octopodiforme
Madmaxista
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No solamente la he visto con satisfacción sino que he de rechazar por infundadas todas las críticas de diversidad, feminidad y lo que podríamos llamar correccionidad. Este es un James Bond veterano, un Bond viejo, que acertadamente señala Ernst Stavro Blofeld. La leyenda del MI6 se halla en una etapa de la vida en la que las prioridades cambian, lo que se nos presenta de una forma natural. La masculinidad de Bond no se ha agrietado. Cualquier recelo que pudiera tener ha desaparecido en los primeros 20 minutos, antes de que aparezcan los créditos iniciales. —O esto empeora dramáticamente o me va a gustar —me he dicho tras un prólogo ilusionante.
Voy tan lejos como para afirmar que el protagonismo de Bond va en leve detrimento de la historia y en acentuado menoscabo de ciertos personajes secundarios: el mencionado Blofeld, Lyutsifer Safin y Paloma. Te quedas con ganas de ver más de esos tres. La que me ha decepcionado un poco, porque en los trailers intuía que podía sobresalir, es Nomi, a la que he encontrado eclipsada por Bond, convertida en un pequeño alivio racial que pasa sin pena ni gloria; su personaje podría haber estado mejor escrito. La otra mujer, Madeleine Swann, tampoco me entusiasma, lo que nuevamente, y siendo su personaje tan importante en la trama, refuerza la solidez del resto de elementos que soportan el film.
La acción, con defectos, está bien rodada. No hay shaky camera y fast cutting, esos vicios del cine moderno. Las persecuciones en Italia y Noruega son brillantes; en la segunda me encanta cuando huyen por el bosque, en la niebla, donde a decir verdad, los enemigos lo iban a tener neցro para encontrarlos, a poco que se escondieran bien. El tiroteo en Cuba se produce en un escenario interesante pero es mediocre; los tiradores a los que se miden Bond, Paloma y Nomi, adolecen de esa extendida falta de profesionalidad en forma de mala puntería sumada a la incapacidad de cubrirse mientras disparan. Demasiado fáciles de apiolar. Finalmente, en la base abandonada de misiles, la grandeza del escenario se sobrepone a la propia acción y falta de cualificación de los hombres de Safin.
Daniel Craig es el mejor. Rami Malek es un actor que no me acaba de convencer pero del que, como he dicho al comienzo, querría haberlo visto más desarrollado. Ana de Armas está buenísima (en la premiere de la película, en septiembre, se presentó con muchos kilos de más) y tiene un desenfado estimulante. Naomie Harris posee un cuerpazo. Lashana Lynch tiene cualidades, presencia, fortaleza física, pero es antiestética para realizar las tareas de infiltración e inteligencia que hace nuestro 007 favorito; no la veo seduciendo a villanos; si me preguntan, prefiero que el futuro de la saga no pase por ella. A Ralph Fiennes duele verlo con esa calvicie tan antiestética y una baja forma inexcusable, avejentadísimo.
No Time to Die es una buena película. Mucho mejor que Quantum of Solace, a la altura de Casino Royale y Spectre, y por debajo de Skyfall.
8/10
Voy tan lejos como para afirmar que el protagonismo de Bond va en leve detrimento de la historia y en acentuado menoscabo de ciertos personajes secundarios: el mencionado Blofeld, Lyutsifer Safin y Paloma. Te quedas con ganas de ver más de esos tres. La que me ha decepcionado un poco, porque en los trailers intuía que podía sobresalir, es Nomi, a la que he encontrado eclipsada por Bond, convertida en un pequeño alivio racial que pasa sin pena ni gloria; su personaje podría haber estado mejor escrito. La otra mujer, Madeleine Swann, tampoco me entusiasma, lo que nuevamente, y siendo su personaje tan importante en la trama, refuerza la solidez del resto de elementos que soportan el film.
La acción, con defectos, está bien rodada. No hay shaky camera y fast cutting, esos vicios del cine moderno. Las persecuciones en Italia y Noruega son brillantes; en la segunda me encanta cuando huyen por el bosque, en la niebla, donde a decir verdad, los enemigos lo iban a tener neցro para encontrarlos, a poco que se escondieran bien. El tiroteo en Cuba se produce en un escenario interesante pero es mediocre; los tiradores a los que se miden Bond, Paloma y Nomi, adolecen de esa extendida falta de profesionalidad en forma de mala puntería sumada a la incapacidad de cubrirse mientras disparan. Demasiado fáciles de apiolar. Finalmente, en la base abandonada de misiles, la grandeza del escenario se sobrepone a la propia acción y falta de cualificación de los hombres de Safin.
Daniel Craig es el mejor. Rami Malek es un actor que no me acaba de convencer pero del que, como he dicho al comienzo, querría haberlo visto más desarrollado. Ana de Armas está buenísima (en la premiere de la película, en septiembre, se presentó con muchos kilos de más) y tiene un desenfado estimulante. Naomie Harris posee un cuerpazo. Lashana Lynch tiene cualidades, presencia, fortaleza física, pero es antiestética para realizar las tareas de infiltración e inteligencia que hace nuestro 007 favorito; no la veo seduciendo a villanos; si me preguntan, prefiero que el futuro de la saga no pase por ella. A Ralph Fiennes duele verlo con esa calvicie tan antiestética y una baja forma inexcusable, avejentadísimo.
No Time to Die es una buena película. Mucho mejor que Quantum of Solace, a la altura de Casino Royale y Spectre, y por debajo de Skyfall.
8/10