radium
Madmaxista
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1- La sociedad de Israel no es la de los años 70.
La sociedad israelí está profundamente polarizada, entre un sector altamente moderno y que ha asumido con gusto los postulados de las decadentes políticas progres con todo su esplendor y otro ultraortodoxo y radical, que apenas aporta valor añadido y con una natalidad disparada, que es básicamente una creciente carga para el Estado en el más amplio sentido del término, pero que goza de un creciente poder político
A ello unir la corrupción sistemática, y la inestabilidad política, que obliga a contar con el apoyo de pequeños partidos extremistas para formar gobierno.
Esta corrupción e inestabilidad política está detrás de muchas de las acciones punitivas y legales adoptadas contra los palestinos en las últimas 2 décadas, y que no han hecho sino acrecentar la espiral de violencia que ha desembocado en la última acción de Hamas en Gaza
Pero además conviene tener en cuenta la evolución de la opinión pública internacional, dado que la impunidad con la que Israel vulnera la legalidad internacional depende del apoyo incondicional de los países occidentales, y estos, presionados por su opinión publica pueden variar su apoyo llegado el caso si esta empieza a encontrarse cada vez mas incomoda con la profunda disonancia cognitiva a la que son sometidos.
2- Falta de profundidad estratégica
Israel es un Estado relativamente pequeño y con una muy alta densidad de población que además dispone un limitado número de instalaciones criticas que de ser destruidas pondrían en jaque la viabilidad del Estado israelí. Ello es especialmente cierto en el sector de la producción de energía eléctrica.
Pero también son muy vulnerables sus instalaciones de potabilización, distribución y purificación de agua, o su petroquímica, entre otros objetivos que es fácil identificar y cada vez son más vulnerables a las novedosas armas de sus enemigos.
Además, como se ha visto en esta última acción palestina puede ser corta o invadida hasta su mismo corazón en cuestión de horas, e incluso atacada desde dentro por los más de 1,6 millones de palestinos que viven dentro de sus fronteras.
3- Fin de la supremacía tecnológica militar occidental
A finales de los años 90 existía una notable ventaja tecnológica occidental fundamentada en gran medida en la inversión investigación militar, y la limitación de acceso a determinada tecnologías. Sin embargo tras la caída de la URRS la inversión en tecnología militar decreció y la brecha con las capacidades tecnológicas civiles se redujo hasta desaparecer.
Hoy la mayor parte de las carísimas armas consideradas de última generación por la OTAN fueron diseñadas en los años 90 o primera década del siglo XXI, con “chips” de cientos de nm. En el mejor de los casos.
Frente ello hoy las tecnologías civiles permiten fácil acceso a capacidades hace dos década vetadas a países en vías de desarrollo, permitiéndoles el desarrollo de armas de gran precisión
Irán, como era previsible ha desarrollado una amplia panoplia de armas de alta precisión, especialmente misiles y drones para una gran variedad de finalidades, usando en gran medida elementos de alta tecnología de procedencia civil.
Y además no solo ha facilitado estas armas a sus aliados en la zona, sino que incluso les ha facilitando el know how para que las desarrollen y fabriquen ellos mismos.
4- Pérdida de poder combativo de las IDF ante la falta de enemigos convencionales
El Ejército israelí es una sombra de lo que fue hace décadas tanto en medios como en entrenamiento, capacidades tácticas y estratégicas, y capacitación de mando, como consecuencia de diversos factores.
El primero es que la juventud israelí se ha debilitado jovenlandesalmente de igual forma que en el resto de occidente. Su actitud y aptitud ha disminuido al tiempo que la percepción de seguridad hace que estén menos dispuestos a cualquier sacrificio y menos consciente de la necesidad de estar preparados para una guerra convencional.
Ya la Guerra con Hezbollah en Líbano en 2008 mostró las graves carencias de las Fuerzas de Defensa en múltiples niveles, que lejos de haberse corregido se han acrecentado con los años
Especialmente preocupante es la caída del nivel de preparación de los oficiales superiores para las complejas tareas del combate convencional moderno.
Hay además una profunda complacencia y subestimación del enemigo, acostumbrados a combatir a meros insurgentes mal armados, lo cual ha reducida la capacidad de combate para conflictos de alta intensidad. Algo similar a lo ocurrido con otros Ejércitos Occidentales.
