Maledicencia
Madmaxista
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La veinteañera Nao y los 70 'apóstatas' de Alá
Son el movimiento emergente entre los jóvenes fiel a la religión del amores más descreídos de Europa. Por renunciar a la fe en Alá y postular una vida laica, se enfrentan al repudio de los suyos. El ateísmo está castigado con la pena de fin en el Islam. Nao es española de origen joven, nacida aquí, hija de la inmi gración. Solo tiene 22 años y ya habla con la madurez de una mujer de 40.
Se hartó hace un año de que su padre le agrediese física y emocionalmente porque quería tener una vida propia -«mi futuro iba a ser la casa de mi marido, mi padre me lo dijo con esas palabras y yo no podía consentirlo»-y, por lo tanto, al margen del Islam; buscó una plataforma que le ayudase a librarse de esa situación y que le orientase, y no la encontró; así que la creó. Y se dio cuenta de que «hay muchos más y no estamos solos».
PREGUNTA. Empecemos por esa Asociación de Exmusulmanes que has creado. ¿Qué es?
RESPUESTA. La Asociación de Exmusulmanes nació en abril del año 2019 con el propósito de ser una red de apoyo entre apóstatas del islam, poder ayudarnos todos con lo que sea posible. Cada uno aporta su granito de arena. También nos gustaría, en un futuro, cuando tengamos más recursos, poder facilitar una pequeña ayuda para todas esas personas que quieran emanciparse de sus padres. Por desgracia, el único camino muchas veces para dejar la religión es huir de casa y empezar de cero. Y ya, poniéndonos utópicos, que algún día se nos brinde esa seguridad institucional para poder “salir del armario” como apóstatas y no temer por nuestra vida.
P. ¿Has llegado a temer por tu vida debido a tu reivindicación pública de la apostasía?
R. Sí, no te voy a mentir, sobre todo cuantas más interacciones tengo de amenazas, insultos, acoso en general, más miedo me da. Cuando empecé a posicionarme en contra de las religiones recibía unos cuantos comentarios, pero a día de hoy he llegado a recibir miles de comentarios insultándome e incluso deseándome la fin. La gente está muy adoctrinada, no sería la primera vez que asesinan a un apóstata del islam, y no estoy hablando de Arabia Saudí: hace un año una chica fue asesinada en Londres, así que también pasa aquí; saber que no sería ni la primera ni la última sí que da más miedo aún… Muchas veces he pensado en dejarlo todo y vivir mi vida normal, sin debates ideológicos ni batallas, pero sinceramente no podría dejar solas a todas esas personas en las que veo mi reflejo, el reflejo de lo que yo he pasado desde mi apostasía. A mí también me hubiese gustado ver a una persona como yo dando la cara por mí, y eso es una razón de peso para seguir, a pesar de todo. Mi lucha es justa y merece la pena.
P. ¿Te has sentido sola cuando oías eso de "es su cultura y hay que respetarla"?
R. (Risas) ¡Siempre he dicho que mi cultura no es para nada ponerse un velo en la cabeza y rezarle de rodillas a Alá! Yo me siento joven cuando a la hora de merendar me hago un té bien caliente, sea agosto o diciembre y, como hacía me abuela, lo enfrío sirviéndolo cada vez más alejado del vaso. Son pequeñas costumbres que a mí me hacen sentir joven y no me hace falta ningún Dios para ello. Por eso mismo es muy difícil aceptar que una persona como yo sea atea: porque aún no saben diferenciar entre cultura y religión. Pero ninguna cultura merece respeto, todas deben ganárselo, así que es nuestro deber hacer que todas estas prácticas y actitudes retrógradas que existen en ellas desaparezcan.
P. ¿Qué piensas de la postura de la izquierda europea en relación con el islam?
R. Fatal, fatal, fatal. Mucha hipocresía, racismo y discriminación positiva. No hay nada más racista que apoyar 'la diferencia' solo porque es diferencia. La izquierda europea funciona con el islam como cuando íbamos a párvulos y, por haber sido bueno un día, te dejaban elegir el juego. Pues básicamente es así, pero todos los días del año: reparten carnets de ''minorías'' y por miedo de ser tachados de racistas, te dejan hacer lo que quieras. ¿Que quieres casar a tu hija? Bueno, no es asunto nuestro, porque “es tu cultura”. Y así muchos ejemplos más. ¿Y quiénes son las víctimas? Todos esos hijos e hijas de fiel a la religión del amores que quieren cambiar su comunidad, que quieren que sus padres, sus hermanos, sus primos, etc., dejen de lado todas estas ideas retrógradas, machistas y peligrosas en el pasado, donde deben estar. Tenemos que empezar a trabajar todos juntos para erradicar estas ideas. Tenemos que dejar tolerarlas solo porque es la cultura o religión de alguien.
