustrat d’investidura d’Artur Mas apareixia el seu llibre “Per què hem guanyat”. Es pot tenir més do de l’oportunitat?. Jo crec que ho va fer expressament per poder declarar-se, en públic, més masista que el propi Mas. Mentre el president, clar, era assegut a primera fila.
En fi, tampoc sé si la resta de la colla -els Villatoro, Sanchis, Aira, Sintes i companyia- han fet ja un exercici de contricció semblant. Em costa molt de seguir-los. Són tan previsibles. Em refereixo a la crème de la crème intel·lectual-periodístic d’aquest país.
Als endollats. Els que escriuen a La Vanguardia, El Periódico o l’Ara perquè són quota convergent. Els que surten cada dos per tres a TV3. Els que tenen un programa propi a Catalunya Ràdio -això és pura enveja: a mi Fèlix Riera no em va convidar ni a un cafè en tres anys- o a la Xarxa.
Però ara? Ara se n’adonen?. No, ja sabien que el sobiranisme no tenia prou força per iniciar un procés unilateral d’independència. Ells també han fet bullir l’olla irresponsablement. Amb 62 diputats de 135 no vas enlloc. Encara que hi sumis els deu de la CUP com s’ha vist. No pots declarar una independència amb 63 diputats en contra o decididament en contra. No et reconeixerà la Merkel ni l’Obama ni el Vaticà. És que ni Sudan del Sud.
Ara assistirem, doncs, a una reculada en tota regla. Ara sortiran els de ha valgut la pena, els de cal salvar els mobles, fins i tot els del jo ja ho deia ja. Quan, ja em perdonaran, els que ho deiem érem quatre gats. I hem estat sistemàticament criticats, insultats, rebregats. Si jo cobrés de tots els llocs que diuen que cobro el Bárcenas al costat meu seria un aprenent.
Encara pitjor: hem estat silenciats als mitjans públics i privats. Ens han tractat d'empestats. A mi el que em dol és que ho hagi fet també el president de la Corpo, Brauli Duart. I això que és amic meu. Però d’això ja en pararlem més endavant. Un dia haig d'explicar, amb pèls i senyals, el dia que em van filtrar allò dels accionistes de l'Ara. Em van fer servir com un kleenex. Després van acabar repescant la Terribas.
Alicia Sánchez-Camacho -o Albert Rivera, tant me fa- deia una dia que hi havia catalans de primera i de segona. Pitjor: n’hi ha de tercera. Els que estem a favor de la independència de Catalunya però hem advertit que no anàvem bé. Hem estat tractat de venuts, de botiflers, de traïdors. He hagut de sentir de tot.
Ahir encara vaig haver d'aguantar un seguidor a twitter -a més masoca- que em parlava de bilis. Com si jo tingués la culpa del no de la CUP. Devia ser simpatitzant de Junts pel Sí. Els convergents treuen foc pels queixals. Ho he dit sempre: un dels problemes del sobiranisme és el nivell.
Ara serem testimonis d'un campi qui pugui. Com el Titanic, on hi havia cops de colze per pujar als bots salvavides. I alguns, amb els nervis, van quedar a mig emplenar. Fins i tot faig una predicció: els mateixos que, al seu dia, van apiolar Pujol després de la confessió mataran ara Mas si cal. És simple instint de supervivència. El vaixell s’enfonsa.
Però ells també en són responsables: han inflat el globus. Entenguem-nos: no és que el procés hagi estat un suflè, però és evident que hi havia suflè. Si hem arribat fins aquí és pel paper de la premsa -més aviat el paperot- amb TV3 al capdavant, però també perquè som un país sense intel·lectuals.
Aquí no n’hi ha cap que hagi mantingut l’equilibri, fins i tot emocional. Marcat distàncies amb el poder. Al contrari, fins i tot els progres -com Josep Ramoneda- es van passar en massa al procés quan van veure com canviava la direcció del vent. N’hi havia prou per haver-li preguntat un dia al president: “Artur, vols dir que anem bé?”.
