carlosjpc
Gran Maestre de la Logia Burbujista
La tasa de natalidad en Europa retrocede los leves escaños alcanzados a inicios de este siglo y es motivo de preocupación en los gobiernos, instituciones religiosas y sociedad civil. Las encuestas muestran que tanto hombres como mujeres en ese continente quieren tener más hijos de los que en realidad tienen. ¿Por qué ocurre ese comportamiento?
Según Statista, el portal de estadística en línea alemán, las tendencias de natalidad también pueden medirse a través de la tasa bruta de natalidad, que muestra el número de nacidos vivos por cada 1.000 personas. En la UE, esta tasa era de 10,2 nacimientos en 2001. Aumentó a 10,6 en 2008 y desde entonces ha disminuido, hasta llegar a 9,1 en 2020.
Macro Trends, plataforma de investigación para inversores a largo plazo, precisa que la tasa de natalidad de Europa en 2023 es de 9,8 nacimientos. Un descenso del 5,94% con respecto a 2022. En 2020 y 2021 se mantuvo invariable. Mientras tanto, se eleva el número de personas de la tercera edad y los países empiezan a inquietarse por las generaciones de relevo, en fuerza laboral productiva, talento y toma de decisiones.
Budapest, por quinta vez fue la sede de Cumbre Demográfica bianual de líderes de pensamiento de derecha para abordar ese tema.
El tercero y último día del encuentro en la capital de Hungría se caracterizó por un impresionante desfile de padres, madres y sus bebés en coches. Toda una puesta en escena de la familiaridad. Incluyó pintura de caras, juegos de carnaval y un zoológico de mascotas. Pero contrastó fuertemente con la mentalidad de asedio que impregnó la reunión de políticos y luminarias conservadoras durante los dos días anteriores, reseñó POLITICO.
Inquietante descenso en tasa de natalidad en Europa
La rápida caída de las tasas de natalidad en Europa también distorsiona la pirámide de población. Al dejar menos personas en edad de trabajar en comparación con los jubilados (algo llamado tasa de dependencia). Eso puede causar problemas con los pagos de pensiones y la prestación de atención médica, asuntos que fueron abordados en la cumbre.
“Vivimos en una era en la que todo lo que nos define está bajo ataque”, dijo la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, quien canalizó el espíritu de la cumbre en un discurso de apertura temprano.
“En nuestra opinión, la demografía no es sólo otro de los principales problemas de nuestra nación. Es la cuestión de la que depende el futuro de nuestra nación”, recalcó.
Cuando otros oradores subieron al escenario, la lista de enemigos de la familia adquirió un claro tono de guerra cultural. Estaban los sospechosos habituales: liberalismo, feminismo, marxismo; pero también teléfonos inteligentes y educación sensual. La banca despierta apareció en una diatriba del predicador australiano Nick Vujicic, mientras que el primer ministro húngaro Viktor Orbán denunció el pánico por el cambio climático como la razón por la que la gente tenía menos bebés.
Y hubo llamamientos a favor de unidades familiares tradicionales, casadas, preferiblemente heterosexuales.
«La estructura que encapsula adecuadamente al niño son los padres unidos y combinados, hombre y mujer», señaló el psicólogo y polemista canadiense Jordan Peterson en la Sala Renacimiento del Museo de Bellas Artes de Budapest. «Todas las alternativas a eso son peor… Los solteros, los divorciados, los gayses, se desvían de eso”, puntualizó.
El caso de Hungría
Andreas Kinneging, profesor de filosofía en la Universidad de Leiden intervino en la misma línea que Jordan Peterson. “Nuestra tarea es descubrir cuál es el papel de los hombres y el de las mujeres. Y qué roles se corresponden mejor con su respectiva naturaleza”, refirió antes de sugerir su propia respuesta a la pregunta a una desconcertada moderadora: “Uno de ellos trabaja y el otro cuida a los niños”.
