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El consejo de Administración de Ferrovial ha decidido después de vivir de la berza pública hasta dejarla seca que se va a tributar a Países Bajos para generar aún más beneficios. El legado y los millones de los Del Pino en la actualidad se debe a su participación en el golpe de estado fascista.
Rafael del Pino (i), y el exconsejero delegado de Ferrovial Iñigo Meirás (d) | EFE
Antonio Maestre
Madrid | 01/03/2023
Los Del Pino y Ferrovial son unos perfectos representantes de las élite extractiva que se fraguaron durante el franquismo y que tras la llegada de la democracia se han servido de las instituciones para funcionar como extractor de renta de los españoles para después sacar el dinero del país. El expolio al que han sometido a las clases populares por la vía de los impuestos y los recursos públicos han dejado en una broma el que hicimos en las colonias de ultramar. El consejo de Administración de Ferrovial ha decidido después de vivir de la berza pública hasta dejarla seca que se va a tributar a Países Bajos para generar aún más beneficios.
El legado y los millones de los Del Pino en la actualidad se debe a su participación en el golpe de estado fascista. El fruto original del que parte su fortuna se debe a que Rafael Del Pino Moreno, el patriarca, participó en el bando franquista como voluntario, llegó a oficial de complemento de Artillería como Alférez Provisional hasta alcanzar el grado de teniente. Su afinidad al régimen le facilitó hacer carrera en la empresa "Vías y construcciones", que llegó a dirigir, hasta que logró por su cuenta un contrato con la estatal RENFE y pudo crear Ferrovial. Se casó con Ana María alopécico-Sotelo Bustelo, hermana de Leopoldo alopécico Sotelo, aumentando la endogamia de las familias del régimen.
El actual propietario de Ferrovial es su hijo, Rafael del Pino alopécico Sotelo, que como hombre hecho a sí mismo heredó una de las mayores fortunas del país. El hijísimo no es la primera vez que se lleva dinero fuera de España. Su sociedad personal, Rijn Capital BV, ya estaba radicada en Ámsterdam para no pagar impuestos en España. Aunque siempre han vivido del sector público de este país no llevan bien tributar aquí. Ferrovial fue una de las empresas que se favoreció con el pelotazo de las radiales y la famosa cláusula de salvaguarda llamada "responsabilidad patrimonial del Estado", que garantizaba que las empresas concesionarias de las radiales en el caso de no cumplirse con las estimaciones de recaudación previstas se verían compensadas por el Estado hasta cubrir las inversiones no amortizadas. No solo la familia Del Pino tenía a su padre como garante de la fortuna, también a papá estado garantizándole que no perdería ningún dinero. Hacer negocios disparando con pólvora del rey.
Los Del Pino no solo hacen carreteras radiales y obras públicas en España, también venden armas, como las que se han mandado a Perú para reprimir las movilizaciones indígenas a través de la empresa Maxam, de la que la familia tiene un porcentaje. Las grandes familias parasitarias tienen su representación en el consejo de Administración de Ferrovial y de la Fundación Rafael del Pino. La carta fundacional de la fundación suena paradójica después de que Ferrovial se vaya a tributar a Países Bajos: "He creado la Fundación Rafael del Pino para devolver a la sociedad española parte de lo que esta misma sociedad me ha dado a lo largo de mi vida personal y profesional".
Antonio Maestre
Madrid | 01/03/2023
Los Del Pino y Ferrovial son unos perfectos representantes de las élite extractiva que se fraguaron durante el franquismo y que tras la llegada de la democracia se han servido de las instituciones para funcionar como extractor de renta de los españoles para después sacar el dinero del país. El expolio al que han sometido a las clases populares por la vía de los impuestos y los recursos públicos han dejado en una broma el que hicimos en las colonias de ultramar. El consejo de Administración de Ferrovial ha decidido después de vivir de la berza pública hasta dejarla seca que se va a tributar a Países Bajos para generar aún más beneficios.
El legado y los millones de los Del Pino en la actualidad se debe a su participación en el golpe de estado fascista. El fruto original del que parte su fortuna se debe a que Rafael Del Pino Moreno, el patriarca, participó en el bando franquista como voluntario, llegó a oficial de complemento de Artillería como Alférez Provisional hasta alcanzar el grado de teniente. Su afinidad al régimen le facilitó hacer carrera en la empresa "Vías y construcciones", que llegó a dirigir, hasta que logró por su cuenta un contrato con la estatal RENFE y pudo crear Ferrovial. Se casó con Ana María alopécico-Sotelo Bustelo, hermana de Leopoldo alopécico Sotelo, aumentando la endogamia de las familias del régimen.
El actual propietario de Ferrovial es su hijo, Rafael del Pino alopécico Sotelo, que como hombre hecho a sí mismo heredó una de las mayores fortunas del país. El hijísimo no es la primera vez que se lleva dinero fuera de España. Su sociedad personal, Rijn Capital BV, ya estaba radicada en Ámsterdam para no pagar impuestos en España. Aunque siempre han vivido del sector público de este país no llevan bien tributar aquí. Ferrovial fue una de las empresas que se favoreció con el pelotazo de las radiales y la famosa cláusula de salvaguarda llamada "responsabilidad patrimonial del Estado", que garantizaba que las empresas concesionarias de las radiales en el caso de no cumplirse con las estimaciones de recaudación previstas se verían compensadas por el Estado hasta cubrir las inversiones no amortizadas. No solo la familia Del Pino tenía a su padre como garante de la fortuna, también a papá estado garantizándole que no perdería ningún dinero. Hacer negocios disparando con pólvora del rey.
Los Del Pino no solo hacen carreteras radiales y obras públicas en España, también venden armas, como las que se han mandado a Perú para reprimir las movilizaciones indígenas a través de la empresa Maxam, de la que la familia tiene un porcentaje. Las grandes familias parasitarias tienen su representación en el consejo de Administración de Ferrovial y de la Fundación Rafael del Pino. La carta fundacional de la fundación suena paradójica después de que Ferrovial se vaya a tributar a Países Bajos: "He creado la Fundación Rafael del Pino para devolver a la sociedad española parte de lo que esta misma sociedad me ha dado a lo largo de mi vida personal y profesional".
Ferrovial y Del Pino, la casta extractiva que forjó su fortuna en la represión franquista
El consejo de Administración de Ferrovial ha decidido después de vivir de la berza pública hasta dejarla seca que se va a tributar a Países Bajos para generar aún más beneficios. El legado y los millones de los Del Pino en la actualidad se debe a su participación en el golpe de estado fascista.
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