Douglas MacArthur
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Y digo lo de "nuevo" porque la historia es antígua, del 2003... pero el feminismo más zascandil, retrógrado, violento y radical ha de decir siempre la última palabra y emitir su veredicto.
Parece ser que todo se arregló haciéndole soltar pasta, lo habitual en el feminismo moderno.
El caso de violación olvidado de Kobe Bryant: el suceso disuelto tras la leyenda deportiva
El caso de violación olvidado de Kobe Bryant: el suceso disuelto tras la leyenda deportiva
Los repasos y hagiografías sobre la figura de Kobe Bryant se han sucedido vertiginosamente tras la fin del pentacampeón de la NBA en un accidente de helicóptero junto a su hija y siete personas más en la tarde del pasado domingo. Los recuerdos (en los que pesa el paso del tiempo) y los análisis del exjugador de Los Angeles Lakers se han centrado en su legendaria trayectoria en las pistas, pero de manera paradójica, en pleno auge del movimiento MeToo la gran mayoría de estos repasos ha descartado un espinoso episodio de su vida: la acusación por violación del deportista hace 17 años y que fue saldada con un acuerdo económico con la denunciante y un espeso silencio que apenas se ha roto.
El legado empresarial de Kobe Bryant: un imperio de 1.800 millones de euros
Ha sido en la prensa estadounidense donde este velo se ha resquebrajado algo más. The New York Times (que publicó que una periodista de The Washington Post había sido suspendida en su empleo después de tuitear una noticia sobre el caso de violación de Bryant) ha sido el medio nacional que ha realizado un resumen más somero del caso.
Para ello, hay que remontarse a un lejano junio de 2003 en el que Bryant acababa de lesionarse la rodilla. Antes de operarse, decide alojarse en un hotel en Edwards, en el estado de Colorado, cerca de la clínica en la que se va a someter a la cirugía. En el establecimiento entra un Bryant que ya goza de estatus de estrella del baloncesto, con dos anillos de NBA en su poder y conocido en el mundo entero. Allí conoce a una joven conserje de 19 años que le conduce a su habitación y a la que pide que después regrese para que le haga un recorrido por el hotel.
Ella accede y acepta la propuesta de Bryant. Tras ello, el jugador le propone entrar en su habitación, algo que también acepta. Ya dentro del habitáculo, los dos comienzan a besarse, extremo que ambos aceptarían en las vistas judiciales posteriores. Las discrepancias empezaron justo después: mientras que Bryant aseguró haber tenido sesso consentido, la joven le denunció por violación.
Nike deja de vender todos los productos relacionados con Kobe Bryant
El caso, tratándose de una estrella como Bryant, tuvo un extraordinario seguimiento. Marcas como McDonalds, Nutella o Coca-Cola rompieron sus acuerdos de patrocinio. Enseguida se filtraron informes médicos que certificaron heridas en la vagina de la denunciante, un hematoma en su cuello y manchas de sangre en su ropa interior y en una camiseta de Bryant. La defensa del jugador fue muy agresiva: su abogada rompió el anonimato de la mujer y achacó sus rasguños a que habría mantenido relaciones con tres hombres en tres días.
Las vistas y recursos se sucedieron a lo largo de las semanas y la imagen de Bryant en el juzgado empezó a ser una constante, a la par que el debate público sobre el caso, en el que una vez más (y como en tantos otros) la clave estribaba sobre la necesidad del consentimiento a la hora de mantener relaciones públicas y el derecho a interrumpirlas en cualquier momento. Pero, en septiembre de 2004, los fiscales retiraron los cargos sobre el jugador de manera repentiva.
La razón fue la escasa voluntad de la denunciante para testificar. Se agotaba así la vía criminal, pero no la civil, que había comenzado un mes antes. Ya en 2005, y sin veredicto de por medio, un acuerdo económico entre las partes cerraba el caso antes de que terminase. Los expertos consultados por Los Angeles Times en aquella época aseguraron que la cantidad de dinero superaría los 2,5 millones de dólares al incluir una cláusula de confidencialidad.
Tras cerrarse el caso, Bryant publicó una carta de disculpas ante la joven. En ella pedía perdón por "su comportamiento esa noche y por las consecuencias que ha sufrido en el último año", reconociendo, además, que había descubierto que "ella no vio y no ve este incidente de la misma manera que lo hice" y que entendía "cómo se siente ella, que no dio su consentimiento para este encuentro".
Pasó el tiempo y, al margen de la confidencialidad pactada con la denunciante, lo cierto es que el caso quedó en el olvido. La dimensión del deportista, que en el plano del baloncetso siguió triunfando y ampliando un florido palmarés, fue tan grande que llegó a eclipsar un incidente que, en 2003 y 2004, ocupó las páginas de los periódicos estadounidenses.
Un año y medio antes de su fin, la organización del festival Animation is Film le retiraba del jurado atendiendo a las voces que le recriminaban la implicación en el caso de 2003: "Este es un momento urgente para decir NO a los comportamientos tóxicos y violentos contra las mujeres". Algo que no ha sucedido exactamente con la fortuita desaparición del deportista.
Parece ser que todo se arregló haciéndole soltar pasta, lo habitual en el feminismo moderno.
