Doctor Johnson
Madmaxista
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Probablemente habrá gente aquí a la que le sorprenda el furioso sionismo de los CM de Vox habituales del foro y se pregunte de dónde procede.
En este hilo voy a intentar encontrar el origen. Va a ser un hilo multi-post estilo Aynrandiano.
Las fuentes que voy a utilizar corresponden principalmente a medios “de izquierda” y por tanto son hostiles a Vox. Pero aquí no se trata tanto del medio, como del mensaje. Es el mensaje, no el mensajero, el que deben refutar los CM de Vox.
Vox se fundó en el año 2013, pero su irrupción real en la política española no se produjo hasta noviembre de 2019, en las elecciones regionales andaluzas.
El año anterior, 2018, Vox había sido objeto de una inmensa campaña en los medios de comunicación españoles. Hablaban constantemente de Vox, casi siempre mal, como la amenaza de “ultraderecha”. Pero hablaban de ellos. Al resto de “partidos de ultraderecha” directamente los ignoraban, no dirigían su foco hacia ellos.
¿Cuál era la diferencia?
Hay dos posibilidades.
La primera, que ya se ha comentado ampliamente aquí, es la promoción de “disidencia controlada”. Vox sería la “ultraderechita oficial del R78”, la válvula de escape del sistema que permitiría recoger a los cabreados del ala derecha y dejarlos en buenas manos. Es decir, Vox cumpliría por la derecha la misma función que Podemos realiza en el ala izquierda.
La segunda, en la que me voy a centrar en este hilo, es la de que Vox, a diferencia de otros partidos sin representación parlamentaria con los que compartía aparentemente “espacio político”, contaba en 2018 con una organización y una estructura de la que el resto de competidores por el voto a la derecha del PP carecían. Y eso se explica con una palabra: DINERO.
¿De dónde vino ese dinero? De las cuotas de sus afiliados, nos dicen los CM de Vox.
¿Y de dónde surgieron esos afiliados?
Vamos a considerar la posibilidad de que haya donantes con bolsillos más llenos que el forero medio votante de Vox.
En este hilo voy a intentar encontrar el origen. Va a ser un hilo multi-post estilo Aynrandiano.
Las fuentes que voy a utilizar corresponden principalmente a medios “de izquierda” y por tanto son hostiles a Vox. Pero aquí no se trata tanto del medio, como del mensaje. Es el mensaje, no el mensajero, el que deben refutar los CM de Vox.
Vox se fundó en el año 2013, pero su irrupción real en la política española no se produjo hasta noviembre de 2019, en las elecciones regionales andaluzas.
El año anterior, 2018, Vox había sido objeto de una inmensa campaña en los medios de comunicación españoles. Hablaban constantemente de Vox, casi siempre mal, como la amenaza de “ultraderecha”. Pero hablaban de ellos. Al resto de “partidos de ultraderecha” directamente los ignoraban, no dirigían su foco hacia ellos.
¿Cuál era la diferencia?
Hay dos posibilidades.
La primera, que ya se ha comentado ampliamente aquí, es la promoción de “disidencia controlada”. Vox sería la “ultraderechita oficial del R78”, la válvula de escape del sistema que permitiría recoger a los cabreados del ala derecha y dejarlos en buenas manos. Es decir, Vox cumpliría por la derecha la misma función que Podemos realiza en el ala izquierda.
La segunda, en la que me voy a centrar en este hilo, es la de que Vox, a diferencia de otros partidos sin representación parlamentaria con los que compartía aparentemente “espacio político”, contaba en 2018 con una organización y una estructura de la que el resto de competidores por el voto a la derecha del PP carecían. Y eso se explica con una palabra: DINERO.
¿De dónde vino ese dinero? De las cuotas de sus afiliados, nos dicen los CM de Vox.
¿Y de dónde surgieron esos afiliados?
Vamos a considerar la posibilidad de que haya donantes con bolsillos más llenos que el forero medio votante de Vox.
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