catleya
Madmaxista
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fin A LOS HOMBRES: LA MISANDRIA (repruebo A LOS VARONES) SE HA ESTABLECIDO EN DISTINTOS GRADOS EN LAS INSTITUCIONES OCCIDENTALES
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POLÍTICA
26.07.2019
Occidente
Carlos Arturo Calderón Muñoz
Hace años que las leonas sirias de los ejércitos de Bashar al-Assad y las divisiones femeninas de la resistencia kurda se vienen reventado a tiros con los perros del Daesh. Mientras a Europa la llenan con supuestos refugiados sirios, mimados con Iphones y ciudadanías exprés, esas mujeres han estado muriendo y matando para contener a los genocidas de Alá, como premio occidente las bombardea por deporte. Sin embargo Siria no es el único país que goza de tener tantas mujeres con las berzas bien puestas; en las naciones de nuestro hemisferio existen gloriosas justicieras que inundan las redes sociales para advertirnos de los micromachismos y la dictadura del heteropatriarcado ¿Isabel la Católica? ¿Juana de Arco? ¿Boudica? ¿La cacica Gaitana? Esas eran unas amariconadas que nunca estarían a la altura de nuestras feministas contemporáneas. Cualquier manicurista puede expulsar a los jovenlandeses de Granada, pero sólo una valquiria moderna puede armar berrinches para exigir que las mujeres tengan tantas enfermedades de tras*misión sensual como los hombres.
Afortunadamente la mayoría de las mujeres, al menos en mi lado del vecindario, siguen siendo equilibradas y no responden a esta histeria hembrista. Pero la propaganda del globalismo ha logrado permear a la sociedad hasta el punto que infiernos para las mujeres como Dubai son vistos por muchas como el paraíso; de igual forma la misandria (repruebo a los hombres) se ha establecido en distintos grados en las instituciones occidentales. No baso mis afirmaciones en opiniones, sino en aplastantes datos puros y duros.
Empecemos por los asesinatos, la fin de las mujeres es lamentable y debe ser combatida, pero cuando inundan todos los noticieros con “feminicidios” que demuestran el holocausto del cromosoma “Y” se están extralimitando. Si analizamos el Global Study on Homicide de 2013, de la Oficina de las Naciones Unidas contra la droja y el Delito, nos encontramos con un raro dato, a nivel mundial 79% de las víctimas de asesinato son hombres. En América el porcentaje es de 88% y en Europa del 72%. Por cada 100.000 habitantes en África dan el pasaporte 6 mujeres y 19 hombres, en América 3.7 mujeres y 29.3 hombres, en Asia 1.8 mujeres y 4 hombres, en Oceanía 1.7 mujeres por cada 4.2 hombres y en Europa por cada 1.6 mujeres asesinadas mueren 4.4 hombres. En promedio en el mundo son asesinados 4 veces más hombres que mujeres; Europa sería el lugar más seguro del mundo para las mujeres ¡qué novedad! Es cierto que entre 90 y 95% de los homicidas del mundo son hombres, pero es bastante obvio que las víctimas mayoritarias de esa violencia son otros hombres.
Algunos pueden objetar que aunque los hombres mueran más el verdadero problema es la violencia psicológica. El estrés de la presión social en las mujeres es tal que no tienen otra opción que quitarse la vida para acabar con su sufrimiento. Pues los números deben ser bien heteropatriarcales, porque aquí también le llevan la contraria al discurso hembrista. El reporte Preventing Suicide de 2014, hecho por la Organización Mundial de la Salud, muestra que a nivel global por cada 8 mujeres que se suicidan lo hacen 15 hombres. En los países ricos, que son los que más “igualdad de género” tienen, 3.5 hombres se quitan la vida por cada mujer que lo hace; Europa, qué es el lugar más seguro para las mujeres en el mundo, tiene la tasa de suicidios masculinos más alta del globo, por cada mujer que se suicida 4.1 hombres deciden dejar de vivir. En América, que incluya la ultra machista América Latina, 3.6 hombres se suicidan por cada mujer que lo hace.
Laboralmente hablando, la Organización Mundial del Trabajo afirma que alrededor de 2.3 millones de personas mueren al año como consecuencia de su actividad laboral, ya sea por accidentes o por enfermedades adquiridas. Por accidentes laborales nos encontramos que el 90% de las víctimas de Estados Unidos son hombres, en Inglaterra la cifra asciende al 97%, los números son semejantes en todo occidente. Por enfermedades adquiridas en el trabajo el 75% de las víctimas de cáncer de pulmón son hombres, por cáncer de hígado 80%, en los casos de cáncer de boca, esófago y páncreas es del 66%, misma cifra que la leucemia y por el cáncer de piel es del 83%. Si a eso le sumamos que los soldados muertos no son nunca menos del 98% en ninguna nación occidental, creo que sobra decir que los trabajos del mundo son significativamente menos riesgosos para las mujeres.