El 2002, quan tenia quaranta-sis anys però ja era l'hereu de Jordi Pujol, li van fer un llibre entrevista a càrrec d’un altre periodista de confiança, Rafael de Ribot. L’ara president en funcions -més en funcions que mai- deia: “Seria irresponsable portar el país cap a un camí que signifiqués una frustració col·lectiva” (5). Felicitats, president, ho ha aconseguit.
El pitjor de tot és que han cremat la possibilitat de ser independents durant una o dues generacions. La derrota serà com la retirada de Rússia. Perdrem bous i esquelles. Hem jugat i hem perdut. Pitjor: hem anat de farol i hem perdut fins els calçotets.
Caldrà fins i tot replantejar el sobiranisme. Treure del calaix Vicens-Vives, Gaziel, Pla. Tornar a aixecar la persiana com després del 1714, que diria Ernest Lluch. Els que asseguraven que seria bufar i fer ampolles, els del tenim pressa -se’n recorden?- han fet tant de mal.
Mentre els nostres referents intel·lectuals -i jovenlandesals- siguin personatges com Toni Albà o Sala i Martín, per molt catedràtic que sigui, no anirem enlloc. Mentre fotem dejunis, diguem que Santa Teresa de Jesús era catalana o proposem cedir el port de Tarragona a l’Armada xinesa serem la riota d’Europa. El friquisme, el pit i collons, el dir “fruta traïdora” a una diputada ha fet molt de mal. Ara el mal ja està fet.
XR
Per això he trobat a faltar, entre els nostres intel·lectuals i tertulians, algú que s’atrevís a fer el amb el procés el mateix que va fer Jordi Basté amb un partit de futbol. No era pas tan difícil. Només calia tenir cara i ulls, una mica d'enteniment i tocar de peus a terra en definitiva.
La veritat és que molts s’ho veien a venir des de fa mesos. Francesc-Marc Álvaro ja afirmava el passat 2 de març a La Vanguardia: “siguem adults. Per molts fulls de ruta que s’escriguin i es pactin, el desenllaç del conflicte entre una part central de la societat catalana i els poders de l’Estat no el sap ningú” (1).
Just dies després -de vegades sembla que vagin coordinats- Francesc Puigpelat es preguntava al Nació Digital, un dels digitals de capçalera del sobiranisme: “té prou força Catalunya per assolir un objectiu tan difícil com la independència, davant d’un adversari tan sòlid i monolític?”. Ell mateix responia: “passi el que passi -insistia- estaré content: com a mínim s’havia d’intentar” (2).
I un altre independent, Salvador Cardús -fins i tot anava a la llista de Junts pel Sí encara que fos al final- reconeixia el passat dia 21 de desembre a l’Ara que “l’entusiasme popular -i una certa arrogància política- ens ha fet creure que el país ja havia “desconnectat” d’Espanya. I això, des del meu punt de vista, ha portat a sobredimensionar la força real del sobiranisme” (3).
Finalment, Toni Soler, aquest dissabte afirmava al mateix diari: “amb l’equilibri de forces actual, l’independentisme no serà capaç de formar una majoria estable ni de constituir un govern viable; per tant, toca pagar la penitència”. L’home ja recomanava “refer estratègies, cosir aliances, governar (el que es pugui) i, finalment, extreure una bona lliçó de tot plegat. Això, si més no, seria un consol” (4).
Potser, de tots, el que té més mèrit és Francesc-Marc Álvaro. Cal reconèixer la seva visió estratègica. Jo em trec el barret: l’endemà del segon debat frustrat d’investidura d’Artur Mas apareixia el seu llibre “Per què hem guanyat”. Es pot tenir més do de l’oportunitat?. Jo crec que ho va fer expressament per poder declarar-se, en públic, més masista que el propi Mas. Mentre el president, clar, era assegut a primera fila.
En fi, tampoc sé si la resta de la colla -els Villatoro, Sanchis, Aira, Sintes i companyia- han fet ja un exercici de contricció semblant. Em costa molt de seguir-los. Són tan previsibles. Em refereixo a la crème de la crème intel·lectual-periodístic d’aquest país.
Als endollats. Els que escriuen a La Vanguardia, El Periódico o l’Ara perquè són quota convergent. Els que surten cada dos per tres a TV3. Els que tenen un programa propi a Catalunya Ràdio -això és pura enveja: a mi Fèlix Riera no em va convidar ni a un cafè en tres anys- o a la Xarxa.
