david53
Madmaxista
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Un docente del colegio Can Raspalls usa gafas sin cristales, se caracteriza y cambia de nombre para dar español a niños de entre 10 y 12 años
La Inspección Educativa reconoce que esta praxis "no está justificada" y hace un seguimiento
Estudiar castellano en Ibiza: "Si mi hija pedía hacer pis en español, la maestra decía que no la entendía"
Se llama Pepe (nombre ficticio) y es docente de primaria del colegio Can Raspalls de Ibiza. Pero su identidad cambia cuando tiene que dar lengua castellana. Entonces se pone gafas sin cristales, una camisa, corbata y se hace llamar Godofredo. Las quejas de los padres por esta ridiculización del español han llegado a la dirección del colegio, que durante al menos tres años ha permitido esta práctica. «Es intolerable que se haga la vista subida de peso durante tanto tiempo», denuncian las familias, que lamentan que los niños crean que hablar castellano es una payasada y perciban el bilingüismo como algo raro.
La Inspección Educativa intervino en el mes de diciembre por el asunto de Godofredo, coincidiendo con el foco mediático puesto en Can Raspalls, a raíz de una denuncia previa de Irma, una progenitora a la que le negaban enseñanza en español para sus tres hijos. En este primer caso, Educación no actuó y avaló la inmersión lingüística del centro, pese al requerimiento del Defensor del Pueblo que dio la razón a la progenitora.
La queja de Irma disparó las reclamaciones de otros padres y surgió el tema de Godofredo. ¿Por qué se viste de espantapájaros únicamente para impartir castellano? ¿Es aceptable que de 23 horas semanales, sólo cuatro y media sean en castellano y de éstas tres y media con un tipo disfrazado? ¿Tiene sentido que el maestro diga que lo hace porque los niños -de 10 y 12 años- no saben si hablan catalán o castellano?», cuestionaron.
La inspectora propuso una extravagante solución: ahora el docente tiene que ponerse cristales en las gafas y no hacerse llamar Godofredo, pero puede seguir caracterizándose para impartir las pocas horas de castellano que tienen los niños de quinto y sexto A.
En una reunión reciente, el maestro tuvo que dar explicaciones a las familias. Alegó que empleaba una metodología innovadora para diferenciar el castellano y el catalán para no confundir a los niños. «Pero los argumentos caen por su propio peso», apuntan los padres críticos con esta praxis, ya que el docente da catalán esporádicamente (en Racó) a los grupos de 5º y 6º A.
En el proyecto educativo del colegio (publicado en la web) no se detalla tampoco esta metodología. Además, es el único maestro que la emplea. Por eso, los padres creen que no fue aprobada y que Godo ha actuado por libre todo este tiempo.
Después de que en diciembre la Inspección Educativa pidiera al profesor que desistiera de disfrazarse, únicamente se consiguió que se pusiese un cristal en las gafas. Posteriormente, Inspección habló con él y le exigió (él no quería), que cesase en el cambio de nombre para dar la clase. Finalmente, en la segunda semana lectiva de enero, tuvo que explicar a los alumnos que ya no es Godofredo. Para asombro de los niños, el maestro de castellano se llama Pepe.
Así que Pepe se sigue vistiendo con una camisa, corbata y gafas -ahora con cristal- para dar clase de castellano, y se quita dicha indumentaria para impartir el resto de asignaturas. Inspección manifiesta que no puede indicar a nadie cómo tiene que vestirse para dar una clase, siempre y cuando lo haga con respeto.
Las familias no entienden que la inspectora no haya sido capaz de actuar de raíz y ponga paños calientes a lo que ella misma considera una actitud inapropiada. Sostienen que Pepe no busca el bien de sus alumnos y «se disfraza porque desprecia el castellano. Es una opción personal, no pedagógica», abundan.
En su Facebook, Pepe no oculta su ideología: exhibe el lazo amarillo y la urna a favor del independentismo catalán «¿casualidad?», se preguntan los padres.
La directora no ha querido hacer ninguna valoración a este rotativo ni explicar si existe una base pedagógica en este método. Aseguró que es una «chorrada» y exigió saber qué padres se han quejado por este asunto.