En promedio global las mujeres se jubilan 2.08 años antes que los hombres, en Europa esta cifra asciende a 2.24. En contraste, a nivel mundial la expectativa de vida femenina es 73.7 años y la masculina 69.1 años. Las mujeres no sólo trabajan dos años menos sino que viven 4 años más, a nivel Europa la diferencia es de 7 años, 80.2 años de vida para las mujeres y 73.2 para los hombres. Al día de hoy no he visto grupos sociales quejándose por esa brecha de género en el trabajo.
En Gran Bretaña y Estados Unidos los indigentes están compuestos en más de un 80% por hombres, de nuevo en Inglaterra los hombres en prisión pagan en promedio un 53% de su pena, las mujeres sólo el 5%. En general en occidente Los hombres tienen 160% más posibilidades de ser encarcelados que las mujeres, alrededor del 80% de los pleitos por la custodia de los hijos son ganados por mujeres, los hombres llegan a tener condenas hasta 60% más largas que las mujeres por cometer el mismo crimen; se calcula que en Norteamérica el 10% de los padres crían al menos un hijo que no es de ellos. En la América hispano-lusa tenemos 40 años de estar viendo como Doña Florinda le revienta la cara a golpes a don Ramón, pero todos los días nos dicen que nuestras producciones audiovisuales tienen como único propósito fomentar la violencia contra la mujer. Esa referencia a “El Chavo del 8” parece un chiste y ese es el problema, cuando los hombres son las víctimas de una agresión son menos importantes, si la agresora es una mujer el dolor masculino es motivo de risa.
Aunque no lo crean, en Estados Unidos más hombres son forzados que mujeres. Esa cifra se debe en mayor parte a los abusos cometidos en prisión. En 2.008, 216.000 hombres fueron forzados en las cárceles gringas; de las denuncias interpuestas por hombres en estos casos sólo el 9% terminó con condenas para los agresores y agresoras (algunas guardias adoran penetrar el recto de los presos con sus bastones de mando). Miles de hombres del Congo fueron forzados en la guerra civil, cuando se refugiaron en Uganda no podían revelar el motivo de sus secuelas físicas, anos sangrantes, pues en las leyes de ese país los tacharían de gayses y afrontarían sanciones penales, además de que los podían apiolar. Los que revelaron su doloroso secreto a los occidentales se encontraron con muros de género, esos pobres neցros necesitaban ayuda y las agencias de derechos humanos de la ONU les dijeron que sus programas de atención eran para mujeres, no para hombres (Traducción: no sea afeminado y deje de chillar). Las ONG reaccionaron de igual forma, decían que sólo las mujeres podían ser víctimas y en casos como el de la RLP, los patrocinadores amenazaron con cortar los fondos si atendían hombres.
Voy a detener a las estadísticas acá para hablar de la táctica de dominio más elemental y efectiva: “divide y vencerás”. La mayoría de las mujeres no se comportan como las terroristas de FEMEN, pero esa constante agresión a los hombres en Occidente sólo por ser hombres, genera una reacción a gran escala. Muchos hombres empiezan a ver a las mujeres como enemigas y al darse cuenta de realidades como las descritas aquí se lanzan al contraataque. Inicialmente se dirigen a las agresoras, pero por efecto de generalización lastiman a mujeres que nada tienen que ver; estás, radicalizadas por las ofensivas masculinas, terminarán por engrosar las filas feministas, dando inicio al ciclo nuevamente.
Y ese es el truco, hacer que nos enfrentemos entre nosotros, que nos odiemos; lo cual es el desequilibrio más bárbaro. Nuestros cuerpos y almas están hechos para amarse mutuamente con el sesso opuesto. Los números anteriores eran sólo para darles un contexto (y el título es sensacionalista porque me gusta el drama), pero lo realmente importante para mujeres y hombres es que no permitan que los separen. Mujeres, dejen de estar llorando porque The Big Bang Theory “promueve” el machismo o por ridiculeces como las violaciones inversas (según las enfermas una violación inversa es cuando un hombre se rehúsa a tener sesso con una mujer porque no le parece atractiva), en vez de eso preserven su feminidad y protejan a sus hombres de los ataques de ingeniería social con los que el globalismo los quiere reducir. Hombres, dejen de ser tan afeminados y pongan la cara; como van las cosas en un par de décadas lo único que podrán decidir las mujeres occidentales es el tonalidad de la burka.