Però ara? Ara se n’adonen?. No, ja sabien que el sobiranisme no tenia prou força per iniciar un procés unilateral d’independència. Ells també han fet bullir l’olla irresponsablement. Amb 62 diputats de 135 no vas enlloc. Encara que hi sumis els deu de la CUP com s’ha vist. No pots declarar una independència amb 63 diputats en contra o decididament en contra. No et reconeixerà la Merkel ni l’Obama ni el Vaticà. És que ni Sudan del Sud.
Ara assistirem, doncs, a una reculada en tota regla. Ara sortiran els de ha valgut la pena, els de cal salvar els mobles, fins i tot els del jo ja ho deia ja. Quan, ja em perdonaran, els que ho deiem érem quatre gats. I hem estat sistemàticament criticats, insultats, rebregats. Si jo cobrés de tots els llocs que diuen que cobro el Bárcenas al costat meu seria un aprenent.
Encara pitjor: hem estat silenciats als mitjans públics i privats. Ens han tractat d'empestats. A mi el que em dol és que ho hagi fet també el president de la Corpo, Brauli Duart. I això que és amic meu. Però d’això ja en pararlem més endavant. Un dia haig d'explicar, amb pèls i senyals, el dia que em van filtrar allò dels accionistes de l'Ara. Em van fer servir com un kleenex. Després van acabar repescant la Terribas.
Alicia Sánchez-Camacho -o Albert Rivera, tant me fa- deia una dia que hi havia catalans de primera i de segona. Pitjor: n’hi ha de tercera. Els que estem a favor de la independència de Catalunya però hem advertit que no anàvem bé. Hem estat tractat de venuts, de botiflers, de traïdors. He hagut de sentir de tot.
Ahir encara vaig haver d'aguantar un seguidor a twitter -a més masoca- que em parlava de bilis. Com si jo tingués la culpa del no de la CUP. Devia ser simpatitzant de Junts pel Sí. Els convergents treuen foc pels queixals. Ho he dit sempre: un dels problemes del sobiranisme és el nivell.
Ara serem testimonis d'un campi qui pugui. Com el Titanic, on hi havia cops de colze per pujar als bots salvavides. I alguns, amb els nervis, van quedar a mig emplenar. Fins i tot faig una predicció: els mateixos que, al seu dia, van apiolar Pujol després de la confessió mataran ara Mas si cal. És simple instint de supervivència. El vaixell s’enfonsa.
Però ells també en són responsables: han inflat el globus. Entenguem-nos: no és que el procés hagi estat un suflè, però és evident que hi havia suflè. Si hem arribat fins aquí és pel paper de la premsa -més aviat el paperot- amb TV3 al capdavant, però també perquè som un país sense intel·lectuals.
Aquí no n’hi ha cap que hagi mantingut l’equilibri, fins i tot emocional. Marcat distàncies amb el poder. Al contrari, fins i tot els progres -com Josep Ramoneda- es van passar en massa al procés quan van veure com canviava la direcció del vent. N’hi havia prou per haver-li preguntat un dia al president: “Artur, vols dir que anem bé?”.
El 2002, quan tenia quaranta-sis anys però ja era l'hereu de Jordi Pujol, li van fer un llibre entrevista a càrrec d’un altre periodista de confiança, Rafael de Ribot. L’ara president en funcions -més en funcions que mai- deia: “Seria irresponsable portar el país cap a un camí que signifiqués una frustració col·lectiva” (5). Felicitats, president, ho ha aconseguit.
El pitjor de tot és que han cremat la possibilitat de ser independents durant una o dues generacions. La derrota serà com la retirada de Rússia. Perdrem bous i esquelles. Hem jugat i hem perdut. Pitjor: hem anat de farol i hem perdut fins els calçotets.
Caldrà fins i tot replantejar el sobiranisme. Treure del calaix Vicens-Vives, Gaziel, Pla. Tornar a aixecar la persiana com després del 1714, que diria Ernest Lluch. Els que asseguraven que seria bufar i fer ampolles, els del tenim pressa -se’n recorden?- han fet tant de mal.
