Misteriosos aviones derribados
Durante la cuarta salida del 4 de junio, por la tarde, habiendo reivindicado cinco victorias por la mañana, Hartmann y su punto Feldwebel H.J. Birkner intentaban sorprender unos aviones soviéticos a la salida de una nube, cuando ellos mismos fueron interceptas por dos cazas soviéticos. Pilotados por el Major B.B. Ghakaet y el Teniente N.L. Trofimov, del 16º Regimiento de caza de la Guardia, atacaron a ambos "Messerschmitt” desde arriba. Avisado por su punto, Hartmann consigue evitar la ráfaga que le iba destinada, y exprimiendo su motor al máximo salió del combate. Tras este choque, la parte soviética reivindicó una victoria y Hartmann dos (que le fueron concedidas). En realidad todos los protagonistas ¡volvieron a casa sanos y salvos!
El reportaje del corresponsal alemán de guerra G. Eekert sobre la 300º Victoria de Hartmann, el 24 de agosto de1944 en el sector de Sandomierz, puede ser citado como un ejemplo perfecto de la propaganda del Dr. Goebbels
El acontecimiento se describe de este modo: "Todos los que estaban presentes sobre el terreno se habían reunido alrededor de radio y de dos míseros receptores, ya que el acontecimiento podía llegar de un momento a otro. El operador estaba nervioso, temiendo dejar pasar el mensaje de la victoria 300° obtenida por un piloto alemán.
15 h 50. Tierrra a Hartmann: "Cazas enemigos se acercan a Sandomierz!"
16 horas. Hartmann: “Tengo uno”
16 h 03. "Lo tengo"
16 h 06. Tierra a Hartmann: " ¡Vigile el sector cercano a usted, "Cobra " a su derecha!"
16 h 09. Hartmann: "¡Este ya está! Voy a por aquel". Luego, un minuto después" ¡Lo tengo!"
16 h 10. El punto a Hartmann: "Felicidades por su número 300!"
Pero las cosas no se detienen ahí. Bajo los gritos de los entusiasmados alemanes, Hartmann otras dos veces anuncia la explosión en vuelo de otro avión soviético, y por la tarde, ya tenía el récord de 11 aviones enemigos”. Todos fueron confirmados.
A juzgar por el reportaje los "Airacobra" del 7º Cuerpo de caza (según los archivos soviéticos, ellos eran quienes patrullaban sobre los puntos de paso del Vístula a Sandomierz) sólo estaban ese día para servir de objetivos al as alemán. En realidad, los adversarios enfrentados a Hartmann este 24 de agosto de 1944 eran pilotos bien preparados y experimentados de la 9º División de caza de la Guardia, comandados por el Coronel Pokrychkin (esta división formaba parte del 7º Cuerpo de caza y su jefe acababa de recibir algunos días antes, su tercera Estrella de Oro de Héroe de la Unión Soviética).
Si el mismo estilo del reportaje alemán ya deja suponer que el éxito puede ser una exageración, la realidad sobrepasa todo lo que se podría suponer. Volviendo al registro de Acciones del 2º Ejército aéreo - agosto de 1944 (4) podemos verificar que son los pilotos del ejército de S.A. Kraskovsky los que cubrían las unidades del 1° Frente de Ucrania, particularmente la cabeza de puente del Vístula; la 9º División de caza de la Guardia formaba parte de esta gran unidad.
La página 29 del documento citado permite afirmar que ningún avión soviético fue derribado en combate aéreo el día de 24 agosto, y que ningún otro avión este mismo día fue considerado como que "no regresó de la misión".
Podemos, por consiguiente, afirmar con un alto grado de certeza que el episodio descrito anteriormente, así como las otras ocho "victorias " de Hartmann del 24 de agosto 1944, son inventadas.
