¿Existía una noción de psicopatía en el pasado?

wisper3

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Pues eso. A poco que lo pienses te das cuenta de que la mayoría de las personas criadas en la antigüedad, edad media, modernidad, etc, debían de cumplir la mayoría de los criterios para ser diagnosticados en la actualidad con un Trastorno Antisocial de la Personalidad, coloquiamente referido a veces como sociopatía, y para que nos entendamos: psicopatía adquirida por crecer en un entorno hostil y cínico que recompensa la violencia y el engaño.

Estos son los criterios para diagnosticar el trastorno:
  • Incumplimiento de las normas sociales respecto a los comportamientos legales, que se manifiesta por actuaciones repetidas que son motivo de detención.
  • Engaño, que se manifiesta por mentiras repetidas, utilización de alias o estafa para provecho o placer personal.
  • Impulsividad o fracaso para planear con antelación.
  • Irritabilidad y agresividad, que se manifiesta por peleas o agresiones físicas repetidas.
  • Desatención imprudente de la seguridad propia o de los demás.
  • Irresponsabilidad constante, que se manifiesta por la incapacidad repetida de mantener un comportamiento laboral coherente o cumplir con las obligaciones económicas.
  • Ausencia de remordimiento, que se manifiesta con indiferencia o racionalización del hecho de haber herido, maltratado o robado a alguien.
Ciertamente el incumplimiento de las normas sociales y la irresponsabilidad constante podían ser un obstáculo para que cualquier individuo prosperase en sociedad como lo sigue siendo ahora. Un verdadero sociópata de aquellas se habría hecho pirata o asaltador de caminos en lugar de llevar una vida normal. Aun con ello la violencia era común en épocas pretéritas, así que puede ser difícil diferenciar entre psicopatía en la antigüedad o comportamiento común. Quiero decir: ¿hasta que punto se escandalizaban los humanos del pasado antes situaciones violentas?

Hablando de psicopatía, esta descripción de un tirano nos ofrece Platón en uno de sus diálogos:

Al principio, sonríe y saluda a todo el que encuentra a su paso, niega ser tirano, promete muchas cosas en público y en privado, libra de deudas y reparte tierras al pueblo y a los que le rodean, y se finge benévolo y manso para con todos [...] Suscita algunas guerras para que el pueblo tenga necesidad de conductor [...] Y para que, pagando impuestos, se hagan pobres y, por verse forzados a dedicarse a sus necesidades cotidianas, conspiren menos contra él [...] Y también para que, si sospecha de algunos que tienen temple de libertad y no han de dejarle mandar, tenga un pretexto para acabar con ellos entregándoles a los enemigos [...] ¿Y no sucede que algunos de los que han ayudado a encumbrarle y cuentan con influencia se atreven a enfrentarse ya con él, ya entre sí [...] censurando las cosas que ocurren, por lo menos aquellos que son más valerosos? [...] Y así el tirano, si es que ha de gobernar, tiene que quitar de en medio a todos estos hasta que no deje persona alguna de provecho ni entre los amigos ni entre los enemigos.

Por otro lado tenemos el caso de Locusta, envenenadora profesional de la época de la Roma imperial:


En la edad media tenemos, por supuesto, los famosos casos de los nobles Gilles de Rais y Elizabeth Bathory, responsables directos de la tortura y muertes de cientos de personas en su propio castillo:



Un par de cientos de años antes tenemos la extrema violencia documentada de los jóvenes estudiantes de Oxford:


En la misma época, Oxford era uno de los centros de conocimiento más importantes de Europa. La ciudad tenía una población de alrededor de 7.000 habitantes, con quizás 1.500 estudiantes que lideran la lista como grupo social más conflictivo con diferencia. El 75% de los criminales de Oxford con antecedentes conocidos y el 72% de las víctimas de homicidio fueron identificados como "clericus". En este periodo, el término "clericus" nombraba a estudiantes o miembros de la universidad.

El profesor Manuel Eisner, director del Instituto de Criminología de Cambridge e investigador principal de Medieval Murder Maps comenta que "Una ciudad universitaria medieval como Oxford tenía una combinación mortal de condiciones (...) Los estudiantes de Oxford eran todos hombres y normalmente tenían entre catorce y veintiún años, el pico de violencia y toma de riesgos. Se trataba de hombres jóvenes liberados de los estrictos controles de la familia, la parroquia o el gremio, y arrojados a un entorno lleno de armas, con amplio acceso a cervecerías y trabajadoras sensuales".

Un estudiante desconocido quedó impune tras asesinar a Margery de Hereford en la parroquia de St. Aldate en 1299. En lugar de pagar lo que debía a la cortesana por las relaciones sensuales, la apuñalo hasta matarla y huyó del lugar.


Y un par de cientos de años después los numerosos asesinatos de Manuel Romasanta, quién creía ser un hombre lobo:

 
Última edición:
He cambiado el título porque tal vez me he expresado mal. Mi pregunta es hasta qué punto se veía con malos ojos la violencia gratuita y sádica (psicópatica) en el pasado, teniendo en cuenta que las sociedades de antes eran mucho más brutales que las contemporáneas, y hasta qué punto se la identificaba como algo diferente de la violencia cotidiana, como algo exclusivamente propio de individuos especialmente malvados.
 
A mi lo que me fascina es que se considere sicopata el asesinar a unas decensa de personas en un castillo del medievo, pero no se considere asesinar a medio millon de personas en un pais por sus propios familiares, bajo la justificacion de que se joroben y se mueran porque nadie le deja a los asesinos un viernes sin botellon
 
En el S.XIX la psicopatía era considerada una enfermedad mental que se trataba con descargas eléctricas y con lobotomías. El claro ejemplo de orate victoriano fue Jack el Destripador.
 
