Me muevo en ámbitos artísticos y hoy el arte ha perdido completamente el aura mágica que tuviera, un aura romántica, mística o religiosa.
Esas búsquedas individuales son despreciadas sistemáticamente.
El artista cómo creador que da un sentido ontológico a las cosas desde sí y dice que es arte ha sido sustituido por el agente cultural.
Al artista de la primera mitad del siglo XX se le considera de derechas. Siendo que ese lugar ontológico que ocupaba se lo ha traspasado al colectivo y a sus estructuras de poder, mediadas siempre por un curador (de cura curador).
Artistas cómo Barceló o Tapies hoy no tendrían nada qué hacer.
En estas estructuras, cómo es de esperar, hay un sistema de censura basado en el consenso unánime sobre el proyecto progresista.
Salirte de ahí, aunque no lo ataques, simplemente por defender tu individualidad ya es visto como algo sospechoso.
Los artistas no son ya sino agentes culturales del NOM, el desarrollo de su trabajo pasa sí o sí por la subvención pública.
Finalmente eso es lo que crea el problema. La falta del coleccionista. Mientras más financiado esté un arte menos se admite la búsqueda de una autenticidad.
Lo que pasa en el cine español es meramente una tapita de lo que ocurre en artes con menor público.
Aquí hay disciplinas y disciplinas, padrinos y apadrinados, eso por supuesto, pero ésta dinámica es ya completa e inamovible en la institución arte contemporáneo.
Así las cosas, no se admite de buen grado una manifestación existencialista y permanentemente se tacha de Ego cualquier particularismo.
Colectivos y más colectivos para hacer colectas, especialmente de fondos públicos.
Se busca gente guapa, rica, maja, que caiga bien, que hable bien, que tenga buen culito y sobretodo dócil. Todo esto para darle a cambio los cacahuetes que sobren. Vamos, comunistas de champán que vivan de la renta de popá y que se dediquen a CONCIENCIAR de lo malo que es Occidente.
Hay excepciones pero esa es la tónica.
Dejo aquí un vídeo la mar de interesante
Esas búsquedas individuales son despreciadas sistemáticamente.
El artista cómo creador que da un sentido ontológico a las cosas desde sí y dice que es arte ha sido sustituido por el agente cultural.
Al artista de la primera mitad del siglo XX se le considera de derechas. Siendo que ese lugar ontológico que ocupaba se lo ha traspasado al colectivo y a sus estructuras de poder, mediadas siempre por un curador (de cura curador).
Artistas cómo Barceló o Tapies hoy no tendrían nada qué hacer.
En estas estructuras, cómo es de esperar, hay un sistema de censura basado en el consenso unánime sobre el proyecto progresista.
Salirte de ahí, aunque no lo ataques, simplemente por defender tu individualidad ya es visto como algo sospechoso.
Los artistas no son ya sino agentes culturales del NOM, el desarrollo de su trabajo pasa sí o sí por la subvención pública.
Finalmente eso es lo que crea el problema. La falta del coleccionista. Mientras más financiado esté un arte menos se admite la búsqueda de una autenticidad.
Lo que pasa en el cine español es meramente una tapita de lo que ocurre en artes con menor público.
Aquí hay disciplinas y disciplinas, padrinos y apadrinados, eso por supuesto, pero ésta dinámica es ya completa e inamovible en la institución arte contemporáneo.
Así las cosas, no se admite de buen grado una manifestación existencialista y permanentemente se tacha de Ego cualquier particularismo.
Colectivos y más colectivos para hacer colectas, especialmente de fondos públicos.
Se busca gente guapa, rica, maja, que caiga bien, que hable bien, que tenga buen culito y sobretodo dócil. Todo esto para darle a cambio los cacahuetes que sobren. Vamos, comunistas de champán que vivan de la renta de popá y que se dediquen a CONCIENCIAR de lo malo que es Occidente.
Hay excepciones pero esa es la tónica.
Dejo aquí un vídeo la mar de interesante
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