El régimen nancy necesita héroes
Según las fuentes alemanas, que a menudo citan las memorias del punto de Hartmann, Oberfeldwebel K. Unger, el famoso "experten" habría destruído 19 aviones soviéticos los días 23 y 24 de agosto. En los documentos del 2º Ejército aéreo las pérdidas soviéticas de estos dos días se elevan a 11 aparatos: dos derribados por la caza enemiga, uno desaparecido, uno destruído en tierra por la artillería alemana, y siete víctimas de las Flak. No se puede asignar a Hartmann ese día mas que un biplano Po-2 del 208º División de bombardeo nocturno (Hartmann no reivindicó victoria sobre un infeliz biplano), y un P-39 del 7º Cuerpo de caza. En cualquier caso, está claro que el as alemán no obtuvo los excepcionales resultados anunciados.
Es igualmente interesante otro punto importante. A finales de agosto de 1944, las acciones desesperadas de los alemanes llegaron a detener la ofensiva soviética en el centro del frente del Este y lo estabilizaron. No obstante, el verano ve desaparecer en varias bolsas a la mayoría de las unidades alemanas que constituían inicialmente el Grupo de Ejércitos Centro, lo que fue una de las mayores catástrofes sufridas por la Wehrmacht en el curso de su historia.
Hay sin embargo casos donde las victorias de Hartmann, al menos en parte, son confirmadas por los archivos soviéticos. Así pues, se puede afirmar con seguridad que el 24 de octubre de 1943 deribó al Tte. Sytov del 5º Régimiento de caza de la Guardia, Héroe de Ia Unión Soviética, en un combate aéreo en el sector de Zaporozhie. El ruso, con 30 victorias (seis en grupo) se apartó de su formación y no regresó. Esta pérdida fue sentida dolorosamente en el regimiento; "no tenía rivales en la energía de sus asaltos y la precisión de sus golpes..." decía una de las citas. Ninguno de sus camaradas sabe en qué circunstancias cayó. Por su parte, según de las actas alemanas, Hartmann, ese día, derribó un LaGG-5 durante su 357º misión, logrando su 133º victoria.
Derribo por error
El Tte. Sytov no fue la única baja del 5º Regimiento de caza de la Guardia en el curso de los duros combates de reconquista del Dnieper. A finales del 1943, durante una misión por el sector de Apostolovo, el piloto con más victorias del regimiento no volvió. El Tte. P.T. Kaisin tenía en sus récords 16 victorias. El 12 de diciembre había dado pruebas de maestría y abnegación llegando a aterrizar tras las líneas enemigas y recoger a su líder el Tte. Bayevsky, que acababa de hacer un aterrizaje forzoso. Ocho días más tarde, en malas condiciones meteorología, el avión de Kalsin perdió el contacto con su grupo y no fue visto de más de nuevo. Posiblemente fue víctima de Hartmann que merodeaba por el sector Nikopol - Apostolovo. El alemán declara haber derribado tres La-5. El estado-mayor del 17º Ejército aéreo reconoció haber perdido dos La-5 el 20 de diciembre.
Sergei, hijo del célebre constructor Igor Sikorsky, trabajó en Alemania federal tras la guerra y conoció a Hartmann. Hacia los años 1970, sus relaciones se convirtieron en amistad sincera y el famoso as contó a su amigo, director comercial de la sociedad que llevaba su nombre, su guerra y la dureza de su cautiverio en la URSS, las numerosas injusticias de la suerte de la que fue víctima. Uno de los episodios contados por Hartmann y confiado por Sergei Sikorsky al autor (Jazanov) de estas líneas es el siguiente:
"Los pilotos más experimentados fueron a veces obligados a despegar en "caza libre" en condiciones meteorológicas execrables. Saber orientarse por los menores indicios de un paisaje a menudo desolado, la conjunción con mi máquina era lo que me permitía volver. Pero por dos veces, en el mal tiempo, (uno de estos casos se produjo en otoño de 1943 en el sector del Dnieper) mis ojos me traicionaron: ataqué y me derribé a los aviones, pero sólo durante su caída vi las cruces alemanas en sus alas. Desde luego, no dije nada sobre esos errores".