Pues eso. A poco que lo pienses te das cuenta de que la mayoría de las personas criadas en la antigüedad, edad media, modernidad, etc, debían de cumplir la mayoría de los criterios para ser diagnosticados en la actualidad con un Trastorno Antisocial de la Personalidad, coloquiamente referido a veces como sociopatía, y para que nos entendamos: psicopatía adquirida por crecer en un entorno hostil y cínico que recompensa la violencia y el engaño.

Estos son los criterios para diagnosticar el trastorno:
  • Incumplimiento de las normas sociales respecto a los comportamientos legales, que se manifiesta por actuaciones repetidas que son motivo de detención.
  • Engaño, que se manifiesta por mentiras repetidas, utilización de alias o estafa para provecho o placer personal.
  • Impulsividad o fracaso para planear con antelación.
  • Irritabilidad y agresividad, que se manifiesta por peleas o agresiones físicas repetidas.
  • Desatención imprudente de la seguridad propia o de los demás.
  • Irresponsabilidad constante, que se manifiesta por la incapacidad repetida de mantener un comportamiento laboral coherente o cumplir con las obligaciones económicas.
  • Ausencia de remordimiento, que se manifiesta con indiferencia o racionalización del hecho de haber herido, maltratado o robado a alguien.
Ciertamente el incumplimiento de las normas sociales y la irresponsabilidad constante podían ser un obstáculo para que cualquier individuo prosperase en sociedad como lo sigue siendo ahora. Un verdadero sociópata de aquellas se habría hecho pirata o asaltador de caminos en lugar de llevar una vida normal. Aun con ello la violencia era común en épocas pretéritas, así que puede ser difícil diferenciar entre psicopatía en la antigüedad o comportamiento común. Quiero decir: ¿hasta que punto se escandalizaban los humanos del pasado antes situaciones violentas?

Hablando de psicopatía, esta descripción de un tirano nos ofrece Platón en uno de sus diálogos:

Al principio, sonríe y saluda a todo el que encuentra a su paso, niega ser tirano, promete muchas cosas en público y en privado, libra de deudas y reparte tierras al pueblo y a los que le rodean, y se finge benévolo y manso para con todos [...] Suscita algunas guerras para que el pueblo tenga necesidad de conductor [...] Y para que, pagando impuestos, se hagan pobres y, por verse forzados a dedicarse a sus necesidades cotidianas, conspiren menos contra él [...] Y también para que, si sospecha de algunos que tienen temple de libertad y no han de dejarle mandar, tenga un pretexto para acabar con ellos entregándoles a los enemigos [...] ¿Y no sucede que algunos de los que han ayudado a encumbrarle y cuentan con influencia se atreven a enfrentarse ya con él, ya entre sí [...] censurando las cosas que ocurren, por lo menos aquellos que son más valerosos? [...] Y así el tirano, si es que ha de gobernar, tiene que quitar de en medio a todos estos hasta que no deje persona alguna de provecho ni entre los amigos ni entre los enemigos.

Por otro lado tenemos el caso de Locusta, envenenadora profesional de la época de la Roma imperial:


En la edad media tenemos, por supuesto, los famosos casos de los nobles Gilles de Rais y Elizabeth Bathory, responsables directos de la tortura y muertes de cientos de personas en su propio castillo:



Un par de cientos de años antes tenemos la extrema violencia documentada de los jóvenes estudiantes de Oxford:


En la misma época, Oxford era uno de los centros de conocimiento más importantes de Europa. La ciudad tenía una población de alrededor de 7.000 habitantes, con quizás 1.500 estudiantes que lideran la lista como grupo social más conflictivo con diferencia. El 75% de los criminales de Oxford con antecedentes conocidos y el 72% de las víctimas de homicidio fueron identificados como "clericus". En este periodo, el término "clericus" nombraba a estudiantes o miembros de la universidad.

El profesor Manuel Eisner, director del Instituto de Criminología de Cambridge e investigador principal de Medieval Murder Maps comenta que "Una ciudad universitaria medieval como Oxford tenía una combinación mortal de condiciones (...) Los estudiantes de Oxford eran todos hombres y normalmente tenían entre catorce y veintiún años, el pico de violencia y toma de riesgos. Se trataba de hombres jóvenes liberados de los estrictos controles de la familia, la parroquia o el gremio, y arrojados a un entorno lleno de armas, con amplio acceso a cervecerías y trabajadoras sensuales".

Un estudiante desconocido quedó impune tras asesinar a Margery de Hereford en la parroquia de St. Aldate en 1299. En lugar de pagar lo que debía a la cortesana por las relaciones sensuales, la apuñalo hasta matarla y huyó del lugar.


Y un par de cientos de años después los numerosos asesinatos de Manuel Romasanta, quién creía ser un hombre lobo:

No, no existia una nocion de psicopatia, existia la noción del mal así como las supersticiones, que ayudaban a explicar comportamientos aberrantes como el de los "vampiros" u hombres lobo. El estudio de la personalidad psicopatica como tal surge a finales del siglo XVIII-principios del XIX, y primero se la denominó Locura jovenlandesal, el individuo comete actos malvados, pero no es impulsado por ninguna idea delirante, conservando su capacidad de raciocinio. Lease "El orate: Un camaleon en la sociedad actual", y " El monstruo y el malo en serie", ambos de Vicente Garrido.

Saludos
 
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