P. ¿Y qué me dices sobre el otro lado, los movimientos xenófobos de derecha populista?
R. Otros que tal bailan. Pues te digo que no saben diferenciar entre de la religión del amor y joven, pero han sabido muy bien jugar sus cartas con el islam, han sabido cómo meterle miedo a la sociedad con todo el tema de los atentados y el terrorismo. Han aprendido muy bien a posicionarse en contra del islam, algunos se leen hasta el Corán y escriben un libro, pero no nos confundamos: su discurso contra el islam no es más que racismo. No es que no les guste el islam, es que no les gustan los jovenlandeses. En el movimiento de exmusulmanes, estos discursos han afectado un poquito, un mínimo, pero han afectado, desgraciadamente. Muchos apóstatas del islam se han pasado a la derecha porque ven esa empatía en ellos que no encuentran en la izquierda. Esa solidaridad que la izquierda no te da, muchos y muchas la buscan en la derecha y se equivocan. Para la derecha solamente somos instrumentos políticos, no les importamos, seguimos siendo pagapensiones y jamás seremos como ellos. Así que para unos seremos herramientas, para otros “nazis-islamófobos”, pero la verdad es que estamos en primera línea para protestar contra las injusticias y las discriminaciones.
P. ¿Qué parte de religión íntima y qué parte de política hay en el mundo islámico?
R. Separar la política de la religión fiel a la religión del amora me parece absurdo. El islam siempre ha tenido aspectos políticos durante toda la historia, sus raíces son totalmente políticas y querer separar esta religión de lo único que realmente le permite sobrevivir es ilógico. En los escritos sagrados se pronuncian políticamente, el fin del islam es tener un sistema donde las leyes se rijan por las leyes islámicas de la 'sharía', un Califato, el fin de las ''dictaduras infieles''. Como ves, realmente los llamados extremistas de ISIS entendieron muy bien el islam y por eso mismo quieren su expansión, porque el islam así lo ordena.
P. ¿Cómo funciona la presión de grupo en ambos sentidos? Es decir: ¿cómo tiraba de ti cada grupo, el natal y religioso y el del mundo exterior?
R. El choque multicultural que he tenido ha sido muy fuerte, yo diría que exagerado. Bueno, pasé de escuchar Sami Yusuf, un cantante de la religión del amor que habla de Dios e islam, a escuchar las Vulpess, que hablan de todo menos de eso, ¿no? Así que ese conflicto interno siempre estuvo en mí, quiera o no. Mis padres siempre quisieron que fuera esa chica joven modesta que hace lo que quieren sus padres, que piensa en formar una familia y cree en el matrimonio. Pero yo estaba siendo todo lo contrario. Lo más duro fue elegir, porque tenía que hacerlo y la presión que tenía tanto de un grupo como de otro era pesada. En un lado tenía a mi familia, mis raíces, mi cultura, mi religión y en la otra tenía a mis amigos, mis pasiones, mi forma de vida… Créeme que nunca me ha costado tanto hacer una lista de pros y contras.
P. ¿Querrías contar cómo fue esta ruptura familiar?
R. Muy doloroso. Basta la pregunta para que me suba este nudo horrible por toda la garganta. Jamás había pasado más de 24 horas lejos de mi familia y a día de hoy llevo casi dos años desde la ruptura. Realmente, pasó todo muy rápido. Durante un mes estuve llevando pertenencias a casa de una conocida, para que no se notase la ausencia de ropa o cosas a las que tenía cariño, como ciertos libros. Tuve que hacerlo poco a poco. Un mes entero, todos los días, una camiseta, un libro, una foto… Hasta que llegó el día en que tuve que hacer mi último examen, y aproveché ese día para fugarme. Siempre lo he visto como si fuese una fugitiva. Me levanté, rutina normal, mi hermana pequeña estaba despierta y mi progenitora la estaba vistiendo para ir al cole. Cogí mi mochila, le di un abrazo a mi hermana, mi progenitora me dio un beso para desearme suerte en el examen. Acabé el peor examen de mi vida (que, por cierto, aprobé, aprovecho para presumir un poco), y cogí ese bolso con mis cosas y se acabó. Ahí dejé a mi familia, esperando que algún día volviese a cruzar esa puerta. Y espero algún día hacerlo, con respeto mutuo.
https://twitter.com/exmusulmanes_as
La veinteañera Nao y los 70 'apóstatas' de Alá
"Tengo 22 años, soy mujer y he apostatado del islam"
Son el movimiento emergente entre los jóvenes fiel a la religión del amores más descreídos de Europa. Por renunciar a la fe en Alá y postular una vida laica, se enfrentan al repudio de los suyos. El ateísmo está castigado con la pena de fin en el Islam. Nao es española de origen joven, nacida aquí, hija de la inmi gración. Solo tiene 22 años y ya habla con la madurez de una mujer de 40.