También encontramos un episodio interesante respecto a Hartmann en las memorias que el Sargento P.I. Guriev, de 43º Regimiento de Shturmovik, que informó de combates en los que estuvo implicado. El IL-2 del que era ametrallador había sido derribado en el sector de Sapun-Gora el 7 de mayo de 1944, en el momento del asalto de Sevastopol por el Ejército rojo. El suboficial fue capturado. Tras un interrogatorio breve, fue trasladado al último aeródromo alemán que permanecía activo, cerca de Jersones. Allí asistió a la agonía de los restos del 17º Ejército alemán, cercado y acorralado contra el mar. El fuego de artillería y los asaltos incesantes de los IL-2 inflingieron a los alemanes pérdidas severas, pero uno de los pilotos alemanes, un rubio pequeño, llegó a despegar en dos ocasiones con su "Messerschmitt" entre los estallidos de obuses, bombas y cohetes; y volver de nuevo. Cuando la pista se volvió impracticable, cargó a dos mecánicos detrás él, y volvió a salir en dirección a Rumania. En el desorden, Guriev se escapó y pudo así pronto encontrar a sus camaradas. Se manifiesta que su relato hace alusión Hartmann.
Buena cohesión con sus compañeros en caza Libre
El elevado nivel de entrenamiento de los pilotos del JG 52 fue determinante para obtener resultados como los de Hartmann. Su éxito en la caza libre se explica en gran parte por la buena cohesión de sus parejas líder-punto y de la buena coordinación de sus acciones. La prueba del ejemplo contrario: cuando a finales de la guerra, Hartmann tiene de punto al Comandante G. Kapito, tras*ferido recientemente de la aviación de bombardeo sin haber acabado su formación de caza, la patrulla se deshizo a partir de las primeras maniobras, el 1 de marzo de 1945. Kapito se distanció, recibió el fuego de un aparato identificado como "Airacobra" y tuvo que abandonar su avión en paracaídas. Pero el avión soviético a su vez fue atacado por Hartmann, que le derribó. Kapito dice haber visto al enemigo expulsado de la cabina en el momento del impacto, y muerto en el acto.
En el fuselaje de ese avión había 25 estrellas. El "Messerschrnitt" que acababa de derribar fue su 26° y última victoria. El historiador checo Kolewski se basa en las memorias de los mecánicos del I.JG52 a quienes Hartmann mandó a partir de febrero de 1945, para concluir que su víctima del 1 de marzo de 1945 fue el Capitán S.I. Lazarev, del 728º Regimiento de caza, de la 256ª División. No lejos de la ciudad de Brenzlau, los alemanes descubrieron los restos de un Yak (y no de un "Cobra" como lo habían identificado erróneamente los pilotos alemanes) con el cono de la hélice pintado de rojo y tres hileras de estrellas sobre el costado. Según documentos oficiales soviéticos, Lazarev contaba en el momento de su fallecimiento con 22 victorias individuales y tres colectivas.
Los jóvenes pilotos soviéticos, presas fáciles
La mayoría de las veces, las víctimas de los ases alemanes eran jóvenes pilotos soviéticos insuficientemente adiestrados. El aumento de los efectivos de la aviación soviética durante la segunda mitad de la guerra hizo necesario el envío al frente de miles de aviadores, aunque el estado no disponía de los medios necesarios para instruirlos convenientemente. Hasta disponiendo de aviones modernos y bien armados, aquellos novatos que quedaban demorados de su formación corrían un gran riesgo de ser derribados en poco tiempo. Los ases alemanes como Hartmann lo sabían muy bien, e intentaban centrarse en este tipo de presas, para probar suerte sin grandes riesgos y retirarse rápidamente.
