He eutanasiado mi gato

revongo

Himbersor
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11 Oct 2022
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En primer lugar deben saber que escribo esto no para que me respondan, ni para buscar atención. Sencillamente es mi manera de desahogarme. Es como un blog, una botella en el espacio. No pido respeto ni cariño ni burlas. Probablemente no volveré a leer las posibles respuestas a este mensaje.

Tengo un gato de hace 15 años. Lo adoptamos de pequeñito, en una protectora de animales. Era un regalo para mi nieta, que practicamente vivía en nuestra casa por entonces por temas laborales de los padres. Al final el animal se quedó en nuestra casa.
A mi mujer nunca le hizo ninguna gracia, pero poco a poco se encariñó también de él.
Para mi era mi compañero de casa. No se despegaba de mi. Siempre encima mío en cuanto me acostaba en el sofa o en la cama. Dormía siempre conmigo, en verano entre mis piernas y en invierno debajo del edredon en mis brazos como si fuera un niño.
Era muy limpio, siempre hacía sus cosas en su caja. Si alguna vez estaba mal, o tenía que vomitar, salía a una esquina, vomitaba y luego maullaba y se escondía.
Siempre ha comido el mismo pienso, la misma marca hasta hace un año o así...que ya había perdido dos colmillos y le costaba comer un poco. Entonces empecé a darle otra marca, para veteranos, algo más fácil de masticar. Nunca ha comido comida nuestra ni tampoco patés o latas...ni las más gourmet que hemos podido encontrar. Sencillamente no comía hasta que le quitabas eso de su plato y le ponías su pienso. Lo hemos intentado una vez 3 días...y ya ni se acercaba a su plato. Solo se quejaba de hambre.
Bueno, pues tampoco ha tenido problemas de salud, excepto un corte en la piel que tuvieron que coserle por una caída y una infección en la glandula del ojo ciego. Todo hace muchos años.
Siempre activo, juguetón, con un carácter muy sólido. Muy gracioso y tranquilo hasta que le tocabas los huevones, que ya podías salir corriendo. Te perseguía y te mordía de las piernas como un perro. No tenía miedo y mientras más violento te ponías con el, más cabrón se ponía el.
Desde hace unos pocos meses empezó a cambiar de actitud, movimientos, maullido, actividad. Esperábamos que empiece a cambiar, ya tenía 15 años, pero algo más lento. Lo más extraño es que ultimamente "le gustaba" meter la cabeza en mi sobaco o debajo de mi barbilla, apretando y se quedaba allí dormido. Me lo tomaba como una forma diferente de cariño.
Desde el sábado, de repente, empezó a caminar por toda la casa, con pasos pequeños, como cansado, pero sin parar, día y noche, sin parar. Ya no quería ni en mis brazos, ni subirse al sofá o la cama, nada...solo caminaba sin parar, alrededor de todas las habitaciones, una detrás de otra, y vuelta a empezar. El domingo igual. El lunes me lo encontré entre el mueble del baño y la pared, allí, parado. Cuando me oyó, se puso a maullar, como llorando, como desorientado. Nunca lo había oído hacer eso. Le llamé y entonces salió de allí y siguio el camino, pasando por mi lado solo con una leve caricia por mi pierna sin parar de caminar. Lo cogí, le acaricié, intenté jugar con él pero en un momento dado me bufió, como nunca ha hecho. Me quedé muy extrañado. Lo bajé al suelo y siguió caminado sin parar. El martes me dí cuenta que no había comido nada. Me lo encontré entre una maceta en el salón y la pared, allí, de píe, se había cagado, pero no se movía. En cuanto me oyó, empezó otra vez a llorar y en cuanto le llamé salió como si nada y empezo a caminar. Limpié la ocre y lo cogí en brazos. Mantenía los ojos abiertos, sin pestañear y me dí cuanta que practicamente ya no veía. Se había quedado ciego.
Salí con el al veterinario.
Le hicieron pruebas, pero no había nada extraños.
Le tomaron sangre.
Me dijeron que por los síntomas, lo más probable es un tumor en el sistema central, pero tenían que hacer una tomografía y luego a ver.
Le dieron un antiínflamatorio para ver si mejoraba.
Me lo llevé a casa. Ayer por la mañana, apenas caminaba, cada vez máa agachado de patitas, no reaccionaba a la luz, a las manos, solo caminaba sin parar hasta que se quedaba atascado en alguna esquina y se quedaba allí hasta que le llamabas.
Volví con el al veterinario.
Los análisis de sangre estaban bien.
Me dijeron que tenía que ser algo de cu cabeza, lo más seguro un derrame o un tumór.
Por su edad, por su posible enfermedad, por su sufrimiento, tomé la decisión de dormirlo.
Estuve con el todo el proceso.
Se fué tranquilo.
Ojalá alguien tenga la piedad conmigo la que yo tuve con él.
Desd ayer estoy llorando cada vez que me acuerdo de él, o me paso por casa, esperando que salga de algún escondite. Pero ya no.
No paro de pensar si hice todo lo que pude. Si tenía que intentar un tratamiento, si no fué precipitada la decisión, si lo hice por su bien o por el mío.
No soy capaz de responder.
Solo que tomé la decisión que pensé mejor para él. Meterle en tratamientos, operaciones, sin ninguna garantía, con esperanzas mínimas y con meses de sufrimiento para él...dormirle me pareció el mejor regalo para él. Suena muy estropeado.
Lo siento mi rellenito.
Espero que estés mejor allí donde estés, lo que está seguro es que en mi memoria estarás siempre en lo alto.
Nunca te olvidaré compañero.
 