Se hartó hace un año de que su padre le agrediese física y emocionalmente porque quería tener una vida propia -«mi futuro iba a ser la casa de mi marido, mi padre me lo dijo con esas palabras y yo no podía consentirlo»-y, por lo tanto, al margen del Islam; buscó una plataforma que le ayudase a librarse de esa situación y que le orientase, y no la encontró; así que la creó. Y se dio cuenta de que «hay muchos más y no estamos solos».
PREGUNTA. Empecemos por esa Asociación de Exmusulmanes que has creado. ¿Qué es?
RESPUESTA. La Asociación de Exmusulmanes nació en abril del año 2019 con el propósito de ser una red de apoyo entre apóstatas del islam, poder ayudarnos todos con lo que sea posible. Cada uno aporta su granito de arena. También nos gustaría, en un futuro, cuando tengamos más recursos, poder facilitar una pequeña ayuda para todas esas personas que quieran emanciparse de sus padres. Por desgracia, el único camino muchas veces para dejar la religión es huir de casa y empezar de cero. Y ya, poniéndonos utópicos, que algún día se nos brinde esa seguridad institucional para poder “salir del armario” como apóstatas y no temer por nuestra vida.
P. ¿Has llegado a temer por tu vida debido a tu reivindicación pública de la apostasía?
R. Sí, no te voy a mentir, sobre todo cuantas más interacciones tengo de amenazas, insultos, acoso en general, más miedo me da. Cuando empecé a posicionarme en contra de las religiones recibía unos cuantos comentarios, pero a día de hoy he llegado a recibir miles de comentarios insultándome e incluso deseándome la fin. La gente está muy adoctrinada, no sería la primera vez que asesinan a un apóstata del islam, y no estoy hablando de Arabia Saudí: hace un año una chica fue asesinada en Londres, así que también pasa aquí; saber que no sería ni la primera ni la última sí que da más miedo aún… Muchas veces he pensado en dejarlo todo y vivir mi vida normal, sin debates ideológicos ni batallas, pero sinceramente no podría dejar solas a todas esas personas en las que veo mi reflejo, el reflejo de lo que yo he pasado desde mi apostasía. A mí también me hubiese gustado ver a una persona como yo dando la cara por mí, y eso es una razón de peso para seguir, a pesar de todo. Mi lucha es justa y merece la pena.
P. ¿Te has sentido sola cuando oías eso de "es su cultura y hay que respetarla"?
R. (Risas) ¡Siempre he dicho que mi cultura no es para nada ponerse un velo en la cabeza y rezarle de rodillas a Alá! Yo me siento joven cuando a la hora de merendar me hago un té bien caliente, sea agosto o diciembre y, como hacía me abuela, lo enfrío sirviéndolo cada vez más alejado del vaso. Son pequeñas costumbres que a mí me hacen sentir joven y no me hace falta ningún Dios para ello. Por eso mismo es muy difícil aceptar que una persona como yo sea atea: porque aún no saben diferenciar entre cultura y religión. Pero ninguna cultura merece respeto, todas deben ganárselo, así que es nuestro deber hacer que todas estas prácticas y actitudes retrógradas que existen en ellas desaparezcan.
P. ¿Qué piensas de la postura de la izquierda europea en relación con el islam?
R. Fatal, fatal, fatal. Mucha hipocresía, racismo y discriminación positiva. No hay nada más racista que apoyar 'la diferencia' solo porque es diferencia. La izquierda europea funciona con el islam como cuando íbamos a párvulos y, por haber sido bueno un día, te dejaban elegir el juego. Pues básicamente es así, pero todos los días del año: reparten carnets de ''minorías'' y por miedo de ser tachados de racistas, te dejan hacer lo que quieras. ¿Que quieres casar a tu hija? Bueno, no es asunto nuestro, porque “es tu cultura”. Y así muchos ejemplos más. ¿Y quiénes son las víctimas? Todos esos hijos e hijas de fiel a la religión del amores que quieren cambiar su comunidad, que quieren que sus padres, sus hermanos, sus primos, etc., dejen de lado todas estas ideas retrógradas, machistas y peligrosas en el pasado, donde deben estar. Tenemos que empezar a trabajar todos juntos para erradicar estas ideas. Tenemos que dejar tolerarlas solo porque es la cultura o religión de alguien.