www.alertadigital.com
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26.07.2019
Occidente
Carlos Arturo Calderón Muñoz
Hace años que las leonas sirias de los ejércitos de Bashar al-Assad y las divisiones femeninas de la resistencia kurda se vienen reventado a tiros con los perros del Daesh. Mientras a Europa la llenan con supuestos refugiados sirios, mimados con Iphones y ciudadanías exprés, esas mujeres han estado muriendo y matando para contener a los genocidas de Alá, como premio occidente las bombardea por deporte. Sin embargo Siria no es el único país que goza de tener tantas mujeres con las berzas bien puestas; en las naciones de nuestro hemisferio existen gloriosas justicieras que inundan las redes sociales para advertirnos de los micromachismos y la dictadura del heteropatriarcado ¿Isabel la Católica? ¿Juana de Arco? ¿Boudica? ¿La cacica Gaitana? Esas eran unas amariconadas que nunca estarían a la altura de nuestras feministas contemporáneas. Cualquier manicurista puede expulsar a los jovenlandeses de Granada, pero sólo una valquiria moderna puede armar berrinches para exigir que las mujeres tengan tantas enfermedades de tras*misión sensual como los hombres.
Afortunadamente la mayoría de las mujeres, al menos en mi lado del vecindario, siguen siendo equilibradas y no responden a esta histeria hembrista. Pero la propaganda del globalismo ha logrado permear a la sociedad hasta el punto que infiernos para las mujeres como Dubai son vistos por muchas como el paraíso; de igual forma la misandria (repruebo a los hombres) se ha establecido en distintos grados en las instituciones occidentales. No baso mis afirmaciones en opiniones, sino en aplastantes datos puros y duros.
Empecemos por los asesinatos, la fin de las mujeres es lamentable y debe ser combatida, pero cuando inundan todos los noticieros con “feminicidios” que demuestran el holocausto del cromosoma “Y” se están extralimitando. Si analizamos el Global Study on Homicide de 2013, de la Oficina de las Naciones Unidas contra la droja y el Delito, nos encontramos con un raro dato, a nivel mundial 79% de las víctimas de asesinato son hombres. En América el porcentaje es de 88% y en Europa del 72%. Por cada 100.000 habitantes en África dan el pasaporte 6 mujeres y 19 hombres, en América 3.7 mujeres y 29.3 hombres, en Asia 1.8 mujeres y 4 hombres, en Oceanía 1.7 mujeres por cada 4.2 hombres y en Europa por cada 1.6 mujeres asesinadas mueren 4.4 hombres. En promedio en el mundo son asesinados 4 veces más hombres que mujeres; Europa sería el lugar más seguro del mundo para las mujeres ¡qué novedad! Es cierto que entre 90 y 95% de los homicidas del mundo son hombres, pero es bastante obvio que las víctimas mayoritarias de esa violencia son otros hombres.
Algunos pueden objetar que aunque los hombres mueran más el verdadero problema es la violencia psicológica. El estrés de la presión social en las mujeres es tal que no tienen otra opción que quitarse la vida para acabar con su sufrimiento. Pues los números deben ser bien heteropatriarcales, porque aquí también le llevan la contraria al discurso hembrista. El reporte Preventing Suicide de 2014, hecho por la Organización Mundial de la Salud, muestra que a nivel global por cada 8 mujeres que se suicidan lo hacen 15 hombres. En los países ricos, que son los que más “igualdad de género” tienen, 3.5 hombres se quitan la vida por cada mujer que lo hace; Europa, qué es el lugar más seguro para las mujeres en el mundo, tiene la tasa de suicidios masculinos más alta del globo, por cada mujer que se suicida 4.1 hombres deciden dejar de vivir. En América, que incluya la ultra machista América Latina, 3.6 hombres se suicidan por cada mujer que lo hace.
Laboralmente hablando, la Organización Mundial del Trabajo afirma que alrededor de 2.3 millones de personas mueren al año como consecuencia de su actividad laboral, ya sea por accidentes o por enfermedades adquiridas. Por accidentes laborales nos encontramos que el 90% de las víctimas de Estados Unidos son hombres, en Inglaterra la cifra asciende al 97%, los números son semejantes en todo occidente. Por enfermedades adquiridas en el trabajo el 75% de las víctimas de cáncer de pulmón son hombres, por cáncer de hígado 80%, en los casos de cáncer de boca, esófago y páncreas es del 66%, misma cifra que la leucemia y por el cáncer de piel es del 83%. Si a eso le sumamos que los soldados muertos no son nunca menos del 98% en ninguna nación occidental, creo que sobra decir que los trabajos del mundo son significativamente menos riesgosos para las mujeres.
