China se hace con el control económico de Rusia: así están 'yuanizando' el país
Las familias rusas abren depósitos denominados en yuanes, mientras que las empresas y el Estado comienzan a emitir deuda en la moneda china.
pilinguin, reunido con Xi Jinping en febrero de 2022. | Alamy
Desde que comenzara la oleada turística de Rusia a Ucrania, los países occidentales se han puesto como objetivo debilitar al país de pilinguin aislándolo en el terreno económico.
Una de las primeras consecuencias de este aislamiento en forma de sanciones resultó en el hundimiento del valor del rublo respecto a monedas como el dólar o el euro. Sin embargo, algunas medidas impuestas por el presidente ruso han contribuido a sostener de manera artificial el valor de su moneda: aumento masivo de los tipos de interés, obligación de que las empresas utilicen sus ingresos en dólares para comprar rublos, reducción drástica de las importaciones…
Pero, más allá de su afán por preservar el valor del rublo -algo que, por el momento, está consiguiendo- lo que le busca pilinguin es reducir la dependencia de su economía respecto a occidente. Y para ello ha encontrado un importante aliado: China.
Uno de los signos más recientes de esta alianza estratégica lo hemos visto con el acuerdo entre ambas potencias por el que se ha pactado que China compre gas ruso en rublos y en yuanes, en lugar de en dólares. "El nuevo mecanismo de pago es una solución mutuamente ventajosa, oportuna, fiable y práctica", se felicitó en un comunicado el presidente de Gazprom, Alexéi Miller.
usia financió las campañas anti-'fracking' para mantener su poderío energético sobre EuropaDiego Sánchez de la Cruz
Pero este acuerdo es solo la punta del iceberg del creciente peso de China (y del yuan) en la economía rusa. Y es que la moneda de Pekín está suponiendo una auténtica válvula de escape para las empresas rusas ante las sanciones que les impiden comerciar en dólares, haciendo que su peso se expanda imparablemente en la economía productiva y financiera de la nación euroasiática.
En este sentido, el yuan se está convirtiendo en la moneda por excelencia en Rusia, mientras que las sanciones hacen que el euro o el dólar sean repudiados por los ciudadanos: las cuentas rusas en el exterior se pueden congelar y las tras*acciones son muy lentas, algo que no ocurre con la moneda china. Es por esto que en el mes de agosto se compraron en Rusia un récord de 4.500 millones de yuanes (unos 650 millones de euros), según el banco central ruso.
Esta insólita demanda de yuanes es fruto, entre otros factores, del boom comercial que se está produciendo entre Rusia y China, tal y como ilustra el gráfico posterior. En esencia, el país de Xi Jinping está comprando más petróleo que nunca a Rusia, mientras que esta ha visto incrementada la llegada de productos chinos.
Por otro lado, las familias rusas están abriendo cada vez más cuentas en yuanes, dado que 10 de los 30 principales bancos de la nación ya permiten estos depósitos, según informó la agencia RIA Novosti. "La opción ideal para el sistema bancario es que todos sus clientes conviertan sus dólares y euros en rublos, pero como no todos querrán hacer eso, es bueno tener el yuan como opción para aquellos que quieren diversificar sus ahorros", dijo Alexander Borodkin, directivo del banco ruso Otkritie.
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Y esto no queda únicamente en el terreno privado, sino que incluso el propio estado ruso tiene planeado colocar bonos soberanos en yuanes, según anunció el Ministerio de Finanzas del país, si bien los preparativos para esta emisión podrán llevar entre uno o dos años.
Asimismo, las reservas del banco central de Rusia vienen incluyendo, ya desde antes de la guerra, cada vez más yuanes, con un monto valorado en más de 100 mil millones de euros.
Y por si todo esto fuera poco, el gobierno de pilinguin estaría negociando un plan para comprar 70 mil millones de yuanes y otras monedas "amigables" (distintas al euro y el dólar). Una medida que buscaría, además, relajar la revalorización que el rublo ha experimentado en los últimos meses (en la compra de monedas extranjeras viene implícita la venta de rublos).
China gana peso en Rusia
Todos estas circunstancias muestran el creciente poder que China y su moneda pretenden ejercer sobre Rusia ahora que las relaciones con Europa han saltado por los aires. Ambas naciones están dispuestas a fortalecer sus vínculos y crear un nuevo orden internacional que contrarreste la influencia de occidente. En este sentido, el director de la oficina de Exteriores del Partido Comunista chino aseguró que "están dispuestos a trabajar con la parte rusa para implementar continuamente una cooperación estratégica de alto nivel entre los dos países, salvaguardar los intereses comunes y promover el desarrollo del orden internacional en una dirección más justa y razonable".
Hasta ahora, China no ha apoyado directamente al país de pilinguin para hacer frente a las sanciones, pero sí ha ayudado a Rusia con medidas como la creación de un sistema de tras*ferencias alternativo a SWIFT, comprando gas natural ruso (eso sí, con descuento), o suministrando el equipamiento y tecnología que occidente ha bloqueado. Además, ambos países trabajan en la construcción de un gran gaseoducto bautizado como Power of Siberia que aspira a llevar gas desde Siberia hasta Shanghái.