Mentre els nostres referents intel·lectuals -i jovenlandesals- siguin personatges com Toni Albà o Sala i Martín, per molt catedràtic que sigui, no anirem enlloc. Mentre fotem dejunis, diguem que Santa Teresa de Jesús era catalana o proposem cedir el port de Tarragona a l’Armada xinesa serem la riota d’Europa. El friquisme, el pit i collons, el dir “fruta traïdora” a una diputada ha fet molt de mal. Ara el mal ja està fet.
XR
El otro día, en un arrebato de sinceridad, Jordi Basté dijo que el tradicional partido de Navidad de la Selección catalana le parecía un "buñuelo". Basté es unionista? cobra del CNI? colabora con la Faes? es un topo de la Guardia Civil? No, simplemente dijo la verdad. Todo el mundo lo sabe salvo la redacción de deportes de TV3: el Camp Nou había media entrada, abrieron puertas antes de empezar, un montón de entradas eran gratis.
Por eso he echado de menos, entre nuestros intelectuales y tertulianos, alguien que se atreviera a hacer el con el proceso el mismo que hizo Jordi Basté con un partido de fútbol. No era tan difícil. Sólo había que tener cara y ojos, un poco de entendimiento y tener los pies en el suelo en definitiva.
La verdad es que muchos lo veían venir desde hace meses. Francesc-Marc Álvaro ya afirmaba el pasado 2 de marzo en La Vanguardia: "seamos adultos. Para muchos hojas de ruta que se escriban y se pacten, el desenlace del conflicto entre una parte central de la sociedad catalana y los poderes del Estado no lo sabe nadie "
Justo días después -a veces parece que vayan coordinats- Francesc Puigpelat se preguntaba al Nación Digital, uno de los digitales de cabecera del soberanismo: "tiene suficiente fuerza Cataluña para alcanzar un objetivo tan difícil como la independencia, ante un adversario tan sólido y monolítico? ". Él mismo respondía: "pase lo que pase -insistia- estaré contento: como mínimo debía intentar"
Y otro independiente, Salvador Cardús -incluso iba a la lista de Juntos por Sí aunque fuera al final- reconocía el pasado día 21 de diciembre en el Ahora que "el entusiasmo popular -y una cierta arrogancia política- nos ha hecho creer que el país ya había "desconectado" de España. Y eso, desde mi punto de vista, ha llevado a sobredimensionar la fuerza real del soberanismo "
Finalmente, Toni Soler, este sábado afirmaba al mismo diario: "con el equilibrio de fuerzas actual, el independentismo no será capaz de formar una mayoría estable ni de constituir un gobierno viable; por tanto, toca pagar la penitencia ". El hombre ya recomendaba "rehacer estrategias, coser alianzas, gobernar (lo que se pueda) y, finalmente, extraer una buena lección de todo. Esto, al menos, sería un consuelo "
Tal vez, de todos, el que tiene más mérito es Francesc-Marc Álvaro. Hay que reconocer su visión estratégica. Yo me quito el sombrero: el día después del segundo debate frustrado de investidura de Artur Mas aparecía su libro "¿Por qué hemos ganado". Se puede tener más don de la oportunidad ?. Yo creo que lo hizo expresamente para poder declararse, en público, más Masistes que el propio Mas. Mientras el presidente, claro, era sentado en primera fila.
En fin, tampoco se si el resto del grupo -los Villatoro, Sanchis, Aira, Sintes y compañía- han hecho ya un ejercicio de contrición similar. Me cuesta mucho seguirlos. Son tan previsibles. Me refiero a la crème de la crème intelectual-periodístico de este país.
Los enchufados. Los que escriben en La Vanguardia, El Periódico o el Ara porque son cuota convergente. Los que salen cada dos por tres a TV3. Los que tienen un programa propio en Cataluña Radio -esto es pura envidia: a mí Fèlix Riera no me invitó ni a un café en tres años- o en la Red.
Pero ahora? Ahora se dan cuenta ?. No, ya sabían que el soberanismo no tenía suficiente fuerza para iniciar un proceso unilateral de independencia. Ellos también han hecho hervir la olla irresponsablemente. Con 62 diputados de 135 no vas a ninguna parte. Aunque sumes los diez de la CUP como se ha visto. No puedes declarar una independencia con 63 diputados en contra o decididamente en contra. No te reconocerá la Merkel ni Obama ni el Vaticano. Es que ni Sudán del Sur.