El caso de violación olvidado de Kobe Bryant: el suceso disuelto tras la leyenda deportiva
El caso de violación olvidado de Kobe Bryant: el suceso disuelto tras la leyenda deportiva
- El jugador fue acusado en 2003 de violar a una joven en un hotel
- El caso se resolvió con un acuerdo económico fuera de los juzgados
- El incidente ha quedado excluido de la mayoría de análisis sobre su figura
- Sergio de la Cruz
Los repasos y hagiografías sobre la figura de Kobe Bryant se han sucedido vertiginosamente tras la fin del pentacampeón de la NBA en un accidente de helicóptero junto a su hija y siete personas más en la tarde del pasado domingo. Los recuerdos (en los que pesa el paso del tiempo) y los análisis del exjugador de Los Angeles Lakers se han centrado en su legendaria trayectoria en las pistas, pero de manera paradójica, en pleno auge del movimiento MeToo la gran mayoría de estos repasos ha descartado un espinoso episodio de su vida: la acusación por violación del deportista hace 17 años y que fue saldada con un acuerdo económico con la denunciante y un espeso silencio que apenas se ha roto.
El legado empresarial de Kobe Bryant: un imperio de 1.800 millones de euros
Ha sido en la prensa estadounidense donde este velo se ha resquebrajado algo más. The New York Times (que publicó que una periodista de The Washington Post había sido suspendida en su empleo después de tuitear una noticia sobre el caso de violación de Bryant) ha sido el medio nacional que ha realizado un resumen más somero del caso.
Para ello, hay que remontarse a un lejano junio de 2003 en el que Bryant acababa de lesionarse la rodilla. Antes de operarse, decide alojarse en un hotel en Edwards, en el estado de Colorado, cerca de la clínica en la que se va a someter a la cirugía. En el establecimiento entra un Bryant que ya goza de estatus de estrella del baloncesto, con dos anillos de NBA en su poder y conocido en el mundo entero. Allí conoce a una joven conserje de 19 años que le conduce a su habitación y a la que pide que después regrese para que le haga un recorrido por el hotel.
Ella accede y acepta la propuesta de Bryant. Tras ello, el jugador le propone entrar en su habitación, algo que también acepta. Ya dentro del habitáculo, los dos comienzan a besarse, extremo que ambos aceptarían en las vistas judiciales posteriores. Las discrepancias empezaron justo después: mientras que Bryant aseguró haber tenido sesso consentido, la joven le denunció por violación.
Nike deja de vender todos los productos relacionados con Kobe Bryant
El caso, tratándose de una estrella como Bryant, tuvo un extraordinario seguimiento. Marcas como McDonalds, Nutella o Coca-Cola rompieron sus acuerdos de patrocinio. Enseguida se filtraron informes médicos que certificaron heridas en la vagina de la denunciante, un hematoma en su cuello y manchas de sangre en su ropa interior y en una camiseta de Bryant. La defensa del jugador fue muy agresiva: su abogada rompió el anonimato de la mujer y achacó sus rasguños a que habría mantenido relaciones con tres hombres en tres días.
Las vistas y recursos se sucedieron a lo largo de las semanas y la imagen de Bryant en el juzgado empezó a ser una constante, a la par que el debate público sobre el caso, en el que una vez más (y como en tantos otros) la clave estribaba sobre la necesidad del consentimiento a la hora de mantener relaciones públicas y el derecho a interrumpirlas en cualquier momento. Pero, en septiembre de 2004, los fiscales retiraron los cargos sobre el jugador de manera repentiva.
La razón fue la escasa voluntad de la denunciante para testificar. Se agotaba así la vía criminal, pero no la civil, que había comenzado un mes antes. Ya en 2005, y sin veredicto de por medio, un acuerdo económico entre las partes cerraba el caso antes de que terminase. Los expertos consultados por Los Angeles Times en aquella época aseguraron que la cantidad de dinero superaría los 2,5 millones de dólares al incluir una cláusula de confidencialidad.
Bryant llegó a disculparse en una carta pública a la joven asegurando que "ella no vio y no ve este incidente de la misma manera que lo hice"
Tras cerrarse el caso, Bryant publicó una carta de disculpas ante la joven. En ella pedía perdón por "su comportamiento esa noche y por las consecuencias que ha sufrido en el último año", reconociendo, además, que había descubierto que "ella no vio y no ve este incidente de la misma manera que lo hice" y que entendía "cómo se siente ella, que no dio su consentimiento para este encuentro".
Pasó el tiempo y, al margen de la confidencialidad pactada con la denunciante, lo cierto es que el caso quedó en el olvido. La dimensión del deportista, que en el plano del baloncetso siguió triunfando y ampliando un florido palmarés, fue tan grande que llegó a eclipsar un incidente que, en 2003 y 2004, ocupó las páginas de los periódicos estadounidenses.
Un año y medio antes de su fin, la organización del festival Animation is Film le retiraba del jurado atendiendo a las voces que le recriminaban la implicación en el caso de 2003: "Este es un momento urgente para decir NO a los comportamientos tóxicos y violentos contra las mujeres". Algo que no ha sucedido exactamente con la fortuita desaparición del deportista.