Sargento Kowalski
El Señor del Alto amaje
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Podrá convocar para las fotos y la propaganda mutua a Leonardo Di Caprio, a Arnold Escobarzenegger y a Perico de los palotes, pero una cosa es su brutal presencia en los medios de manipulación masiva y otra muy diferente que la gente sienta verdadero interés por la eterna niña vaga y enfadada que dice que tiene superpoderes y que es capaz de ver la contaminación por CO 2 con sus propios ojos gracias a su síndrome de Asperger.
Una vez más ha quedado demostrado que aquello que los medios se esfuerzan en meternos por la fuerza, en realidad no tiene reflejo en el interés real de la gente cuya mente intentan conquistar.
La pedorra Greta Thunberg se va a la cosa:
Estrepitoso fracaso del programa de Greta Thunberg presentado por la BBC en Londres
Greta Thunberg: Un año para cambiar el mundo se llama nueva la bobada de la boba
El primer programa de televisión de la activista climática sueca Greta Thunberg en Londres, resultó un estrepitoso fracaso al resultar decepcionante para la audiencia, a pesar de todos los esfuerzos de la BBC por impulsarlo.
El programa con el nombre de: Greta Thunberg: Un año para cambiar el mundo se presentó en el horario estelar de las 21 horas, el de máxima audiencia, el 14 de abril.
Eran tantas las esperanzas de éxito de la BBC que programó tres emisiones de una hora cada una, pero según los datos de audiencia de Overnights.TV, el programa de la cadena principal de la BBC, la BBC1, perdió un 55% de su audiencia con respecto a la franja previa.
El promedio de los espectadores fue de tan solo 1,08 millones, mientras que durante la semana anterior fue de 3,56 millones con un 18,9 por ciento de cuota de audiencia, al presentar el programa Masterchef.
El despliegue fue tal que contó con la participación de Sir David Attenborough, el científico británico y divulgador naturalista más conocido de la televisión, y alusiones despectivas al expresidente estadounidense Donald Trump y al presidente ruso Vladimir pilinguin.
Además de la escenificación con imágenes impresionantes de fenómenos de la naturaleza, supuestamente en peligro por el polémico cambio climático, y largas tomas de Thunberg con aspecto angustiado y apasionado, que no pudieran evitar el desastre del programa.
Se postulan varias teorías acerca de las causas del fracaso, entre las que se consideran “que la audiencia está sufriendo un caso severo de fatiga de Greta Thunberg y que los espectadores no estén tan interesados en la catástrofe climática como los políticos, los activistas ecológicos o la BBC creen que deberían estarlo”.
La serie ya se había presentado en otros países a medida que Thunberg tras*itaba por ellos, mientras suspendía su asistencia a la escuela durante un año. En ese tiempo “explora la ciencia del calentamiento global y desafía a los líderes mundiales sobre la creciente crisis”.
Para el popular activista medioambiental y ensayista Michael Shellenberger, es exagerada la campaña de Thunberg y afirma: “El alarmismo de Greta Thunberg está lastimando a los niños que cree estar salvando”.
Shellenberger opinó que:“La salud mental de los adolescentes está siendo dañada por este alarmismo apocalíptico, pero también está dañando otras cosas”. “El alarmismo climático está haciendo que millones de niños en el mundo desarrollado crean que no se convertirán en adultos porque el mundo se acabará antes de que puedan crecer”.
Además, las exigencias son: “no dejen que los países pobres tengan combustibles fósiles, por el amor de Dios. No dejéis que se industrialicen. Qué terrible. No dejemos que se trasladen a las ciudades, mantengámoslos en los pueblos, démosles un panel solar y una batería, eso debería ser suficiente. Y eso es algo bastante oscuro”.
También alegó que la adolescente “se dedica a viajar a cuerpo de rey por todo el planeta culpándonos de que el 90% del plástico en los océanos sea tirado por asiáticos y jovenlandeses”, refiriéndose a la alocución emitida por ella ante los mandatarios reunidos en Nueva York.
Una vez más ha quedado demostrado que aquello que los medios se esfuerzan en meternos por la fuerza, en realidad no tiene reflejo en el interés real de la gente cuya mente intentan conquistar.
La pedorra Greta Thunberg se va a la cosa:
Estrepitoso fracaso del programa de Greta Thunberg presentado por la BBC en Londres
Greta Thunberg: Un año para cambiar el mundo se llama nueva la bobada de la boba
El primer programa de televisión de la activista climática sueca Greta Thunberg en Londres, resultó un estrepitoso fracaso al resultar decepcionante para la audiencia, a pesar de todos los esfuerzos de la BBC por impulsarlo.
El programa con el nombre de: Greta Thunberg: Un año para cambiar el mundo se presentó en el horario estelar de las 21 horas, el de máxima audiencia, el 14 de abril.
Eran tantas las esperanzas de éxito de la BBC que programó tres emisiones de una hora cada una, pero según los datos de audiencia de Overnights.TV, el programa de la cadena principal de la BBC, la BBC1, perdió un 55% de su audiencia con respecto a la franja previa.
El promedio de los espectadores fue de tan solo 1,08 millones, mientras que durante la semana anterior fue de 3,56 millones con un 18,9 por ciento de cuota de audiencia, al presentar el programa Masterchef.
El despliegue fue tal que contó con la participación de Sir David Attenborough, el científico británico y divulgador naturalista más conocido de la televisión, y alusiones despectivas al expresidente estadounidense Donald Trump y al presidente ruso Vladimir pilinguin.
Además de la escenificación con imágenes impresionantes de fenómenos de la naturaleza, supuestamente en peligro por el polémico cambio climático, y largas tomas de Thunberg con aspecto angustiado y apasionado, que no pudieran evitar el desastre del programa.
Se postulan varias teorías acerca de las causas del fracaso, entre las que se consideran “que la audiencia está sufriendo un caso severo de fatiga de Greta Thunberg y que los espectadores no estén tan interesados en la catástrofe climática como los políticos, los activistas ecológicos o la BBC creen que deberían estarlo”.
La serie ya se había presentado en otros países a medida que Thunberg tras*itaba por ellos, mientras suspendía su asistencia a la escuela durante un año. En ese tiempo “explora la ciencia del calentamiento global y desafía a los líderes mundiales sobre la creciente crisis”.
Para el popular activista medioambiental y ensayista Michael Shellenberger, es exagerada la campaña de Thunberg y afirma: “El alarmismo de Greta Thunberg está lastimando a los niños que cree estar salvando”.
Además, las exigencias son: “no dejen que los países pobres tengan combustibles fósiles, por el amor de Dios. No dejéis que se industrialicen. Qué terrible. No dejemos que se trasladen a las ciudades, mantengámoslos en los pueblos, démosles un panel solar y una batería, eso debería ser suficiente. Y eso es algo bastante oscuro”.
También alegó que la adolescente “se dedica a viajar a cuerpo de rey por todo el planeta culpándonos de que el 90% del plástico en los océanos sea tirado por asiáticos y jovenlandeses”, refiriéndose a la alocución emitida por ella ante los mandatarios reunidos en Nueva York.