Encontrándose en aguas de la actual
Sierra Leona, el 5 de octubre, los expedicionarios divisaron una nao y, siendo conocedores de que la
Francia de
Francisco I persistía en su conflicto contra España, se dio mando de caza general en prevención de ser atacados. Pero la solitaria nao, al verlos venir, viró y emprendió la huida,