Desde la conselleria de Educación reconocen que la conducta del docente «no estaba justificada» y que la Inspección le hará seguimiento este trimestre «para comprobar que ha modificado la forma de dar clase». Y entre polémica y polémica, el conseller del ramo, Martí March, visitó el pasado jueves Can Raspalls, donde defendió al colegio de «los ataques» de padres y destacó «el buen trabajo» que hacen los docentes.
Catalán e inglés pero ni una hora de castellano
El proyecto lingüístico del colegio Can Raspalls de Ibiza, publicado en la página web del centro, deja a las claras que el catalán será la lengua vehicular y que no se dará castellano en toda la etapa de infantil. En cambio, sí da cabida al inglés. El idioma extranjero se trata como una segunda lengua, mientras el idioma oficial del Estado no se introduce hasta los 6 años.
«Se utilizará el catalán en todas las áreas de forma globalizadora, tanto a nivel oral como de lectoescritura (sic)», afirma el centro, que «apuesta por la incorporación de la lengua extranjera a partir de 4º de educación infantil», distribuyendo las sesiones de la siguiente manera:en 4º se dan dos sesiones de 30 minutos; en 5º, una de una hora y otra de 45 minutos, y en 6ºlos niños tienen dos sesiones de una hora cada una.
En primaria, el catalán se da en todas las materias de peso:ciencias naturales y sociales, educación artística y matemáticas. En castellano sólo se imparte la asignatura de Religión (o la equivalente de Valores Cívicos) y, como excpeción, en 1º y 2º de primaria también los racons (dos sesiones semanales).
En cambio, el centro apuesta por el tratamiento de la lengua inglesa «como eje vertebrador dentro del desarrollo de nuestro alumnado», afirma, y aparte de la lengua inglesa, se da una área no lingüística en ingllés, concretamente en Educación Física.
Por último, advierte a los padres que pidan libre elección de lengua en infantil de que «por el carácter globalizador de la etapa» [en catalán], sólo se darán dos horas semanales de racons, otras dos horas de psicomotricidad y 2,5 más de autonomía personal.
Godofredo, el maestro de Ibiza que se disfraza de 'augusto' para dar castellano
La Inspección Educativa reconoce que esta praxis "no está justificada" y hace un seguimiento
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Se llama Pepe (nombre ficticio) y es docente de primaria del colegio Can Raspalls de Ibiza. Pero su identidad cambia cuando tiene que dar lengua castellana. Entonces se pone gafas sin cristales, una camisa, corbata y se hace llamar Godofredo. Las quejas de los padres por esta ridiculización del español han llegado a la dirección del colegio, que durante al menos tres años ha permitido esta práctica. «Es intolerable que se haga la vista subida de peso durante tanto tiempo», denuncian las familias, que lamentan que los niños crean que hablar castellano es una payasada y perciban el bilingüismo como algo raro.
La Inspección Educativa intervino en el mes de diciembre por el asunto de Godofredo, coincidiendo con el foco mediático puesto en Can Raspalls, a raíz de una denuncia previa de Irma, una progenitora a la que le negaban enseñanza en español para sus tres hijos. En este primer caso, Educación no actuó y avaló la inmersión lingüística del centro, pese al requerimiento del Defensor del Pueblo que dio la razón a la progenitora.
La queja de Irma disparó las reclamaciones de otros padres y surgió el tema de Godofredo. ¿Por qué se viste de espantapájaros únicamente para impartir castellano? ¿Es aceptable que de 23 horas semanales, sólo cuatro y media sean en castellano y de éstas tres y media con un tipo disfrazado? ¿Tiene sentido que el maestro diga que lo hace porque los niños -de 10 y 12 años- no saben si hablan catalán o castellano?», cuestionaron.
La inspectora propuso una extravagante solución: ahora el docente tiene que ponerse cristales en las gafas y no hacerse llamar Godofredo, pero puede seguir caracterizándose para impartir las pocas horas de castellano que tienen los niños de quinto y sexto A.