Cuando las necesidades fueron importantes, particularmente en el momento de ofensivas importantes, la VVS fue forzada a lanzar al combate a pilotos reservistas inexpertos, o a alumnos en curso de formación. Estos constituyeron muchas presas fáciles para la Luftwaffe. Por otra parte, muchos aviones de caza soviéticos, hasta al fin de la guerra, no tuvieron radio. A menudo, sólo el líder disponía de un emisor-receptor de radio, teniendo los pilotos a su mando sólo un receptor; la ausencia de enlace por radio constituía un handicap considerable; esto obligaba particularmente a los pilotos afectados a volar bien agrupados en formaciones poco maniobrables.
La caza soviética fue privada de forzar el combate
Además, la aviación de caza soviética, incluso en la fase final de la guerra, raramente ejecutó misiones ofensivas. Su papel fue, la mayoría de las veces, limitarse a dar protección aérea a un sector del frente y a la escolta de las unidades de ataque a tierra. Durante las misiones de escolta, los pilotos de caza no tenían permitido abandonar la formación, incluso ni para perseguir un enemigo.. Su función era mantener la caza enemiga a distancia. Los "Halcones de Stalin" fueron muy raramente autorizados a practicar misiones de caza libre sobre las principales rutas aéreas de la aviación, y a atacar los aeródromos alemanes en muy pocas ocasiones.
Esto quiere decir que a pesar de su inferioridad numérica, la aviación alemana raramente estuvo colocada en una situación insoluble. Los ases alemanes podían sacar provecho de todas las ocasiones que se les ofrecían. Hay que aquí rendir homenaje al tesón de Hartmann, y a su aptitud de analiza muy rápido la situación para atacar sólo si le era favorable.
Un avión derribado, cinco victorias reivindicadas
Es seguro de que con olfato de buen cazador, Hartmann supo sacar provecho perfectamente de ciertos procedimientos cuajados de la aviación soviética, y que sabía sorprender, como todo buen cazador, no haciendo lo mismo que todo el mundo. Pero él velaba por su seguridad personal. Así, entre sus victorias, contamos pocos bombarderos (Pe-2 y "Boston") y casi no hay " Shturmovik" biplazas. Esto puede explicarse por su deseo de no arriesgarse, porque cuando se ataca un avión defendido por una o varias ametralladoras, se expone a ser tocado antes de haber alcanzado la posición de tiro favorable.
El estudio por sondeo de un cierto número de combates del "experto" hacia el fin de la guerra permite comprobar que la mayoría de sus victorias no se confirman por los archivos soviéticos. En ciertos casos después de haber destruído efectivamente un avión enemigo, Hartmann reivindicaba tres, incluso cinco "bolcheviques al suelo". Sus éxitos reales pueden ser evaluados así en 70 ó 80 aviones soviéticos abatidos (casi el personal de ¡dos regimientos enteros!) lo que a pesar de todo es mucho. En estos combates el mismo Hartmann perdió por causa del adversario o por accidente, de 10 a 12 "Messerschmitt". No sería pues falso afirmar, que los famosos resultados de los "experten" del JG 52, G. Barkhorn y G. Rall, fueron en realidad superiores, aunque ni uno ni otro haya obtenido los "diamantes" sobre su Cruz de Caballero como Hartmann, ya que la credibilidad de los informes de Hartmann es más baja que la de la media de los pilotos alemanes. Esto puede explicarse por la dificultad o incluso la imposibilidad de conocer la suerte real del avión atacado sobre las zonas soviéticas donde Hartmann se adentraba a menudo (pero otros "Experten" siguieron este ejemplo). En estos casos, la confirmación de la victoria se reducía al posible testimonio de un compañero.