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Tengo un gato de hace 15 años. Lo adoptamos de pequeñito, en una protectora de animales. Era un regalo para mi nieta, que practicamente vivía en nuestra casa por entonces por temas laborales de los padres. Al final el animal se quedó en nuestra casa.
A mi mujer nunca le hizo ninguna gracia, pero poco a poco se encariñó también de él.
Para mi era mi compañero de casa. No se despegaba de mi. Siempre encima mío en cuanto me acostaba en el sofa o en la cama. Dormía siempre conmigo, en verano entre mis piernas y en invierno debajo del edredon en mis brazos como si fuera un niño.
Era muy limpio, siempre hacía sus cosas en su caja. Si alguna vez estaba mal, o tenía que vomitar, salía a una esquina, vomitaba y luego maullaba y se escondía.
Siempre ha comido el mismo pienso, la misma marca hasta hace un año o así...que ya había perdido dos colmillos y le costaba comer un poco. Entonces empecé a darle otra marca, para veteranos, algo más fácil de masticar. Nunca ha comido comida nuestra ni tampoco patés o latas...ni las más gourmet que hemos podido encontrar. Sencillamente no comía hasta que le quitabas eso de su plato y le ponías su pienso. Lo hemos intentado una vez 3 días...y ya ni se acercaba a su plato. Solo se quejaba de hambre.
Bueno, pues tampoco ha tenido problemas de salud, excepto un corte en la piel que tuvieron que coserle por una caída y una infección en la glandula del ojo ciego. Todo hace muchos años.
Siempre activo, juguetón, con un carácter muy sólido. Muy gracioso y tranquilo hasta que le tocabas los huevones, que ya podías salir corriendo. Te perseguía y te mordía de las piernas como un perro. No tenía miedo y mientras más violento te ponías con el, más cabrón se ponía el.
Desde hace unos pocos meses empezó a cambiar de actitud, movimientos, maullido, actividad. Esperábamos que empiece a cambiar, ya tenía 15 años, pero algo más lento. Lo más extraño es que ultimamente "le gustaba" meter la cabeza en mi sobaco o debajo de mi barbilla, apretando y se quedaba allí dormido. Me lo tomaba como una forma diferente de cariño.
Desde el sábado, de repente, empezó a caminar por toda la casa, con pasos pequeños, como cansado, pero sin parar, día y noche, sin parar. Ya no quería ni en mis brazos, ni subirse al sofá o la cama, nada...solo caminaba sin parar, alrededor de todas las habitaciones, una detrás de otra, y vuelta a empezar. El domingo igual. El lunes me lo encontré entre el mueble del baño y la pared, allí, parado. Cuando me oyó, se puso a maullar, como llorando, como desorientado. Nunca lo había oído hacer eso. Le llamé y entonces salió de allí y siguio el camino, pasando por mi lado solo con una leve caricia por mi pierna sin parar de caminar. Lo cogí, le acaricié, intenté jugar con él pero en un momento dado me bufió, como nunca ha hecho. Me quedé muy extrañado. Lo bajé al suelo y siguió caminado sin parar. El martes me dí cuenta que no había comido nada. Me lo encontré entre una maceta en el salón y la pared, allí, de píe, se había cagado, pero no se movía. En cuanto me oyó, empezó otra vez a llorar y en cuanto le llamé salió como si nada y empezo a caminar. Limpié la ocre y lo cogí en brazos. Mantenía los ojos abiertos, sin pestañear y me dí cuanta que practicamente ya no veía. Se había quedado ciego.
Salí con el al veterinario.
Le hicieron pruebas, pero no había nada extraños.
Le tomaron sangre.
Me dijeron que por los síntomas, lo más probable es un tumor en el sistema central, pero tenían que hacer una tomografía y luego a ver.
Le dieron un antiínflamatorio para ver si mejoraba.
Me lo llevé a casa. Ayer por la mañana, apenas caminaba, cada vez máa agachado de patitas, no reaccionaba a la luz, a las manos, solo caminaba sin parar hasta que se quedaba atascado en alguna esquina y se quedaba allí hasta que le llamabas.
Volví con el al veterinario.
Los análisis de sangre estaban bien.
Me dijeron que tenía que ser algo de cu cabeza, lo más seguro un derrame o un tumór.
Por su edad, por su posible enfermedad, por su sufrimiento, tomé la decisión de dormirlo.
Estuve con el todo el proceso.
Se fué tranquilo.
Ojalá alguien tenga la piedad conmigo la que yo tuve con él.
Desd ayer estoy llorando cada vez que me acuerdo de él, o me paso por casa, esperando que salga de algún escondite. Pero ya no.
No paro de pensar si hice todo lo que pude. Si tenía que intentar un tratamiento, si no fué precipitada la decisión, si lo hice por su bien o por el mío.
No soy capaz de responder.
Solo que tomé la decisión que pensé mejor para él. Meterle en tratamientos, operaciones, sin ninguna garantía, con esperanzas mínimas y con meses de sufrimiento para él...dormirle me pareció el mejor regalo para él. Suena muy estropeado.
Lo siento mi rellenito.
Espero que estés mejor allí donde estés, lo que está seguro es que en mi memoria estarás siempre en lo alto.
Nunca te olvidaré compañero.
Lo lamento, pero has pasado 15 años disfrutando de tu gato y has hecho muy pero que muy bien evitando sufriera más, lo has eutanasiado por él y por ti y bien hecho.
 
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