Ahora asistiremos, pues, a un retroceso en toda regla. Ahora saldrán los de ha valido la pena, los de hay que salvar los muebles, incluso los del yo ya lo decía ya. Cuando ya me perdonarán, los que lo decíamos éramos cuatro gatos. Y hemos sido sistemáticamente criticados, insultados, arrugados. Si yo cobrara de todos los lugares que dicen que cobro el Bárcenas a mi lado sería un aprendiz.
Aún peor: hemos sido silenciados en los medios públicos y privados. Nos han tratado de apestados. A mí lo que me duele es que lo haya hecho también el presidente de la Corpo, Brauli Duart. Y eso que es amigo mío. Pero de eso ya pararlo más adelante. Un día tengo que explicar, con pelos y señales, el día que me filtraron lo de los accionistas del Ara. Me usaron como un kleenex. Después terminaron repescando la Terribas.
Alicia Sánchez-Camacho -o Albert Rivera, me fa- decía una día que había catalanes de primera y de segunda. Peor: los hay de tercera. Los que estamos a favor de la independencia de Cataluña pero hemos advertido que no íbamos bien. Hemos sido tratado de vendidos, de traidores, de traidores. He tenido que escuchar de todo.
Ayer todavía tuve que aguantar un seguidor en twitter -además masoca- que me hablaba de bilis. Como si yo tuviera la culpa de no de la CUP. Debía de ser simpatizante de Juntos el Sí. Los convergentes trinan. Lo he dicho siempre: uno de los problemas del soberanismo es el nivel.
Ahora seremos testigos de un sálvese quien pueda. Como el Titanic, donde había codazos para subir a los botes salvavidas. Y algunos, con los nervios, quedaron a medio llenar. Incluso hago una predicción: los mismos que, en su día, mataron Pujol tras la confesión matarán ahora Mas si es necesario. Es simple instinto de supervivencia. El barco se hunde.
Pero ellos también son responsables: han inflado el globo. Entendámonos: no es que el proceso haya sido un suflé, pero es evidente que había suflé. Si hemos llegado hasta aquí es por el papel de la prensa -más bien el paperot- con TV3 a la cabeza, pero también porque somos un país sin intelectuales.
Aquí no hay ninguno que haya mantenido el equilibrio, incluso emocional. Marcado distancias con el poder. Al contrario, incluso los progres -como José Ramoneda- se pasaron en masa al proceso cuando vieron cómo cambiaba la dirección del viento. Bastaba para haberle preguntado un día al presidente: "Artur, quieres decir que vamos bien?".
En 2002, cuando tenía cuarenta y seis años pero ya era el heredero de Jordi Pujol, le hicieron un libro entrevista a cargo de otro periodista de confianza, Rafael de Ribot. El ahora presidente en funciones -más en funciones que nunca- decía: "Sería irresponsable llevar al país hacia un camino que significara una frustración colectiva" . Felicidades, presidente, lo ha conseguido.
Lo peor de todo es que han quemado la posibilidad de ser independientes durante una o dos generaciones. La derrota será como la retirada de Rusia. Perderemos la camisa. Hemos jugado y hemos perdido. Peor: hemos ido de farol y hemos perdido hasta los calzoncillos.
Habrá incluso replantear el soberanismo. Sacar del cajón Vicens-Vives, Gaziel, Pla. Volver a levantar la persiana como después de 1714, que diría Ernest Lluch. Los que aseguraban que sería pan comido, los del tenemos prisa -se recuerdan? - Han hecho tanto daño.
Mientras nuestros referentes intelectuales -y jovenlandesales- sean personajes como Toni Albà o Sala i Martín, por muy catedrático que sea, no vamos a ninguna parte. Mientras jodamos ayunos, digamos que Santa Teresa de Jesús era catalana o proponemos ceder el puerto de Tarragona a la Armada china seremos el hazmerreír de Europa. El frikismo, el pecho y huevones, el decir "fruta traidora" a una diputada ha hecho mucho daño. Ahora el daño ya está hecho.
XR