P. ¿Y qué me dices sobre el otro lado, los movimientos xenófobos de derecha populista?
R. Otros que tal bailan. Pues te digo que no saben diferenciar entre de la religión del amor y joven, pero han sabido muy bien jugar sus cartas con el islam, han sabido cómo meterle miedo a la sociedad con todo el tema de los atentados y el terrorismo. Han aprendido muy bien a posicionarse en contra del islam, algunos se leen hasta el Corán y escriben un libro, pero no nos confundamos: su discurso contra el islam no es más que racismo. No es que no les guste el islam, es que no les gustan los jovenlandeses. En el movimiento de exmusulmanes, estos discursos han afectado un poquito, un mínimo, pero han afectado, desgraciadamente. Muchos apóstatas del islam se han pasado a la derecha porque ven esa empatía en ellos que no encuentran en la izquierda. Esa solidaridad que la izquierda no te da, muchos y muchas la buscan en la derecha y se equivocan. Para la derecha solamente somos instrumentos políticos, no les importamos, seguimos siendo pagapensiones y jamás seremos como ellos. Así que para unos seremos herramientas, para otros “nazis-islamófobos”, pero la verdad es que estamos en primera línea para protestar contra las injusticias y las discriminaciones.
P. ¿Qué parte de religión íntima y qué parte de política hay en el mundo islámico?
R. Separar la política de la religión fiel a la religión del amora me parece absurdo. El islam siempre ha tenido aspectos políticos durante toda la historia, sus raíces son totalmente políticas y querer separar esta religión de lo único que realmente le permite sobrevivir es ilógico. En los escritos sagrados se pronuncian políticamente, el fin del islam es tener un sistema donde las leyes se rijan por las leyes islámicas de la 'sharía', un Califato, el fin de las ''dictaduras infieles''. Como ves, realmente los llamados extremistas de ISIS entendieron muy bien el islam y por eso mismo quieren su expansión, porque el islam así lo ordena.
P. ¿Cómo funciona la presión de grupo en ambos sentidos? Es decir: ¿cómo tiraba de ti cada grupo, el natal y religioso y el del mundo exterior?
R. El choque multicultural que he tenido ha sido muy fuerte, yo diría que exagerado. Bueno, pasé de escuchar Sami Yusuf, un cantante de la religión del amor que habla de Dios e islam, a escuchar las Vulpess, que hablan de todo menos de eso, ¿no? Así que ese conflicto interno siempre estuvo en mí, quiera o no. Mis padres siempre quisieron que fuera esa chica joven modesta que hace lo que quieren sus padres, que piensa en formar una familia y cree en el matrimonio. Pero yo estaba siendo todo lo contrario. Lo más duro fue elegir, porque tenía que hacerlo y la presión que tenía tanto de un grupo como de otro era pesada. En un lado tenía a mi familia, mis raíces, mi cultura, mi religión y en la otra tenía a mis amigos, mis pasiones, mi forma de vida… Créeme que nunca me ha costado tanto hacer una lista de pros y contras.
P. ¿Querrías contar cómo fue esta ruptura familiar?
R. Muy doloroso. Basta la pregunta para que me suba este nudo horrible por toda la garganta. Jamás había pasado más de 24 horas lejos de mi familia y a día de hoy llevo casi dos años desde la ruptura. Realmente, pasó todo muy rápido. Durante un mes estuve llevando pertenencias a casa de una conocida, para que no se notase la ausencia de ropa o cosas a las que tenía cariño, como ciertos libros. Tuve que hacerlo poco a poco. Un mes entero, todos los días, una camiseta, un libro, una foto… Hasta que llegó el día en que tuve que hacer mi último examen, y aproveché ese día para fugarme. Siempre lo he visto como si fuese una fugitiva. Me levanté, rutina normal, mi hermana pequeña estaba despierta y mi progenitora la estaba vistiendo para ir al cole. Cogí mi mochila, le di un abrazo a mi hermana, mi progenitora me dio un beso para desearme suerte en el examen. Acabé el peor examen de mi vida (que, por cierto, aprobé, aprovecho para presumir un poco), y cogí ese bolso con mis cosas y se acabó. Ahí dejé a mi familia, esperando que algún día volviese a cruzar esa puerta. Y espero algún día hacerlo, con respeto mutuo.
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La veinteañera Nao y los 70 'apóstatas' de Alá
"Tengo 22 años, soy mujer y he apostatado del islam"