Al tiempo enfrente se le opone una población desesperada que no tiene nada que perder, y que en muchos casos incluso cree que morir matando le llevara a una vida mejor en el paraíso.
5- Excesiva confianza en la supremacía aérea
Israel considera la fuerza aérea su principal elemento disuasorio, capaz de asestar ataque en gran profundidad estratégica y con gran concentración de medios.
Para ello invierte enormes cantidades de dinero en su continua modernización y actualización con el fin de que esté en condiciones se superar la posible defensa aérea del potencial enemigo.
Una Fuerza Aérea que puede ser desmantelada por un enemigo que disponga medios de proyección de ojivas lo suficientemente precisas y potentes para alcanzar y penetrar los búnkeres blindados que los protegen, y/o los polvorines que guardan sus armas.
El uso de sus armas nucleares, de ser cierta su existencia, depende de muchos factores, y de entre ellos el más importante la posibilidad del enemigo de eliminar los vectores de lanzamiento o derribar los portadores antes de llegar a sus objetivos.
La reducción del presupuesto de Defensa de los últimos años, ello ha supuesto una priorización de recursos hacia la Fuerza Aérea, también la Marina, en detrimento de la Fuerza Terrestre, que no ha hecho sino reducir su tamaño, especialmente el de las fuerzas pesadas, que ahora representan menos de 1/3 del tamaño de hace 30 años.
Todo ello se ha hecho obvio en la nula capacidad combativa mostrada por la tropas situadas en plena línea de confrontación con Hamas, a las que debiera suponerte preparadas y mentalizadas para el combate.
Sin embargo han sido totalmente superadas por un reducido grupo de comandos de vanguardia palestinos, que han abierto brecha a las hordas de milicianos.
Frente a ello, y como era previsible ya hace dos décadas, las fuerzas que se les oponen no han hecho sino que crecer cuantitativa y cualitativamente alrededor de las fronteras de Israel bajo el patrocinio y liderazgo de Irán, y muy especialmente de su Guardia Republicana con la elite de sus fuerzas Quds a la cabeza.
Como era previsible ha ido desarrollando sus propias tecnologías tácticas y estrategias buscando aprovechar sus oportunidades y explotar y hasta crear las vulnerabilidades de su enemigo
Irán ha hecho de la necesidad virtud y ante la incapacidad de obtener la capacidad de desarrollar tecnológicamente sus armas convencionales, como blindados artillería o aviación, ha decidido dedicar sus recursos al desarrollo de fuerzas sutiles, drones, municiones inteligentes y guiadas, o misiles balísticos y de crucero.
Su progresivo desarrollo durante décadas, los ha hecho crecer en potencia alcance variedad y precisión.
Se pone mucho énfasis en los presuntos esfuerzos de Irán por obtener el arma nuclear, sirviendo como excusa para sanciones que han estado lejos de debilitar al régimen iraní, haciendo bueno el dicho de que la necesidad agudiza el ingenio.
Sin embargo, Irán no necesita armas nucleares para destruir Israel, tan solo tiempo para desarrollar y producir los medios de proyección necesarios para destruir las instalaciones criticas que paralicen la economía, y destruir el potencial militar de su enemigo.
Para lo primero tan sólo le hacen falta unos cientos de ojivas, y para lo segundo unas miles más. Siempre y cuando cuente con la adecuada precisión y capacidad de penetración en las defensas enemigas. En definitiva, necesita tiempo.
En Occidente tenemos relojes, pero Irán tiene todo el tiempo, y mucha paciencia para no dejarse llevar por provocaciones mientras va desplegando sus piezas por el tablero.
Es dentro de este contexto donde, en mi opinión, se debe encuadrar el actual conflicto que se está desarrollando.
Mientras, juega al ratón y al gato con Israel, desarrollando las capacidades de sus aliados en la zona, principales objetivos de la ira de Israel. Estas capacidades son fundamentales para la explotación del éxito inicial, ya que al final toda victoria requiere de la ocupación del territorio enemigo.
