Segismunda
Reina de los Trolls
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Antes de analizar las fotos de CARLOS ALCAÑIZ, mientras nos palpamos la entrepierna y nos entregamos a PAZUZU, veamos el sorprendente paralelismo entre su caso y el de DANIEL SANCHO:
¿PERO QUIÉN ES CARLOS Y POR QUÉ VA A ENCULAR A DANI?
Carlos Alcañiz (1986) causaba estragos en su Tarrasa natal. Ya en el instituto levantaba la falda de las crías para TOCARLES LA TORRIJA EN ALMÍBAR. Cuando se enfadaba, les prendía fuego en el pelo para oírlas gritar y tiraba diccionarios a la cara de los niños con necesidades especiales, en un intento poco ortodoxo de enriquecer su vocabulario. Su comportamiento de bullie incorregible conseguía, no obstante, que las chortis jijeasen. Veían sus rasgos hipersimétricos y sus ojos verdes y no podían creer que tan buena genética fuese heredada por un criminal. Sus músculos incipientes y sus tatuajes terminaban de inclinar la balanza: querían reformarlo, convertirlo en su dócil gatito, enseñarle a amar. Y si bien no consiguieron ninguna de estas cosas, todas ACCEDIERON A SU LOLIPOP. Mientras sus compañeros se sumían en la rabia huevonera propia del íncel, Carlos iba repartiendo su rica golosina polluda por todas las aulas.
Como su actitud negativa siempre recibía recompensa, comenzó una escalada delictiva cuyo final fue el atropello de un anciano al que mató, dándose después a la fuga. A partir de entonces, comienza a sufrir comportamientos megalomaniacos. Está convencido de que tiene una misión divina que cumplir y se establece en Tailandia. No le resulta difícil irse, pues la justicia española considera que su ACTO FARRUQUITOSO "es cosa de críos". Una vez allí, monta una ONG, hace una pequeña fortuna -algunos medios insinúan que con el narcotráfico- y traba una gran amistad con el chileno René Patricio Guzmán.
Si bien la víctima de Daniel Sancho es un colombiano feo como un cuerno, hay otro paralelismo entre ambos casos. El entorno considera ambigua la relación de los dos alfotas y también establecen un posible vínculo con el tráfico de estupefacientes. Sea como fuere, Carlos accedió a la cabaña turística donde René dormía, en un resort de Koh Phangan, y le asestó múltiples machetazos. Después, salió en motocicleta y fue pillado de esta guisa por las calles, mientras iba firmando autógrafos y atendiendo a la prensa local como una diva pop:
PENA CAPITAL CONMUTADA POR GOSTOSA Y REAL churrupaica
La condena a fin de Carlos Alcañiz fue conmutada por el mismo procedimiento del que espera beneficiarse Daniel Sancho. Al parecer, el rey tailandés conmuta la pena de los mañacos siempre que se dejen ORDEÑAR EL ACTIMEL pelotudo. La delicada salud del monarca estaría detrás de esta costumbre avalada por la medicina tradicional del país. No habría, pues, ninguna inclinación gays por parte del monarca, como a menudo se sugiere desde posturas eurocentristas.
¿CUÁNDO SE PRODUCIRÁ LA colleja CORRECTIVA DE CARLOS A DANI?
La prensa ya baraja la posibilidad de que ambos españoles compartan celda pronto. Los funcionarios de prisiones consideran que unir compatriotas favorece la socialización y disminuye la conflictividad. Además, Carlos es un hombre con un historial más violento que el de Dani y con una personalidad de líder, pues se autoproclama «EL ELEGIDO» y parte el bacalao en prisión. Lo mejor que le podría pasar al hijo de Rodolfo Sancho es que lo tomase bajo su protección y le propinase una colleja PÚBLICA ante los demás presos. Cuando un reo se convierte en la pilinguita del macho alfa, nadie le toca un pelo (por la cuenta que le trae). Y quién mejor que El Elegido para hacerlo.
Sobre estas líneas, la prisión de Koh Phangan y una recreación de la SALVAJE colleja CARCELARIA que podría salvar la vida de Dani. Mejor entregar la rosquillita de anís a un compatriota guapo y protector que recibir sobre ella el glaseado de 100 asiáticos feos como demonios, amén de alguna puñalada.
- Ambos son mañacos españoles.
- Ambos escogieron la pequeña isla de Koh Phangan (12.000 habitantes) para cometer su crimen.
- Ambos asesinaron a un latinito.
- Ambos descuartizaron el cadáver y lo esparcieron por la isla.
