Dadaria
Cuerpo de Voluntarios Realistas
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Pues eso, hay que meterle un buen multazo a los catetos/anglómanos que usan el & en vez de la Y, que para eso existe en español. Se tenía que decir y se dijo.
Sí, ya se que es un símbolo que viene del latín, pero eso lo saben cuatro y el del tambor. Quienes lo ponen en un 99% de los casos es porque lo asocian al inglés y les parece chulo.
Sí, ya se que es un símbolo que viene del latín, pero eso lo saben cuatro y el del tambor. Quienes lo ponen en un 99% de los casos es porque lo asocian al inglés y les parece chulo.
Bueno, ahora en serio, el comentario de apertura no tiene otro fin sino, en tono de cachondeo, señalar un hecho cada vez más frecuente: negocios normales y corrientes que se suben al carro de la anglomanía. Como he dicho antes, el ejemplo del et quizás no sea el mejor para identificar este fenómeno, pero en cualquier caso es un hecho palpable, puesto que los mismo ocurre con los apóstrofes y el uso indiscriminado del inglés, en negocios tan dispares como peluquerías o despachos de abogados.
Efectivamente, el et es un símbolo de origen latino, y como bien señaló @I. de A., también se utilizó en castellano, aunque ya en el siglo XVIII se había abandonado por completo en detrimiento de la Y. ¿De verdad creéis que la gran mayoría de personas que lo usan en sus negocios saben ese origen latino? ¿O lo usan, en cambio, porque lo copian del inglés, y creen que es algo que queda moderno o chulo?
Exactamente. Al final, lo que nos encontramos es una serie de foreros que justifican lo injustificable: la prespitación del idioma y su erosión mediante el uso extensivo de fórmulas ajenas (o arcáicas, pero vigentes en inglés) frente a títulos que deberían estar en español o en las lenguas regionales en las que se encuentren.
Tampoco creo que multar por eso sea la solución (y desde aquí quiero aclarar que no deja de ser un comentario jocoso e irónico). Pero resulta desalentador ver a tantas personas, no pocas de ellas de clase media alta, incluso, siendo presas del mal gusto, el horterismo y la anglomanía.
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