Hay también el hecho de que la veracidad de los informes de los Alemanes era claramente más elevada en 1941-1942 que en 1944-1945, cuando Hartmann adquirió la mayoría de sus victorias. Por ejemplo, de las 33 víctimas de W. Mölders en el Frente Este en 1941, unas 20 pueden confirmarse en los archivos soviéticos. Por el contrario, hacia el final de la guerra la propaganda alemana necesitaba sobre todo héroes sobrehumanos, capaces por sí solos de poner en fuga, o mejor, de destruir olas de "bolcheviques". El joven "experto" Hartmann, piloto hábil, ciertamente, se creó así oficialmente como héroe invulnerable. La publicación de varios libros consagrados a su servicio durante la guerra fría también contribuyó a pulir su imagen de "caballero rubio" sin reproche y sin miedo opuesto al "peligro rojo". El análisis de los archivos soviéticos permite también negar formalmente que los servicios soviéticos le hayan consagrado una "atención especial". El rumor según el cual la cabeza de Hartmann, llamado "el diablo verde de Ucrania", se habría puesto a precio 100.000 rublos no puede ser confirmado por los archivos.
La leyenda del “tulipán neցro”
Los Alemanes afirman que a partir del momento en que hizo pintar bandas negras sobre el morro de su Messerschmitt, similares a los pétalos de una flor, sus resultados habrían disminuido brutalmente, ya que los servicios soviéticos de escucha determinaron rápidamente que el "tulipán neցro" era el avión de Erich Hartmann, y los soviéticos ordenaban a sus pilotos dejar rápidamente el sector en cuanto aparecía. De eso no hay absolutamente pruebas algunas. Por el contrario, existe la prueba de que los alemanes sí indicaban a sus tripulaciones "¡¡Achtung, Pokrishkin in der Luft!!” (¡¡Atención, Pokrishkin está en el aire!!). Si la inteligencia soviética sí seguía los desplazamientos de unidades de la Luftwaffe, apenas se interesaba por sus pilotos. El nombre de Hartmann no decía mucho a los Estados Mayores soviéticos. Algunos de ellos sólo lo conocieron en la segunda mitad de 1944, después de haber analizado los informes de interrogatorio de pilotos del JG 52 caídos en sus manos.
Por último, también es necesario destacar que los pilotos de la Luftwaffe no consideraban a Hartmann del mismo nivel que Mölders o Galland, aunque haya adquirido oficialmente más victorias. Los rusos no lo clasifican tampoco a la misma altura que uno de los tácticos de la aviación soviética, Alexander Pokrishkin. Por último, a pesar de su prestigio, Erich Hartmann no ocupó nunca elevado puesto en la jerarquía militar alemana, durante o después de la Segunda Guerra Mundial. Sólo en julio de 1944, unos 20 meses después de su llegada al frente, es que fue promocionado a Oberleutnant (teniente) y no alcanzaría el grado de Comandante hasta la víspera de la capitulación del Reich. En la Luftwaffe de Alemania occidental, donde Hartmann tuvo la reputación de incontrolable y "políticamente incorrecto", alcanzó con mucha dificultad el grado de coronel.
Disputas de los historiadores
Si todos los historiadores admiten que es difícil que el número de las victorias confirmadas (289 para Hartmann hasta el 27 de agosto de 1944) corresponda a un número equivalente de pérdidas en el adversario, que el frente del Este ofreció a los mejores pilotos de caza alemanes condiciones de éxito ideales durante al menos dos años, que el número de las victorias aprobadas en el Este por el mando de la Luftwaffe es excesivo, no es menos cierto que disputan sobre las conclusiones que son necesarias sacar. A partir de este hecho innegable, muchos historiadores alemanes sospechan a sus homólogos rusos de “engordar” en sentido contrario, acusándoles de esforzarse en reducir en la medida de lo posible el verdadero (pero desconocido) récord del "Experten" con el fin de aumentar el peso de los éxitos de los ases de las VVS, hasta ahora ampliamente menospreciados, en particular a causa de la guerra fría, como destaca Dimitri Jazanov.
Artículo de
Dimitri Jazanov aparecido en la revista francesa
Le Fana de L'Aviation Nº 423 de febrero de 2005.