En la continuidad del debate se mostró que la baja natalidad en Europa, es un problema especialmente en países como Rumania y Bulgaria, donde estos índices se ven agravados por altos niveles de emigración. “Mi país se encuentra entre los más envejecidos y en rápido crecimiento del mundo. En los últimos diez años hemos perdido a 850.000 personas, es decir, el 12% de nuestra población”, afirmó el presidente búlgaro, Rumen Radev.
Al menos sobre la mesa, los resultados de Hungría en el aumento de su tasa de fertilidad son importantes y podrían servir de lección para otros. El país invierte un 5% de su PIB en políticas para fomentar la formación de familias. Incluidas exenciones fiscales y préstamos a bajo interés para familias con niños, y tratamientos gratuitos de fertilización in vitro. Cuando Orbán asumió el poder (2010) la tasa de fertilidad de Hungría se ha elevado cerca de 25%. Pasando de la más baja de la UE a un poco por encima del promedio del bloque de 1,5 nacimientos por mujer.
Este país fue uno de los más afectados por la crisis financiera, que pudo haber contribuido a deprimir los nacimientos en el período anterior y posterior a Orbán. Sin embargo, otros países vecinos han experimentado recuperaciones similares, lo que indica lo que puede ser una tendencia regional más que el éxito de esfuerzos por parte del gobierno húngaro.
Guerras culturales y agravios étnicos
Datos recientes muestran que las tasas de fertilidad en Hungría se estancaron o incluso disminuyeron. Eso podría ser un problema temporal. Pero si se mantiene, dejará fuera de alcance el objetivo de Orbán de alcanzar 2,1 nacimientos por mujer para 2030, la cifra mágica necesaria para mantener estable a la población sin inmi gración.
Las políticas reales para modificar la tasa de natalidad en Europa eran escasas en la cumbre de Budapest. En cambio, hubo agravios étnicos y políticas regionales, citó la publicación online.
La presidenta de la Asamblea Nacional de Azerbaiyán, Sahiba Gafarova, mencionó a Nagorno-Karabaj, el territorio disputado violentamente con la vecina Armenia. Y acusó a Armenia de “vandalizar todos los sitios históricos, culturales y religiosos de Azerbaiyán en estos territorios”. Menos de una semana después, Azerbaiyán lanzaría una ofensiva militar en esa región.
Zeljka Cvijanović, ex primera ministra de la República Srpska (una región de mayoría serbia dentro de Bosnia y Herzegovina) habló sobre la importancia de la familia tradicional. Y el mantenimiento de las tasas de natalidad amenazadas por los globalistas y el liberalismo.
Entretanto, Ignacio Aphrem II, patriarca de la Iglesia Ortodoxa Siria, habló sobre la difícil situación de los cristianos en Siria, que, según dijo, había empeorado por las sanciones internacionales contra el país.
Niños, canciones, pleitos y necesidades reales
La elección del coro infantil de tras*carpacia para interpretar uno de los muchos interludios musicales no fue una coincidencia, reseña POLITICO. La región del oeste de Ucrania tiene una importante minoría étnica húngara, y los dos gobiernos están atrapados en una disputa lingüística después de que el ucraniano se hiciera obligatorio en las escuelas. Vestidos con batas blancas bordadas, los niños cantaron Templom és iskola (Iglesia y escuela), un poema sobre la lengua, la iglesia y las escuelas húngaras escrito por el poeta Sándor Reményik de principios del siglo XX.
Seguidamente subió al escenario la presidenta de Hungría, Katalin Novák, elogiando la actuación del coro a pesar de «las circunstancias desesperadas en las que viven. No nos rendiremos», dijo haciéndose eco del verso de Reményik.
Mientras, en el Parque de la Ciudad de Budapest, las preocupaciones de la gente eran más prosaicas, muy alejadas de los temores de deriva jovenlandesal y decadencia de la civilización. Istvan, un hombre de 45 años con dos niños rubios de tres años en triciclos fue al festival del día familiar con su esposa. Cuando se le preguntó cómo le pareció criar a sus hijos en Hungría, dijo “más o menos” y luego hizo una pausa. «Es difícil.»
