Era yo el que dijo lo de quemado, pero hay una diferencia entre quemado en este mundo, y quemado de este mundo. Me refería a la primera.
La visión que tienes sobre un trabajador por "cuenta ajena" es un poco demodé o tal vez distorsionada por nuestros oficinistas patrios o la imagen que se intenta transmitir. La figura del trajeado cambia cuando ves a un tío con una camiseta de supercoco manejando unos kilotones, no es lo normal pero nadie te exige una uniformidad. Te los cruzas por la calle, crees que va a echar una jornada en un KCF y resulta que está manejando el equivalente al presupuesto de un pequeño país.
Horarios rígidos si cumples el objetivo a primera hora pues estás libre. En cuanto a la gestión de tu presupuesto, eso tienes unas normas iguales que las que debes tener operando con tu propio dinero (Gestión del riesgo es lo mismo para 20 Megas que para 10 mil, si no quieres terminar bebiendo Don Simón en la calle). Y ya no hablo de vacaciones, puedes tirarte si quieres 15 días sin aparecer por el trabajo, siempre que cumplas con los números.
Una vez dicho esto hay que pasar por los tres estados para decidir que te gusta más y donde estás mas a gusto.
Primer estado: Inversor gacelilla que se juega sus ahorros desde casa. Pues te juegas tu dinero, no duermes si dejas posiciones abiertas y con el mercado europeo cerrado suenan las trompetas del apocalipsis en las Americas o en lejano oriente. Sueles tener otro trabajo, al menos al principio, porque si dependes del trading comerías salchichas del Lidl cada dos días y el de enmedio guardando dieta)
Segundo estado: Pasas a trabajar por cuenta ajena, totalmente en desacuerdo con que se hace por necesidad (en muchos casos si, pero en este lo dudo). El conocimiento de "la jungla" que te da trabajar con los verdaderos "jaws", hacer operaciones manejando un presupuesto enorme (imaginad una cifra y puede que os quedéis cortos), y por supuesto trabajando en un ambiente que nada tiene que ver con lo que se conoce en Hispanistán. Además este trabajo te da la posibilidad de conseguir unos ingresos, impensables para un principiante a no ser que seas hijo del Carlos Slim, para poder pasar al siguiente estado.
Crear una sociedad donde entras como inversor: Este es el tercer estado, y seguramente el más duro. Ahora si te estas jugando dinero tuyo de verdad, apostando fuerte y sabes que detrás de ti andan tus antiguos compañeros. Eres una presa apetitosa...
Por último se vuelve a tu estado original, si las cosas te han ido bien, inviertes como una gacela más, te quedas alguna noche mirando el mercado nocturno, porque no sabes si el viernes pasado tomaste la decisión correcta....etc etc.
Cada "etapa" tiene cosas buenas y malas, pero para decidir si te gustan o no hay que probarlas. También depende del tipo de persona, muchas nunca darían el salto al tercer estado y otras es el objetivo último de su vida profesional. Para gustos los colores....