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Himbersor
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HOY SE HABLA DE
En Europa existe una doble urgencia para tras*formar el sistema energético: poner fin a la dependencia de los combustibles fósiles rusos y hacer frente a la crisis climática. Respecto a esto último, como parte del paquete de medidas “Fit for 55”, se acerca el fin de los coches de combustión a partir de 2035. Pero, ¿podrían ser los e-fuels su salvación?
Sobre el papel podría serlo, sí, ya que los e-fuels o combustibles sintéticos no provienen del petróleo y son considerados neutrales en emisiones: están fabricados artificialmente a partir de aire, agua y energía, y en su combustión devuelven a la atmósfera el CO₂ captado para su fabricación. En la práctica, esto no convence a la UE. Vemos por qué.
Qué son los combustibles sintéticos y de dónde salen
Los carburantes sintéticos o e-fuels son combustibles líquidos, similares a los hidrocarburos comunes como la gasolina o el diésel que usamos en la actualidad, pero a diferencia de estos, no proceden de fuentes de energía fósiles.
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Y es que para que sea considerado un “combustible verde” la energía utilizada para su fabricación ha de ser renovable, como la electricidad necesaria para la separación del hidrógeno y el oxígeno mediante electrólisis.
Además, el dióxido de carbono necesario para reaccionar con el hidrógeno y formar metano (que a su vez se reformularía como un sustituto sintético del combustible habitual), se filtra del aire.
El uso de energía renovable y la captura de dióxido de carbono de la atmósfera lo convierte en un combustible neutro en carbono cuando se quema, es decir, no produciría nuevas emisiones de gases de efecto invernadero, pues devolvería a la atmósfera el CO₂ captado para su fabricación.
Así, en teoría, un coche gasolina o diésel que funcione con e-fuel tendría las mismas emisiones CO₂ que un coche eléctrico. Es decir, sería un coche de cero emisiones al utilizar e-fuel. Además, no afecta a la cadena alimentaria, ni fomenta la deforestación y puede producirse industrialmente en grandes cantidades.
Principales ventajas e inconvenientes de los e-fuels
Este proceso -que aquí hemos sintetizado al máximo- en realidad es complejo, y aunque el e-fuel presenta algunas ventajas sobre otros combustibles, no está exento de inconvenientes.
Por citar ejemplos, entre sus ventajas se encuentra que puede ser tras*portado de forma segura y menos compleja que el hidrógeno en largas distancias y almacenarse durante un período de tiempo prolongado, como la gasolina o diésel actual.
Además, no sería ni difícil ni costoso adaptar la cadena de distribución y almacenaje de carburantes que ya existe para los carburantes sintéticos.
También se ha de tener en cuenta que la densidad de energía de estos combustibles es mayor que la de otras alternativas como el hidrógeno, es decir, son capaces de concentrar una alta cantidad de energía en un espacio reducido. Y eso es una ventaja de cara a los trayectos largos que realizan los grandes medios de tras*porte.
Así, los e-fuels no solo son interesantes para los coches, ya que se pueden utilizar también en aviones, barcos y camiones actuales, a los que ofrecen prestaciones similares a las de los combustibles convencionales.
Entre los aspectos negativos de los combustibles sintéticos es que su producción es un proceso complejo con muchas etapas intermedias, que depende de las energías renovables para que tenga sentido. Y aunque estas están en auge, no todos los países pueden llegar a su producción en masa sin depender del suministro de otros.
También es importante señalar que no es un proceso barato ni completamente productivo: en el mejor de los casos, convierte la mitad de la energía de la electricidad que se ha gastado para ello en combustibles líquidos o gaseosos.