¿Qué le haría la vida más fácil? «Mejor trabajo. Más dinero –dijo entre risas–. Creo que este es el problema en Hungría».
www.cambio16.com
Según Statista, el portal de estadística en línea alemán, las tendencias de natalidad también pueden medirse a través de la tasa bruta de natalidad, que muestra el número de nacidos vivos por cada 1.000 personas. En la UE, esta tasa era de 10,2 nacimientos en 2001. Aumentó a 10,6 en 2008 y desde entonces ha disminuido, hasta llegar a 9,1 en 2020.
Macro Trends, plataforma de investigación para inversores a largo plazo, precisa que la tasa de natalidad de Europa en 2023 es de 9,8 nacimientos. Un descenso del 5,94% con respecto a 2022. En 2020 y 2021 se mantuvo invariable. Mientras tanto, se eleva el número de personas de la tercera edad y los países empiezan a inquietarse por las generaciones de relevo, en fuerza laboral productiva, talento y toma de decisiones.
Budapest, por quinta vez fue la sede de Cumbre Demográfica bianual de líderes de pensamiento de derecha para abordar ese tema.
El tercero y último día del encuentro en la capital de Hungría se caracterizó por un impresionante desfile de padres, madres y sus bebés en coches. Toda una puesta en escena de la familiaridad. Incluyó pintura de caras, juegos de carnaval y un zoológico de mascotas. Pero contrastó fuertemente con la mentalidad de asedio que impregnó la reunión de políticos y luminarias conservadoras durante los dos días anteriores, reseñó POLITICO.
Inquietante descenso en tasa de natalidad en Europa
La rápida caída de las tasas de natalidad en Europa también distorsiona la pirámide de población. Al dejar menos personas en edad de trabajar en comparación con los jubilados (algo llamado tasa de dependencia). Eso puede causar problemas con los pagos de pensiones y la prestación de atención médica, asuntos que fueron abordados en la cumbre.
“Vivimos en una era en la que todo lo que nos define está bajo ataque”, dijo la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, quien canalizó el espíritu de la cumbre en un discurso de apertura temprano.
“En nuestra opinión, la demografía no es sólo otro de los principales problemas de nuestra nación. Es la cuestión de la que depende el futuro de nuestra nación”, recalcó.
Cuando otros oradores subieron al escenario, la lista de enemigos de la familia adquirió un claro tono de guerra cultural. Estaban los sospechosos habituales: liberalismo, feminismo, marxismo; pero también teléfonos inteligentes y educación sensual. La banca despierta apareció en una diatriba del predicador australiano Nick Vujicic, mientras que el primer ministro húngaro Viktor Orbán denunció el pánico por el cambio climático como la razón por la que la gente tenía menos bebés.
Y hubo llamamientos a favor de unidades familiares tradicionales, casadas, preferiblemente heterosexuales.
«La estructura que encapsula adecuadamente al niño son los padres unidos y combinados, hombre y mujer», señaló el psicólogo y polemista canadiense Jordan Peterson en la Sala Renacimiento del Museo de Bellas Artes de Budapest. «Todas las alternativas a eso son peor… Los solteros, los divorciados, los gayses, se desvían de eso”, puntualizó.
El caso de Hungría
Andreas Kinneging, profesor de filosofía en la Universidad de Leiden intervino en la misma línea que Jordan Peterson. “Nuestra tarea es descubrir cuál es el papel de los hombres y el de las mujeres. Y qué roles se corresponden mejor con su respectiva naturaleza”, refirió antes de sugerir su propia respuesta a la pregunta a una desconcertada moderadora: “Uno de ellos trabaja y el otro cuida a los niños”.
En la continuidad del debate se mostró que la baja natalidad en Europa, es un problema especialmente en países como Rumania y Bulgaria, donde estos índices se ven agravados por altos niveles de emigración. “Mi país se encuentra entre los más envejecidos y en rápido crecimiento del mundo. En los últimos diez años hemos perdido a 850.000 personas, es decir, el 12% de nuestra población”, afirmó el presidente búlgaro, Rumen Radev.
