Urano disonante
La cosita de Uranuuus
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- 10 Abr 2023
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Pues sí, veréis, no me gusta dirigirme a las personas mayores con malos ademanes, pero es que tengo un IMÁN para yayos hijopvtas que buscan BRONCAS en los autobuses públicos por cualquier nimiedad. Se creen algo así como los dueños del trasporte público y, en menos de un año, habré tenido como 5 encontronazos con viejos cascarrabias de cosa.
Mi primera reacción ante un desconocido que se cree mi dueño siempre es la indiferencia, o contestar diplomáticamente con tono suave, pero en cuanto una mujer muy mayor se me pone con voz autoritaria (realmente quien sea) se me enciende "algo" en la p*ta cabeza y ya contesto en proporción. Añadir que "mi progenitora" tenía complejo de sargento y por evitar males peores, pasaba de ella y de contestarla; siempre me contuve.
Total, que hoy ha sido por estirar las piernas y apoyar el borde de los talones en el asiento de enfrente, porque necesitaba descansar de estar de pie. Obviamente, no puse las suelas en el asiento, que aparte dudo que esté precisamente limpio... Al menos yo, así lo percibo, y cuando me siento en trasporte público, tiro la ropa a la lavadora nada más llegar a casa.
En fin, que estaba tan tranquila y me ha venido a increpar por la espalda una mujer mayor. Que si otra señora quería sentarse donde yo "apoyaba" los pies y no ha podido "por eso", por mi culpa, que patín patatán (a todo esto yo con cascos de música puestos que se veían perfectamente). Y pues nada, la he dicho que no me hablase así (con desprecio), que no era mi jefa. HA SEGUIDO balbuceando algo y claro...
La señora que iba al lado mía se ha animado y ha empezado también a decir más insensateces; yo, que soy muy digna, he cogido, me he levantado y, viendo que no paraban de rajar, mientras me alejaba de ellas les he dicho algo como: - ¡Anda y que os den, marujas! ¡Meteros en vuestra vida! ¡No estaba pisando el asiento, que mucha queja pero seguro que tu casa la tienes más sucia porque ni te quitarás y dejarás los zapatos en la entrada!
(Ahí sí he metido la GAMBA, porque hablar a esta "niñas de Franco" de si son o no sucias, o lo que sea... FLIPAS como se lo toman).
No han faltado los: Oy,Oy,Oy,Oy...
¡Qué p*to bochorno, os lo juro!
Y hace de menos de un mes otra parecida: Una yaya que ve que tengo las bolsas de la compra en el asiento grande. Se acerca y me reprende que ahí no se ponen (¿?¿?¿?). Le digo que tiene los asientos de al lado libres, y ella que no, que quería sentarse donde yo había puesto las bolsas. Cuando bajé del bus, empezó -otra vez- a decirme chorradas, yo la contesté en mal tono: ¡Venga, hasta NUNCA!
OTRA: Un puñetero viejo que, habiendo sitios libres, se empeña en sentarse donde tengo las bolsas porque quiere ir al lado de la ventana. Le comento que tiene otros sitios libres y el en plan: - Aiiijj ya, pero ejjj que me gusta ése. Cojo, le digo que qué oportunista, y me voy cediéndole mi asiento y el de al lado con la fruta ventana mientras farfullo un: - ¡Anda y que te joroben!
En fin, burbus, es continúo.
Mi primera reacción ante un desconocido que se cree mi dueño siempre es la indiferencia, o contestar diplomáticamente con tono suave, pero en cuanto una mujer muy mayor se me pone con voz autoritaria (realmente quien sea) se me enciende "algo" en la p*ta cabeza y ya contesto en proporción. Añadir que "mi progenitora" tenía complejo de sargento y por evitar males peores, pasaba de ella y de contestarla; siempre me contuve.
Total, que hoy ha sido por estirar las piernas y apoyar el borde de los talones en el asiento de enfrente, porque necesitaba descansar de estar de pie. Obviamente, no puse las suelas en el asiento, que aparte dudo que esté precisamente limpio... Al menos yo, así lo percibo, y cuando me siento en trasporte público, tiro la ropa a la lavadora nada más llegar a casa.
En fin, que estaba tan tranquila y me ha venido a increpar por la espalda una mujer mayor. Que si otra señora quería sentarse donde yo "apoyaba" los pies y no ha podido "por eso", por mi culpa, que patín patatán (a todo esto yo con cascos de música puestos que se veían perfectamente). Y pues nada, la he dicho que no me hablase así (con desprecio), que no era mi jefa. HA SEGUIDO balbuceando algo y claro...
La señora que iba al lado mía se ha animado y ha empezado también a decir más insensateces; yo, que soy muy digna, he cogido, me he levantado y, viendo que no paraban de rajar, mientras me alejaba de ellas les he dicho algo como: - ¡Anda y que os den, marujas! ¡Meteros en vuestra vida! ¡No estaba pisando el asiento, que mucha queja pero seguro que tu casa la tienes más sucia porque ni te quitarás y dejarás los zapatos en la entrada!
(Ahí sí he metido la GAMBA, porque hablar a esta "niñas de Franco" de si son o no sucias, o lo que sea... FLIPAS como se lo toman).No han faltado los: Oy,Oy,Oy,Oy...
¡Qué p*to bochorno, os lo juro!
Y hace de menos de un mes otra parecida: Una yaya que ve que tengo las bolsas de la compra en el asiento grande. Se acerca y me reprende que ahí no se ponen (¿?¿?¿?). Le digo que tiene los asientos de al lado libres, y ella que no, que quería sentarse donde yo había puesto las bolsas. Cuando bajé del bus, empezó -otra vez- a decirme chorradas, yo la contesté en mal tono: ¡Venga, hasta NUNCA!
OTRA: Un puñetero viejo que, habiendo sitios libres, se empeña en sentarse donde tengo las bolsas porque quiere ir al lado de la ventana. Le comento que tiene otros sitios libres y el en plan: - Aiiijj ya, pero ejjj que me gusta ése. Cojo, le digo que qué oportunista, y me voy cediéndole mi asiento y el de al lado con la fruta ventana mientras farfullo un: - ¡Anda y que te joroben!
En fin, burbus, es continúo.
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