Epic Failer
Madmaxista
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Ayer estaban las calles de mi ciudad llenas como hacía mucho que no veía. Tanta gente que todos los párkings tenían el cartel de COMPLETO. No había ningún hueco libre ni en zona azul. Había coches aparcados en medianas, en vados permanentes, en aceras, en rotondas... Todo -TODO- estaba a explotar. Restaurantes con el cartel de AFORO COMPLETO o RESERVADO PARA..., colas hasta para comprar tres churros y un vaso pequeño de cartón de chololate pésimo a 5€, gente con bolsas hasta arriba de ropa, regalos, etc., atracciones para niños con colas de media hora (12€ tres viajes, 5€ un viaje suelto; los viajes duran escasamente cinco minutos), el teatro sin butacas, garitos y locales de ocio en general con precios absurdos y llenos hasta la bandera...
Euforia, mejores galas, maquillaje a tope, gente y más gente, riadas de turistas en el casco antiguo, estudiantes saliendo en masa de fiesta, ejércitos de repartidores en ciclomotor, bicicleta o patinete no dando abasto y corriendo de un sitio a otro (incluso un convoy de seis o siete motos de Telepizza) y hasta autocares trayendo a gente de los pueblos a ver los puestos de Navidad y los belenes. Me encontré con un antiguo compañero del instituto con la niña y la mujer dando vueltas para aparcar porque iban a cenar con la familia en un restaurante con estrellas Michelín a 200€ el menú. Él, profesor de educación física en un instituto y ella, enfermera. Entrarán 4.000€ tranquilamente este mes más lo que saquen del piso que heredó él de una tía soltera y que está alquilado a estudiantes.
El dinero quema. Les arde en las manos. Son yonkis del gasto desenfrenado. Luego en enero vendrá el monazo. Y el pedir dinero a los padres o algún hermano que tenga hábito de ahorro. O directamente tirar de tarjeta de crédito. O de Cofidis. Y patadón palante.
Euforia, mejores galas, maquillaje a tope, gente y más gente, riadas de turistas en el casco antiguo, estudiantes saliendo en masa de fiesta, ejércitos de repartidores en ciclomotor, bicicleta o patinete no dando abasto y corriendo de un sitio a otro (incluso un convoy de seis o siete motos de Telepizza) y hasta autocares trayendo a gente de los pueblos a ver los puestos de Navidad y los belenes. Me encontré con un antiguo compañero del instituto con la niña y la mujer dando vueltas para aparcar porque iban a cenar con la familia en un restaurante con estrellas Michelín a 200€ el menú. Él, profesor de educación física en un instituto y ella, enfermera. Entrarán 4.000€ tranquilamente este mes más lo que saquen del piso que heredó él de una tía soltera y que está alquilado a estudiantes.
El dinero quema. Les arde en las manos. Son yonkis del gasto desenfrenado. Luego en enero vendrá el monazo. Y el pedir dinero a los padres o algún hermano que tenga hábito de ahorro. O directamente tirar de tarjeta de crédito. O de Cofidis. Y patadón palante.