Tanto como sorprende la baja capacidad de combate y respuesta israelí, lo hace la capacidad de organización y medios empleados por las milicias palestinas, así como el momento elegido y la aparente falta de coordinación con el resto de aliados
Si bien el plan de desbordamiento de defensas era previsible, personalmente me ha sorprendido tanto la capacidad de coordinación como el entrenamiento de las unidades de elite precisas para el golpe inicial, así como la capacidad técnica para bloquear el sistema electrónico enemigo.
Tampoco era esperable la acumulación de medios vista hasta ahora, y lo que se supone deben tener guardado, aunque tengo una ligera idea de cuáles serán sus líneas de acción, no esperaba que tuvieran semejantes medios y la capacidad de emplearlos tan pronto.
Por el lado contrario extraña la incapacidad de la inteligencia israelí y occidental para detectar tanto el golpe como las capacidades enemigas.
Por el lado palestino, han cometido un evidente error al provocar una innecesaria masacre de civiles en lugar de haber hecho mayor esfuerzo por su captura vivos, a pesar que todo indica que han logrado capturar a cientos de ciudadanos tanto israelíes como de otras nacionalidades occidentales.
Son estos últimos rehenes especialmente valiosos ya que parece empiezan a exigir la moderación de la respuesta militar de Israel. Una respuesta que de momento parece lenta, tímida e ineficaz.
Muchos llevados por su falta de inteligencia emocional desean una respuesta brutal e indiscriminada que abarque la destrucción de la franja o su ocupación militar. Ambas acciones son posibles en la teoría pero poco inteligentes tanto por su practicidad como por sus consecuencias y efectos.
Siquiera voy a considerar la posibilidad de pretender extender el conflicto atacando a Irán, aunque nada es descartable a la vista de la estupidez mostrada por los dirigentes israelíes durante los últimos años. Especialmente porque seguramente supondría la implicación de EEUU en el conflicto y el cierre del Estrecho de Ormuz, con las evidentes consecuencia para el sector del petróleo y por ende la debilitada economía mundial.
Cualquiera de las opciones supondrá un elevado uso de municiones, ahora escasas y difíciles de reponer a corto plazo, que puede exponer aun más al ya debilitado Ejercito israelí. A ello habría que añadir cientos o incluso miles de bajas.
Eso sin contar con el coste económico de mantener cientos de miles de ciudadanos de la reserva fuera de sus puestos de trabajo y quién sabe si a millones en los refugios durante semanas o meses, sin contar con el riesgo de extensión del conflicto hacia el Norte y el Centro.
Y por supuesto dejando de lado el daño a la imagen de Israel que supondría la imagen de miles de niños palestinos masacrados por las bombas, y muy especialmente el daño a las relaciones diplomáticas con países fiel a la religión del amores que tanto esfuerzo, especialmente de EEUU ha costado establecer con los años.
Pero no conviene tampoco dejar de lado las consecuencias que tienen los actos de Israel en los países de la Unión Europea y su propia responsabilidad en crear las condiciones que han desembocado la actual crisis.
Porque la errónea política de Israel respaldada por nuestros gobernantes, solo ha animado a seguir a Israel en la misma dirección que les lleva al abismo guiados por su extremismo religioso, su racismo supremacista y su visión victimista desarrollada y fomentada por las elites como consecuencia de su devenir histórico.
Pero, pase lo que pase será malo para Europa. Las masas de fiel a la religión del amores que cual Caballo de Troya se ha permitido entrar y vivir sin exigir el menor esfuerzo e interés por integrarse, ahora mismo están celebrando la masacre y en muchos caso soñando con el día que ellos mismo puedan coger la espada y apiolar “herejes”.
Si no hay respuesta la debilidad no hará sino reforzar sus sueños que un ida imponer a las débiles, decadentes e inmorales sociedades occidentales su intolerante Fé, única e incuestionable. Si Israel provoca un baño de sangre, la indignación y el silencio cómplice de nuestros dirigentes no hará sino aumentar su repruebo a Occidente y deseo de venganza.
Sea cual sea la respuesta y las consecuencias inmediatas, el hecho cierto es que tan sólo es una jugada más en la compleja partida de ajedrez en la que Israel se juega su existencia como nación.
El tiempo sigue corriendo y pretender mantener el estatus quo actual es inviable a largo plazo. Tan sólo aumenta la espiral de violencia y acerca el momento en que los enemigos de Israel estén listos para desencadenar su ataque definitivo y consiguiente venganza.