- Ambos fueron pillados.
- Ambos crímenes fueron relacionados de alguna forma con el narcotráfico.
- Ambos residen en la misma guandoca de Samui.
¿PERO QUIÉN ES CARLOS Y POR QUÉ VA A ENCULAR A DANI?
Carlos Alcañiz (1986) causaba estragos en su Tarrasa natal. Ya en el instituto levantaba la falda de las crías para TOCARLES LA TORRIJA EN ALMÍBAR. Cuando se enfadaba, les prendía fuego en el pelo para oírlas gritar y tiraba diccionarios a la cara de los niños con necesidades especiales, en un intento poco ortodoxo de enriquecer su vocabulario. Su comportamiento de bullie incorregible conseguía, no obstante, que las chortis jijeasen. Veían sus rasgos hipersimétricos y sus ojos verdes y no podían creer que tan buena genética fuese heredada por un criminal. Sus músculos incipientes y sus tatuajes terminaban de inclinar la balanza: querían reformarlo, convertirlo en su dócil gatito, enseñarle a amar. Y si bien no consiguieron ninguna de estas cosas, todas ACCEDIERON A SU LOLIPOP. Mientras sus compañeros se sumían en la rabia huevonera propia del íncel, Carlos iba repartiendo su rica golosina polluda por todas las aulas.
Como su actitud negativa siempre recibía recompensa, comenzó una escalada delictiva cuyo final fue el atropello de un anciano al que mató, dándose después a la fuga. A partir de entonces, comienza a sufrir comportamientos megalomaniacos. Está convencido de que tiene una misión divina que cumplir y se establece en Tailandia. No le resulta difícil irse, pues la justicia española considera que su ACTO FARRUQUITOSO "es cosa de críos". Una vez allí, monta una ONG, hace una pequeña fortuna -algunos medios insinúan que con el narcotráfico- y traba una gran amistad con el chileno René Patricio Guzmán.
Si bien la víctima de Daniel Sancho es un colombiano feo como un cuerno, hay otro paralelismo entre ambos casos. El entorno considera ambigua la relación de los dos alfotas y también establecen un posible vínculo con el tráfico de estupefacientes. Sea como fuere, Carlos accedió a la cabaña turística donde René dormía, en un resort de Koh Phangan, y le asestó múltiples machetazos. Después, salió en motocicleta y fue pillado de esta guisa por las calles, mientras iba firmando autógrafos y atendiendo a la prensa local como una diva pop:
PENA CAPITAL CONMUTADA POR GOSTOSA Y REAL churrupaica
La condena a fin de Carlos Alcañiz fue conmutada por el mismo procedimiento del que espera beneficiarse Daniel Sancho. Al parecer, el rey tailandés conmuta la pena de los mañacos siempre que se dejen ORDEÑAR EL ACTIMEL pelotudo. La delicada salud del monarca estaría detrás de esta costumbre avalada por la medicina tradicional del país. No habría, pues, ninguna inclinación gays por parte del monarca, como a menudo se sugiere desde posturas eurocentristas.
¿CUÁNDO SE PRODUCIRÁ LA colleja CORRECTIVA DE CARLOS A DANI?
La prensa ya baraja la posibilidad de que ambos españoles compartan celda pronto. Los funcionarios de prisiones consideran que unir compatriotas favorece la socialización y disminuye la conflictividad. Además, Carlos es un hombre con un historial más violento que el de Dani y con una personalidad de líder, pues se autoproclama «EL ELEGIDO» y parte el bacalao en prisión. Lo mejor que le podría pasar al hijo de Rodolfo Sancho es que lo tomase bajo su protección y le propinase una colleja PÚBLICA ante los demás presos. Cuando un reo se convierte en la pilinguita del macho alfa, nadie le toca un pelo (por la cuenta que le trae). Y quién mejor que El Elegido para hacerlo.
Sobre estas líneas, la prisión de Koh Phangan y una recreación de la SALVAJE colleja CARCELARIA que podría salvar la vida de Dani. Mejor entregar la rosquillita de anís a un compatriota guapo y protector que recibir sobre ella el glaseado de 100 asiáticos feos como demonios, amén de alguna puñalada.
EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO: TURISMO DE DESCUARTIZAMIENTO
¿Por qué tantos españoles eligen Tailandia para descuartizar? Descubre qué enamoró a Artur Segarra, Daniel Sancho, Carlos Alcañiz y muchos otros paisanos que eligieron este exótico destino asiático para desmembrar personas y lograr su sueño: quedarse a vivir a pensión completa.
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