En una reunión reciente, el maestro tuvo que dar explicaciones a las familias. Alegó que empleaba una metodología innovadora para diferenciar el castellano y el catalán para no confundir a los niños. «Pero los argumentos caen por su propio peso», apuntan los padres críticos con esta praxis, ya que el docente da catalán esporádicamente (en Racó) a los grupos de 5º y 6º A.
En el proyecto educativo del colegio (publicado en la web) no se detalla tampoco esta metodología. Además, es el único maestro que la emplea. Por eso, los padres creen que no fue aprobada y que Godo ha actuado por libre todo este tiempo.
Después de que en diciembre la Inspección Educativa pidiera al profesor que desistiera de disfrazarse, únicamente se consiguió que se pusiese un cristal en las gafas. Posteriormente, Inspección habló con él y le exigió (él no quería), que cesase en el cambio de nombre para dar la clase. Finalmente, en la segunda semana lectiva de enero, tuvo que explicar a los alumnos que ya no es Godofredo. Para asombro de los niños, el maestro de castellano se llama Pepe.
Así que Pepe se sigue vistiendo con una camisa, corbata y gafas -ahora con cristal- para dar clase de castellano, y se quita dicha indumentaria para impartir el resto de asignaturas. Inspección manifiesta que no puede indicar a nadie cómo tiene que vestirse para dar una clase, siempre y cuando lo haga con respeto.
Las familias no entienden que la inspectora no haya sido capaz de actuar de raíz y ponga paños calientes a lo que ella misma considera una actitud inapropiada. Sostienen que Pepe no busca el bien de sus alumnos y «se disfraza porque desprecia el castellano. Es una opción personal, no pedagógica», abundan.
En su Facebook, Pepe no oculta su ideología: exhibe el lazo amarillo y la urna a favor del independentismo catalán «¿casualidad?», se preguntan los padres.
La directora no ha querido hacer ninguna valoración a este rotativo ni explicar si existe una base pedagógica en este método. Aseguró que es una «chorrada» y exigió saber qué padres se han quejado por este asunto.
Desde la conselleria de Educación reconocen que la conducta del docente «no estaba justificada» y que la Inspección le hará seguimiento este trimestre «para comprobar que ha modificado la forma de dar clase». Y entre polémica y polémica, el conseller del ramo, Martí March, visitó el pasado jueves Can Raspalls, donde defendió al colegio de «los ataques» de padres y destacó «el buen trabajo» que hacen los docentes.
Catalán e inglés pero ni una hora de castellano
El proyecto lingüístico del colegio Can Raspalls de Ibiza, publicado en la página web del centro, deja a las claras que el catalán será la lengua vehicular y que no se dará castellano en toda la etapa de infantil. En cambio, sí da cabida al inglés. El idioma extranjero se trata como una segunda lengua, mientras el idioma oficial del Estado no se introduce hasta los 6 años.
«Se utilizará el catalán en todas las áreas de forma globalizadora, tanto a nivel oral como de lectoescritura (sic)», afirma el centro, que «apuesta por la incorporación de la lengua extranjera a partir de 4º de educación infantil», distribuyendo las sesiones de la siguiente manera:en 4º se dan dos sesiones de 30 minutos; en 5º, una de una hora y otra de 45 minutos, y en 6ºlos niños tienen dos sesiones de una hora cada una.
En primaria, el catalán se da en todas las materias de peso:ciencias naturales y sociales, educación artística y matemáticas. En castellano sólo se imparte la asignatura de Religión (o la equivalente de Valores Cívicos) y, como excpeción, en 1º y 2º de primaria también los racons (dos sesiones semanales).
En cambio, el centro apuesta por el tratamiento de la lengua inglesa «como eje vertebrador dentro del desarrollo de nuestro alumnado», afirma, y aparte de la lengua inglesa, se da una área no lingüística en ingllés, concretamente en Educación Física.
Por último, advierte a los padres que pidan libre elección de lengua en infantil de que «por el carácter globalizador de la etapa» [en catalán], sólo se darán dos horas semanales de racons, otras dos horas de psicomotricidad y 2,5 más de autonomía personal.
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