La sociedad israelí está profundamente polarizada, entre un sector altamente moderno y que ha asumido con gusto los postulados de las decadentes políticas progres con todo su esplendor y otro ultraortodoxo y radical, que apenas aporta valor añadido y con una natalidad disparada, que es básicamente una creciente carga para el Estado en el más amplio sentido del término, pero que goza de un creciente poder político
A ello unir la corrupción sistemática, y la inestabilidad política, que obliga a contar con el apoyo de pequeños partidos extremistas para formar gobierno.
Esta corrupción e inestabilidad política está detrás de muchas de las acciones punitivas y legales adoptadas contra los palestinos en las últimas 2 décadas, y que no han hecho sino acrecentar la espiral de violencia que ha desembocado en la última acción de Hamas en Gaza
Pero además conviene tener en cuenta la evolución de la opinión pública internacional, dado que la impunidad con la que Israel vulnera la legalidad internacional depende del apoyo incondicional de los países occidentales, y estos, presionados por su opinión publica pueden variar su apoyo llegado el caso si esta empieza a encontrarse cada vez mas incomoda con la profunda disonancia cognitiva a la que son sometidos.
2- Falta de profundidad estratégica
Israel es un Estado relativamente pequeño y con una muy alta densidad de población que además dispone un limitado número de instalaciones criticas que de ser destruidas pondrían en jaque la viabilidad del Estado israelí. Ello es especialmente cierto en el sector de la producción de energía eléctrica.
Pero también son muy vulnerables sus instalaciones de potabilización, distribución y purificación de agua, o su petroquímica, entre otros objetivos que es fácil identificar y cada vez son más vulnerables a las novedosas armas de sus enemigos.
Además, como se ha visto en esta última acción palestina puede ser corta o invadida hasta su mismo corazón en cuestión de horas, e incluso atacada desde dentro por los más de 1,6 millones de palestinos que viven dentro de sus fronteras.
3- Fin de la supremacía tecnológica militar occidental
A finales de los años 90 existía una notable ventaja tecnológica occidental fundamentada en gran medida en la inversión investigación militar, y la limitación de acceso a determinada tecnologías. Sin embargo tras la caída de la URRS la inversión en tecnología militar decreció y la brecha con las capacidades tecnológicas civiles se redujo hasta desaparecer.
Hoy la mayor parte de las carísimas armas consideradas de última generación por la OTAN fueron diseñadas en los años 90 o primera década del siglo XXI, con “chips” de cientos de nm. En el mejor de los casos.
Frente ello hoy las tecnologías civiles permiten fácil acceso a capacidades hace dos década vetadas a países en vías de desarrollo, permitiéndoles el desarrollo de armas de gran precisión
Irán, como era previsible ha desarrollado una amplia panoplia de armas de alta precisión, especialmente misiles y drones para una gran variedad de finalidades, usando en gran medida elementos de alta tecnología de procedencia civil.
Y además no solo ha facilitado estas armas a sus aliados en la zona, sino que incluso les ha facilitando el know how para que las desarrollen y fabriquen ellos mismos.
4- Pérdida de poder combativo de las IDF ante la falta de enemigos convencionales
El Ejército israelí es una sombra de lo que fue hace décadas tanto en medios como en entrenamiento, capacidades tácticas y estratégicas, y capacitación de mando, como consecuencia de diversos factores.
El primero es que la juventud israelí se ha debilitado jovenlandesalmente de igual forma que en el resto de occidente. Su actitud y aptitud ha disminuido al tiempo que la percepción de seguridad hace que estén menos dispuestos a cualquier sacrificio y menos consciente de la necesidad de estar preparados para una guerra convencional.
Ya la Guerra con Hezbollah en Líbano en 2008 mostró las graves carencias de las Fuerzas de Defensa en múltiples niveles, que lejos de haberse corregido se han acrecentado con los años
Especialmente preocupante es la caída del nivel de preparación de los oficiales superiores para las complejas tareas del combate convencional moderno.
Hay además una profunda complacencia y subestimación del enemigo, acostumbrados a combatir a meros insurgentes mal armados, lo cual ha reducida la capacidad de combate para conflictos de alta intensidad. Algo similar a lo ocurrido con otros Ejércitos Occidentales.