Al menos sobre la mesa, los resultados de Hungría en el aumento de su tasa de fertilidad son importantes y podrían servir de lección para otros. El país invierte un 5% de su PIB en políticas para fomentar la formación de familias. Incluidas exenciones fiscales y préstamos a bajo interés para familias con niños, y tratamientos gratuitos de fertilización in vitro. Cuando Orbán asumió el poder (2010) la tasa de fertilidad de Hungría se ha elevado cerca de 25%. Pasando de la más baja de la UE a un poco por encima del promedio del bloque de 1,5 nacimientos por mujer.
Este país fue uno de los más afectados por la crisis financiera, que pudo haber contribuido a deprimir los nacimientos en el período anterior y posterior a Orbán. Sin embargo, otros países vecinos han experimentado recuperaciones similares, lo que indica lo que puede ser una tendencia regional más que el éxito de esfuerzos por parte del gobierno húngaro.
Guerras culturales y agravios étnicos
Datos recientes muestran que las tasas de fertilidad en Hungría se estancaron o incluso disminuyeron. Eso podría ser un problema temporal. Pero si se mantiene, dejará fuera de alcance el objetivo de Orbán de alcanzar 2,1 nacimientos por mujer para 2030, la cifra mágica necesaria para mantener estable a la población sin inmi gración.
Las políticas reales para modificar la tasa de natalidad en Europa eran escasas en la cumbre de Budapest. En cambio, hubo agravios étnicos y políticas regionales, citó la publicación online.
La presidenta de la Asamblea Nacional de Azerbaiyán, Sahiba Gafarova, mencionó a Nagorno-Karabaj, el territorio disputado violentamente con la vecina Armenia. Y acusó a Armenia de “vandalizar todos los sitios históricos, culturales y religiosos de Azerbaiyán en estos territorios”. Menos de una semana después, Azerbaiyán lanzaría una ofensiva militar en esa región.
Zeljka Cvijanović, ex primera ministra de la República Srpska (una región de mayoría serbia dentro de Bosnia y Herzegovina) habló sobre la importancia de la familia tradicional. Y el mantenimiento de las tasas de natalidad amenazadas por los globalistas y el liberalismo.
Entretanto, Ignacio Aphrem II, patriarca de la Iglesia Ortodoxa Siria, habló sobre la difícil situación de los cristianos en Siria, que, según dijo, había empeorado por las sanciones internacionales contra el país.
Niños, canciones, pleitos y necesidades reales
La elección del coro infantil de tras*carpacia para interpretar uno de los muchos interludios musicales no fue una coincidencia, reseña POLITICO. La región del oeste de Ucrania tiene una importante minoría étnica húngara, y los dos gobiernos están atrapados en una disputa lingüística después de que el ucraniano se hiciera obligatorio en las escuelas. Vestidos con batas blancas bordadas, los niños cantaron Templom és iskola (Iglesia y escuela), un poema sobre la lengua, la iglesia y las escuelas húngaras escrito por el poeta Sándor Reményik de principios del siglo XX.
Seguidamente subió al escenario la presidenta de Hungría, Katalin Novák, elogiando la actuación del coro a pesar de «las circunstancias desesperadas en las que viven. No nos rendiremos», dijo haciéndose eco del verso de Reményik.
Mientras, en el Parque de la Ciudad de Budapest, las preocupaciones de la gente eran más prosaicas, muy alejadas de los temores de deriva jovenlandesal y decadencia de la civilización. Istvan, un hombre de 45 años con dos niños rubios de tres años en triciclos fue al festival del día familiar con su esposa. Cuando se le preguntó cómo le pareció criar a sus hijos en Hungría, dijo “más o menos” y luego hizo una pausa. «Es difícil.»
¿Qué le haría la vida más fácil? «Mejor trabajo. Más dinero –dijo entre risas–. Creo que este es el problema en Hungría».
Europa comienza a entender que su baja natalidad es un grave problema
La la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, dijo que la baja tasa de natalidad no solo era un gran problema, sino que es la garantía de futuro.
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