La ‘bomba de relojería’, que Urkullu ha puesto a las puertas de La Moncloa pidiendo un ‘Estado plurinacional’, con autogobierno y el ‘derecho a decidir’ qué implican la independencia del País Vasco y la desaparición de la Nación Española, ha desestabilizado al Gobierno y al PSOE.
Lugares desde donde se han apresurado a rechazar la propuesta de Urkullu, con ‘buenas y cobardes’ maneras, en lugar de afirmar directamente que su oferta es inaceptable e inconstitucional y que la Nación Española es y será intocable.
Pero si grave es lo de Urkullu, es decir lo del PNV, peor se presenta lo que pedirá el martes Puigdemont en nombre de JxC y ERC, una vez que desde ERC se ha calificado de escasa e insuficiente la propuesta de Urkullu.
De manera que si lo de Urkullu es una ‘bomba de relojería’ lo de Puigdemont será una ‘bomba de racimo’ con: la petición de amnistía, autodeterminación para la independencia y reconocimiento de legalidad del referéndum del 1-O de 2017, para anular la sentencia del Tribunal Supremo, que ya fue rebajada con los indultos y la eliminación, por Sánchez, del delito de sedición.
Pero, después del rechazo del Gobierno y del PSOE al ‘Estado plurinacional’ de Urkullu, ¿qué votará el PNV en la pretendida investidura de Sánchez una vez que PP y PSOE dicen que la Nación Española es intocable?
Y atención: ¿qué van a hacer ahora Bildu y Otegui después que Sánchez haya rechazado -por boca de Alegría y Bolaños- el ‘Estado plurinacional’, el autogobierno Vasco y el ‘derecho a decidir’ del País Vasco que ha pedido Urkullu?
El enredo lo ha organizado Sánchez al tras*mitir a Puigdemont que la amnistía y el referéndum de autodeterminación eran negociables. Y ello está en el origen de esta escalada nacionalista, que alcanzará las más altas cotas con las exigencias que planteará el martes Puigdemont.
Pero Sánchez, el del ‘manual de resistencia’, no se rinde y está convencido que Urkullu y Puigdemont ‘van de boquilla’ y no ejecutarán sus amenazas sino que le apoyaran primero a Sánchez en la investidura, a cambio de una etérea y simple promesa de que de todo se puede hablar y negociar.
Y todo ello y por más que la repetición electoral haya subido puntos en las casas de apuestas, con la propuesta de Urkullu (que el PNV no puede retirar) y con la que se espera de Puigdemont. Pero Sánchez, que sigue abierto a todo lo que vaya contra España, con tal de permanecer en el poder y confía en que PNV, ERC y JxC primero le van a ‘embestir’ y luego lo van a ‘investir’.
Y mientras tanto los barones del PSOE, alarmados, se muerden la lengua y aguantan la respiración en la espera de que el prófugo de Waterloo abra la caja de los truenos con la que pretende abrir con Sánchez una negociación.
Mientras en el PP confían en que, con las exigencias imposibles de Urkullu y las del prófugo de Waterloo, Puigdemont, apoyados por PNV, JxC y ERC todo acabe en un adelanto electoral que le ofrezca una segunda oportunidad a Feijóo.
Sánchez no se rinde y confía en el PNV, ERC y JxC
Lugares desde donde se han apresurado a rechazar la propuesta de Urkullu, con ‘buenas y cobardes’ maneras, en lugar de afirmar directamente que su oferta es inaceptable e inconstitucional y que la Nación Española es y será intocable.
Pero si grave es lo de Urkullu, es decir lo del PNV, peor se presenta lo que pedirá el martes Puigdemont en nombre de JxC y ERC, una vez que desde ERC se ha calificado de escasa e insuficiente la propuesta de Urkullu.
De manera que si lo de Urkullu es una ‘bomba de relojería’ lo de Puigdemont será una ‘bomba de racimo’ con: la petición de amnistía, autodeterminación para la independencia y reconocimiento de legalidad del referéndum del 1-O de 2017, para anular la sentencia del Tribunal Supremo, que ya fue rebajada con los indultos y la eliminación, por Sánchez, del delito de sedición.
Pero, después del rechazo del Gobierno y del PSOE al ‘Estado plurinacional’ de Urkullu, ¿qué votará el PNV en la pretendida investidura de Sánchez una vez que PP y PSOE dicen que la Nación Española es intocable?
Y atención: ¿qué van a hacer ahora Bildu y Otegui después que Sánchez haya rechazado -por boca de Alegría y Bolaños- el ‘Estado plurinacional’, el autogobierno Vasco y el ‘derecho a decidir’ del País Vasco que ha pedido Urkullu?
El enredo lo ha organizado Sánchez al tras*mitir a Puigdemont que la amnistía y el referéndum de autodeterminación eran negociables. Y ello está en el origen de esta escalada nacionalista, que alcanzará las más altas cotas con las exigencias que planteará el martes Puigdemont.
Pero Sánchez, el del ‘manual de resistencia’, no se rinde y está convencido que Urkullu y Puigdemont ‘van de boquilla’ y no ejecutarán sus amenazas sino que le apoyaran primero a Sánchez en la investidura, a cambio de una etérea y simple promesa de que de todo se puede hablar y negociar.
Y todo ello y por más que la repetición electoral haya subido puntos en las casas de apuestas, con la propuesta de Urkullu (que el PNV no puede retirar) y con la que se espera de Puigdemont. Pero Sánchez, que sigue abierto a todo lo que vaya contra España, con tal de permanecer en el poder y confía en que PNV, ERC y JxC primero le van a ‘embestir’ y luego lo van a ‘investir’.
Y mientras tanto los barones del PSOE, alarmados, se muerden la lengua y aguantan la respiración en la espera de que el prófugo de Waterloo abra la caja de los truenos con la que pretende abrir con Sánchez una negociación.
Mientras en el PP confían en que, con las exigencias imposibles de Urkullu y las del prófugo de Waterloo, Puigdemont, apoyados por PNV, JxC y ERC todo acabe en un adelanto electoral que le ofrezca una segunda oportunidad a Feijóo.
Sánchez no se rinde y confía en el PNV, ERC y JxC
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