Al tiempo enfrente se le opone una población desesperada que no tiene nada que perder, y que en muchos casos incluso cree que morir matando le llevara a una vida mejor en el paraíso.
5- Excesiva confianza en la supremacía aérea
Israel considera la fuerza aérea su principal elemento disuasorio, capaz de asestar ataque en gran profundidad estratégica y con gran concentración de medios.
Para ello invierte enormes cantidades de dinero en su continua modernización y actualización con el fin de que esté en condiciones se superar la posible defensa aérea del potencial enemigo.
Una Fuerza Aérea que puede ser desmantelada por un enemigo que disponga medios de proyección de ojivas lo suficientemente precisas y potentes para alcanzar y penetrar los búnkeres blindados que los protegen, y/o los polvorines que guardan sus armas.
El uso de sus armas nucleares, de ser cierta su existencia, depende de muchos factores, y de entre ellos el más importante la posibilidad del enemigo de eliminar los vectores de lanzamiento o derribar los portadores antes de llegar a sus objetivos.
La reducción del presupuesto de Defensa de los últimos años, ello ha supuesto una priorización de recursos hacia la Fuerza Aérea, también la Marina, en detrimento de la Fuerza Terrestre, que no ha hecho sino reducir su tamaño, especialmente el de las fuerzas pesadas, que ahora representan menos de 1/3 del tamaño de hace 30 años.
Todo ello se ha hecho obvio en la nula capacidad combativa mostrada por la tropas situadas en plena línea de confrontación con Hamas, a las que debiera suponerte preparadas y mentalizadas para el combate.
Sin embargo han sido totalmente superadas por un reducido grupo de comandos de vanguardia palestinos, que han abierto brecha a las hordas de milicianos.
Frente a ello, y como era previsible ya hace dos décadas, las fuerzas que se les oponen no han hecho sino que crecer cuantitativa y cualitativamente alrededor de las fronteras de Israel bajo el patrocinio y liderazgo de Irán, y muy especialmente de su Guardia Republicana con la elite de sus fuerzas Quds a la cabeza.
Como era previsible ha ido desarrollando sus propias tecnologías tácticas y estrategias buscando aprovechar sus oportunidades y explotar y hasta crear las vulnerabilidades de su enemigo
Irán ha hecho de la necesidad virtud y ante la incapacidad de obtener la capacidad de desarrollar tecnológicamente sus armas convencionales, como blindados artillería o aviación, ha decidido dedicar sus recursos al desarrollo de fuerzas sutiles, drones, municiones inteligentes y guiadas, o misiles balísticos y de crucero.
Su progresivo desarrollo durante décadas, los ha hecho crecer en potencia alcance variedad y precisión.
Se pone mucho énfasis en los presuntos esfuerzos de Irán por obtener el arma nuclear, sirviendo como excusa para sanciones que han estado lejos de debilitar al régimen iraní, haciendo bueno el dicho de que la necesidad agudiza el ingenio.
Sin embargo, Irán no necesita armas nucleares para destruir Israel, tan solo tiempo para desarrollar y producir los medios de proyección necesarios para destruir las instalaciones criticas que paralicen la economía, y destruir el potencial militar de su enemigo.
Para lo primero tan sólo le hacen falta unos cientos de ojivas, y para lo segundo unas miles más. Siempre y cuando cuente con la adecuada precisión y capacidad de penetración en las defensas enemigas. En definitiva, necesita tiempo.
En Occidente tenemos relojes, pero Irán tiene todo el tiempo, y mucha paciencia para no dejarse llevar por provocaciones mientras va desplegando sus piezas por el tablero.
Es dentro de este contexto donde, en mi opinión, se debe encuadrar el actual conflicto que se está desarrollando.
Mientras, juega al ratón y al gato con Israel, desarrollando las capacidades de sus aliados en la zona, principales objetivos de la ira de Israel. Estas capacidades son fundamentales para la explotación del éxito inicial, ya que al final toda victoria requiere de la ocupación del territorio enemigo.