En promedio global las mujeres se jubilan 2.08 años antes que los hombres, en Europa esta cifra asciende a 2.24. En contraste, a nivel mundial la expectativa de vida femenina es 73.7 años y la masculina 69.1 años. Las mujeres no sólo trabajan dos años menos sino que viven 4 años más, a nivel Europa la diferencia es de 7 años, 80.2 años de vida para las mujeres y 73.2 para los hombres. Al día de hoy no he visto grupos sociales quejándose por esa brecha de género en el trabajo.
En Gran Bretaña y Estados Unidos los indigentes están compuestos en más de un 80% por hombres, de nuevo en Inglaterra los hombres en prisión pagan en promedio un 53% de su pena, las mujeres sólo el 5%. En general en occidente Los hombres tienen 160% más posibilidades de ser encarcelados que las mujeres, alrededor del 80% de los pleitos por la custodia de los hijos son ganados por mujeres, los hombres llegan a tener condenas hasta 60% más largas que las mujeres por cometer el mismo crimen; se calcula que en Norteamérica el 10% de los padres crían al menos un hijo que no es de ellos. En la América hispano-lusa tenemos 40 años de estar viendo como Doña Florinda le revienta la cara a golpes a don Ramón, pero todos los días nos dicen que nuestras producciones audiovisuales tienen como único propósito fomentar la violencia contra la mujer. Esa referencia a “El Chavo del 8” parece un chiste y ese es el problema, cuando los hombres son las víctimas de una agresión son menos importantes, si la agresora es una mujer el dolor masculino es motivo de risa.
Aunque no lo crean, en Estados Unidos más hombres son forzados que mujeres. Esa cifra se debe en mayor parte a los abusos cometidos en prisión. En 2.008, 216.000 hombres fueron forzados en las cárceles gringas; de las denuncias interpuestas por hombres en estos casos sólo el 9% terminó con condenas para los agresores y agresoras (algunas guardias adoran penetrar el recto de los presos con sus bastones de mando). Miles de hombres del Congo fueron forzados en la guerra civil, cuando se refugiaron en Uganda no podían revelar el motivo de sus secuelas físicas, anos sangrantes, pues en las leyes de ese país los tacharían de gayses y afrontarían sanciones penales, además de que los podían apiolar. Los que revelaron su doloroso secreto a los occidentales se encontraron con muros de género, esos pobres neցros necesitaban ayuda y las agencias de derechos humanos de la ONU les dijeron que sus programas de atención eran para mujeres, no para hombres (Traducción: no sea afeminado y deje de chillar). Las ONG reaccionaron de igual forma, decían que sólo las mujeres podían ser víctimas y en casos como el de la RLP, los patrocinadores amenazaron con cortar los fondos si atendían hombres.
Voy a detener a las estadísticas acá para hablar de la táctica de dominio más elemental y efectiva: “divide y vencerás”. La mayoría de las mujeres no se comportan como las terroristas de FEMEN, pero esa constante agresión a los hombres en Occidente sólo por ser hombres, genera una reacción a gran escala. Muchos hombres empiezan a ver a las mujeres como enemigas y al darse cuenta de realidades como las descritas aquí se lanzan al contraataque. Inicialmente se dirigen a las agresoras, pero por efecto de generalización lastiman a mujeres que nada tienen que ver; estás, radicalizadas por las ofensivas masculinas, terminarán por engrosar las filas feministas, dando inicio al ciclo nuevamente.
Y ese es el truco, hacer que nos enfrentemos entre nosotros, que nos odiemos; lo cual es el desequilibrio más bárbaro. Nuestros cuerpos y almas están hechos para amarse mutuamente con el sesso opuesto. Los números anteriores eran sólo para darles un contexto (y el título es sensacionalista porque me gusta el drama), pero lo realmente importante para mujeres y hombres es que no permitan que los separen. Mujeres, dejen de estar llorando porque The Big Bang Theory “promueve” el machismo o por ridiculeces como las violaciones inversas (según las enfermas una violación inversa es cuando un hombre se rehúsa a tener sesso con una mujer porque no le parece atractiva), en vez de eso preserven su feminidad y protejan a sus hombres de los ataques de ingeniería social con los que el globalismo los quiere reducir. Hombres, dejen de ser tan afeminados y pongan la cara; como van las cosas en un par de décadas lo único que podrán decidir las mujeres occidentales es el tonalidad de la burka.
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