NegroDeAcero
Forero Paco Demier
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- 13 Ago 2023
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Por desgracia llevo unos meses viviendo aquí, atraído por una oportunidad de trabajo en una ciudad que prometía buen clima, hermosas playas y bajos precios en vivienda.
Todo eso, es verdad, pero todo lo siguiente también.
Cada día cuando camino por sus calles me invade el olor embriagador de orines de perro, da igual por donde vayas, ese hedor está presente en cada calle de la ciudad. Las pobres gentes friegan siempre la porción de acera próxima a su portal, con la intención de eliminar el hediondo aroma, haciendo el trabajo de un ayuntamiento del todo incompetente en labores de limpieza, por lo que ten cuidado si caminas a primera hora por la ciudad, no será la primera vez que una baldosa suelta me salpica llenándome las piernas de agua con lejía. Mejor no hablemos de los excrementos de perro que también abundan, algunos parecen de caballo.
Mención especial por supuesto a su característico urbanismo carente de toda lógica, visitando la ciudad podrás ser testigo de ello, edificios de muy diferentes alturas unos al lado de otros, la mayoría sin de derechasda con un acabado paupérrimo, dando al conjunto un aspecto de lo más deleznable.
No será raro observar en las azoteas de los edificios, en la parte más próxima a su de derechasda, un sin fin de antenas de televisión, ofreciendo un penosa visión del conjunto con todos sus cables colgando.
Algunos dicen que hay muchísimos rumanos, que si la llaman Bucarest de la Plana y demás mofas, creedme que los rumanos es el menor de los problemas de esta ciudad, no siendo así con la increíble cantidad de etnianos que abundan por todas partes.
Teniendo su cuartel general en Almazora, disponen de delegaciones por toda la Plana, no será raro verlos montando una tienda en la playa aprovechando los hierros y las lonas de un puesto de mercadillo mientras sus Jonatan toman un baño.
¿Alguna vez has tenido que ir al Hospital General Universitario? Por desgracia se cae a cachos, las urgencias parecen el túnel de la bruja, de auténtica pena.
¿Quieres comprarte una casita junto al mar? Tienes muchas oportunidades en la Marjaleria, una zona entre la ciudad y la costa que anteriormente (y ahora también) eran campos de cultivo. A esta zona la cruzan un sin fin de acequias de riego infestadas de mosquitos, junto a ellas han construido gran cantidad de casitas, todas ilegales claro está, aquí gustan de aprovechar un pedazo de huerto de naranjos y plantarte un chalet en suelo rústico sin contemplación ninguna, tienen el orgullo de llamar a estos engendros "Villas".
Pero no todo es malo, el centro comercial no está nada mal, aunque está próximo a una de las delegaciones anteriormente mencionadas y no será raro verlos en manada comiendo en el Kentucky Fried Chicken y aledaños.
La zona del Grao es especialmente triste, como casi todas las zonas portuarias, aunque desde el parque del Pinar en adelante la cosa cambia, es lo único que se salva de la ciudad, zona de chalecitos adosados bien hechos, al contrario que todo lo demás.
No dejéis de visitar la ciudad, merece la pena.
Todo eso, es verdad, pero todo lo siguiente también.
Cada día cuando camino por sus calles me invade el olor embriagador de orines de perro, da igual por donde vayas, ese hedor está presente en cada calle de la ciudad. Las pobres gentes friegan siempre la porción de acera próxima a su portal, con la intención de eliminar el hediondo aroma, haciendo el trabajo de un ayuntamiento del todo incompetente en labores de limpieza, por lo que ten cuidado si caminas a primera hora por la ciudad, no será la primera vez que una baldosa suelta me salpica llenándome las piernas de agua con lejía. Mejor no hablemos de los excrementos de perro que también abundan, algunos parecen de caballo.
Mención especial por supuesto a su característico urbanismo carente de toda lógica, visitando la ciudad podrás ser testigo de ello, edificios de muy diferentes alturas unos al lado de otros, la mayoría sin de derechasda con un acabado paupérrimo, dando al conjunto un aspecto de lo más deleznable.
No será raro observar en las azoteas de los edificios, en la parte más próxima a su de derechasda, un sin fin de antenas de televisión, ofreciendo un penosa visión del conjunto con todos sus cables colgando.
Algunos dicen que hay muchísimos rumanos, que si la llaman Bucarest de la Plana y demás mofas, creedme que los rumanos es el menor de los problemas de esta ciudad, no siendo así con la increíble cantidad de etnianos que abundan por todas partes.
Teniendo su cuartel general en Almazora, disponen de delegaciones por toda la Plana, no será raro verlos montando una tienda en la playa aprovechando los hierros y las lonas de un puesto de mercadillo mientras sus Jonatan toman un baño.
¿Alguna vez has tenido que ir al Hospital General Universitario? Por desgracia se cae a cachos, las urgencias parecen el túnel de la bruja, de auténtica pena.
¿Quieres comprarte una casita junto al mar? Tienes muchas oportunidades en la Marjaleria, una zona entre la ciudad y la costa que anteriormente (y ahora también) eran campos de cultivo. A esta zona la cruzan un sin fin de acequias de riego infestadas de mosquitos, junto a ellas han construido gran cantidad de casitas, todas ilegales claro está, aquí gustan de aprovechar un pedazo de huerto de naranjos y plantarte un chalet en suelo rústico sin contemplación ninguna, tienen el orgullo de llamar a estos engendros "Villas".
Pero no todo es malo, el centro comercial no está nada mal, aunque está próximo a una de las delegaciones anteriormente mencionadas y no será raro verlos en manada comiendo en el Kentucky Fried Chicken y aledaños.
La zona del Grao es especialmente triste, como casi todas las zonas portuarias, aunque desde el parque del Pinar en adelante la cosa cambia, es lo único que se salva de la ciudad, zona de chalecitos adosados bien hechos, al contrario que todo lo demás.
No dejéis de visitar la ciudad, merece la pena.