Tanto como sorprende la baja capacidad de combate y respuesta israelí, lo hace la capacidad de organización y medios empleados por las milicias palestinas, así como el momento elegido y la aparente falta de coordinación con el resto de aliados
Si bien el plan de desbordamiento de defensas era previsible, personalmente me ha sorprendido tanto la capacidad de coordinación como el entrenamiento de las unidades de elite precisas para el golpe inicial, así como la capacidad técnica para bloquear el sistema electrónico enemigo.
Tampoco era esperable la acumulación de medios vista hasta ahora, y lo que se supone deben tener guardado, aunque tengo una ligera idea de cuáles serán sus líneas de acción, no esperaba que tuvieran semejantes medios y la capacidad de emplearlos tan pronto.
Por el lado contrario extraña la incapacidad de la inteligencia israelí y occidental para detectar tanto el golpe como las capacidades enemigas.
Por el lado palestino, han cometido un evidente error al provocar una innecesaria masacre de civiles en lugar de haber hecho mayor esfuerzo por su captura vivos, a pesar que todo indica que han logrado capturar a cientos de ciudadanos tanto israelíes como de otras nacionalidades occidentales.
Son estos últimos rehenes especialmente valiosos ya que parece empiezan a exigir la moderación de la respuesta militar de Israel. Una respuesta que de momento parece lenta, tímida e ineficaz.
Muchos llevados por su falta de inteligencia emocional desean una respuesta brutal e indiscriminada que abarque la destrucción de la franja o su ocupación militar. Ambas acciones son posibles en la teoría pero poco inteligentes tanto por su practicidad como por sus consecuencias y efectos.
Siquiera voy a considerar la posibilidad de pretender extender el conflicto atacando a Irán, aunque nada es descartable a la vista de la estupidez mostrada por los dirigentes israelíes durante los últimos años. Especialmente porque seguramente supondría la implicación de EEUU en el conflicto y el cierre del Estrecho de Ormuz, con las evidentes consecuencia para el sector del petróleo y por ende la debilitada economía mundial.
Cualquiera de las opciones supondrá un elevado uso de municiones, ahora escasas y difíciles de reponer a corto plazo, que puede exponer aun más al ya debilitado Ejercito israelí. A ello habría que añadir cientos o incluso miles de bajas.
Eso sin contar con el coste económico de mantener cientos de miles de ciudadanos de la reserva fuera de sus puestos de trabajo y quién sabe si a millones en los refugios durante semanas o meses, sin contar con el riesgo de extensión del conflicto hacia el Norte y el Centro.
Y por supuesto dejando de lado el daño a la imagen de Israel que supondría la imagen de miles de niños palestinos masacrados por las bombas, y muy especialmente el daño a las relaciones diplomáticas con países fiel a la religión del amores que tanto esfuerzo, especialmente de EEUU ha costado establecer con los años.
Pero no conviene tampoco dejar de lado las consecuencias que tienen los actos de Israel en los países de la Unión Europea y su propia responsabilidad en crear las condiciones que han desembocado la actual crisis.
Porque la errónea política de Israel respaldada por nuestros gobernantes, solo ha animado a seguir a Israel en la misma dirección que les lleva al abismo guiados por su extremismo religioso, su racismo supremacista y su visión victimista desarrollada y fomentada por las elites como consecuencia de su devenir histórico.
Pero, pase lo que pase será malo para Europa. Las masas de fiel a la religión del amores que cual Caballo de Troya se ha permitido entrar y vivir sin exigir el menor esfuerzo e interés por integrarse, ahora mismo están celebrando la masacre y en muchos caso soñando con el día que ellos mismo puedan coger la espada y apiolar “herejes”.
Si no hay respuesta la debilidad no hará sino reforzar sus sueños que un ida imponer a las débiles, decadentes e inmorales sociedades occidentales su intolerante Fé, única e incuestionable. Si Israel provoca un baño de sangre, la indignación y el silencio cómplice de nuestros dirigentes no hará sino aumentar su repruebo a Occidente y deseo de venganza.
Sea cual sea la respuesta y las consecuencias inmediatas, el hecho cierto es que tan sólo es una jugada más en la compleja partida de ajedrez en la que Israel se juega su existencia como nación.
El tiempo sigue corriendo y pretender mantener el estatus quo actual es inviable a largo plazo. Tan sólo aumenta la espiral de violencia y acerca el momento en que los enemigos de Israel estén listos para desencadenar su ataque definitivo y consiguiente venganza.