En suma, China ha encontrado en el aislamiento a Rusia una oportunidad para expandir su mercado, su influencia y el poder de su moneda. Un efecto colateral que occidente deberá asumir como parte de su política de sanciones por la guerra en Ucrania.
Las familias rusas abren depósitos denominados en yuanes, mientras que las empresas y el Estado comienzan a emitir deuda en la moneda china.
pilinguin, reunido con Xi Jinping en febrero de 2022. | Alamy
Desde que comenzara la oleada turística de Rusia a Ucrania, los países occidentales se han puesto como objetivo debilitar al país de pilinguin aislándolo en el terreno económico.
Una de las primeras consecuencias de este aislamiento en forma de sanciones resultó en el hundimiento del valor del rublo respecto a monedas como el dólar o el euro. Sin embargo, algunas medidas impuestas por el presidente ruso han contribuido a sostener de manera artificial el valor de su moneda: aumento masivo de los tipos de interés, obligación de que las empresas utilicen sus ingresos en dólares para comprar rublos, reducción drástica de las importaciones…
Pero, más allá de su afán por preservar el valor del rublo -algo que, por el momento, está consiguiendo- lo que le busca pilinguin es reducir la dependencia de su economía respecto a occidente. Y para ello ha encontrado un importante aliado: China.
Uno de los signos más recientes de esta alianza estratégica lo hemos visto con el acuerdo entre ambas potencias por el que se ha pactado que China compre gas ruso en rublos y en yuanes, en lugar de en dólares. "El nuevo mecanismo de pago es una solución mutuamente ventajosa, oportuna, fiable y práctica", se felicitó en un comunicado el presidente de Gazprom, Alexéi Miller.
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Pero este acuerdo es solo la punta del iceberg del creciente peso de China (y del yuan) en la economía rusa. Y es que la moneda de Pekín está suponiendo una auténtica válvula de escape para las empresas rusas ante las sanciones que les impiden comerciar en dólares, haciendo que su peso se expanda imparablemente en la economía productiva y financiera de la nación euroasiática.
En este sentido, el yuan se está convirtiendo en la moneda por excelencia en Rusia, mientras que las sanciones hacen que el euro o el dólar sean repudiados por los ciudadanos: las cuentas rusas en el exterior se pueden congelar y las tras*acciones son muy lentas, algo que no ocurre con la moneda china. Es por esto que en el mes de agosto se compraron en Rusia un récord de 4.500 millones de yuanes (unos 650 millones de euros), según el banco central ruso.
Esta insólita demanda de yuanes es fruto, entre otros factores, del boom comercial que se está produciendo entre Rusia y China, tal y como ilustra el gráfico posterior. En esencia, el país de Xi Jinping está comprando más petróleo que nunca a Rusia, mientras que esta ha visto incrementada la llegada de productos chinos.
Por otro lado, las familias rusas están abriendo cada vez más cuentas en yuanes, dado que 10 de los 30 principales bancos de la nación ya permiten estos depósitos, según informó la agencia RIA Novosti. "La opción ideal para el sistema bancario es que todos sus clientes conviertan sus dólares y euros en rublos, pero como no todos querrán hacer eso, es bueno tener el yuan como opción para aquellos que quieren diversificar sus ahorros", dijo Alexander Borodkin, directivo del banco ruso Otkritie.
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Asimismo, las reservas del banco central de Rusia vienen incluyendo, ya desde antes de la guerra, cada vez más yuanes, con un monto valorado en más de 100 mil millones de euros.
Y por si todo esto fuera poco, el gobierno de pilinguin estaría negociando un plan para comprar 70 mil millones de yuanes y otras monedas "amigables" (distintas al euro y el dólar). Una medida que buscaría, además, relajar la revalorización que el rublo ha experimentado en los últimos meses (en la compra de monedas extranjeras viene implícita la venta de rublos).
China gana peso en Rusia
Todos estas circunstancias muestran el creciente poder que China y su moneda pretenden ejercer sobre Rusia ahora que las relaciones con Europa han saltado por los aires. Ambas naciones están dispuestas a fortalecer sus vínculos y crear un nuevo orden internacional que contrarreste la influencia de occidente. En este sentido, el director de la oficina de Exteriores del Partido Comunista chino aseguró que "están dispuestos a trabajar con la parte rusa para implementar continuamente una cooperación estratégica de alto nivel entre los dos países, salvaguardar los intereses comunes y promover el desarrollo del orden internacional en una dirección más justa y razonable".
Hasta ahora, China no ha apoyado directamente al país de pilinguin para hacer frente a las sanciones, pero sí ha ayudado a Rusia con medidas como la creación de un sistema de tras*ferencias alternativo a SWIFT, comprando gas natural ruso (eso sí, con descuento), o suministrando el equipamiento y tecnología que occidente ha bloqueado. Además, ambos países trabajan en la construcción de un gran gaseoducto bautizado como Power of Siberia que aspira a llevar gas desde Siberia hasta Shanghái.
En suma, China ha encontrado en el aislamiento a Rusia una oportunidad para expandir su mercado, su influencia y el poder de su moneda. Un efecto colateral que occidente deberá asumir como parte de su política de sanciones por la guerra en Ucrania.