La profecia se cumple, que Dios tenga misericordia de Carlitos 3o.
Un misterioso personaje que aparece fugazmente en la ceremonia de coronación de Carlos III dispara las teorías de la conspiración
El pasado sábado 6 de mayo de 2023 era coronado Carlos III, en la abadía de Westminster. La ceremonia estuvo cargada de simbolismo y de varios rituales enigmáticos. Fue igual de fastuosa que la de su progenitora, Isabel II, hace setenta años, aunque más cortita, en comparación a las tres horas que duró la coronación de la longeva reina.
De acuerdo a la tradición, el príncipe Charles se sentó sobre laPiedra del Destino (Stone of Scone, en inglés) oculta bajo la silla de San Eduardo, donde se han coronado los reyes de Inglaterra desde 1296 y, antes, los monarcas escoceses.
La silla, por cierto, despertó rumores en las redes sociales cuando algunos desinformados creyeron ver "el ojo que todo lo ve" en medio de un triángulo en el respaldo de la silla. No era eso. Con todo, la estrella de la coronación fue un misterioso hombre vestido de neցro cuya presencia generó estupor entre los internautas.
El hombre vestido de neցro se ve pasar lentamente con un cayado, detrás de los arcos dorados que dan entrada a la abadía. Su aspecto hizo que algunos internautas lo relacionaran con la parca, como un presagio de fin al monarca.
De hecho, un texto publicado por Nostradamusen la Century 8 Cuarteta 97, predice la fin de la reina y el fin de la monarquía británica
“Al final de la guerra, las grandes potencias cambian. Cerca de la costa nacen tres hermosos niños. Arruinarán al pueblo cuando sean mayores de edad. Cambiarán el reino y no lo verán crecer más”.
Mario Reading, experto en los escritos de Nostradamus, interpretó que el reinado de Carlos III será breve y que alguno de sus herederos, Guillermo, Harry y Beatriz llevarán a la ruina el reino después de una guerra ¿la de Ucrania?
Otros internautas –más racionales- dijeron que la misteriosa figura era, en realidad un monje o un maestro de ceremonia que guiaba a varios de los invitados a sus lugares asignados.
Al final, según han aclarado en Westminster, resultó ser un ‘sacristán’, una persona que está a cargo de la custodia de los objetos sagrados que existen en el templo y ayuda al sacerdote con las labores de cuidado y limpieza.
Un momento de la coronación de Carlos III
Pero la parte más secreta de la ceremonia tuvo lugar tras el juramento de Carlos III cuando fue "ungido, bendecido y consagrado" por el arzobispo de Canterbury. Para ser elevado como una deidad, de acuerdo con el protocolo de la realeza.
Debajo de esta silla se colona la mencionada Piedra del destino que se expone en el Castillo de Edimburgo ya que este antiguo artefacto es un símbolo de la monarquía escocesa. Se trata de una roca de arenisca, de 150 kilos, que fue robada a los escoceses por el rey Eduardo I a finales del siglo XIII tras saquear la Abadía de Scone y se la llevaría a Westminster como botín para evitar que hubiera más reyes escoceses. Cuenta la leyenda que este objeto sería la piedra que sirvió de almohada al personaje bíblico Jacob en el Antiguo Testamento.
El arzobispo se acercó al monarca con un recipiente en forma de águila y untó su frente, manos y pecho con aceite bendito mientras el canta el himno Zadok The Priest.
Un misterioso personaje que aparece fugazmente en la ceremonia de coronación de Carlos III dispara las teorías de la conspiración
El pasado sábado 6 de mayo de 2023 era coronado Carlos III, en la abadía de Westminster. La ceremonia estuvo cargada de simbolismo y de varios rituales enigmáticos. Fue igual de fastuosa que la de su progenitora, Isabel II, hace setenta años, aunque más cortita, en comparación a las tres horas que duró la coronación de la longeva reina.
De acuerdo a la tradición, el príncipe Charles se sentó sobre laPiedra del Destino (Stone of Scone, en inglés) oculta bajo la silla de San Eduardo, donde se han coronado los reyes de Inglaterra desde 1296 y, antes, los monarcas escoceses.
La silla, por cierto, despertó rumores en las redes sociales cuando algunos desinformados creyeron ver "el ojo que todo lo ve" en medio de un triángulo en el respaldo de la silla. No era eso. Con todo, la estrella de la coronación fue un misterioso hombre vestido de neցro cuya presencia generó estupor entre los internautas.
El hombre vestido de neցro se ve pasar lentamente con un cayado, detrás de los arcos dorados que dan entrada a la abadía. Su aspecto hizo que algunos internautas lo relacionaran con la parca, como un presagio de fin al monarca.
De hecho, un texto publicado por Nostradamusen la Century 8 Cuarteta 97, predice la fin de la reina y el fin de la monarquía británica
“Al final de la guerra, las grandes potencias cambian. Cerca de la costa nacen tres hermosos niños. Arruinarán al pueblo cuando sean mayores de edad. Cambiarán el reino y no lo verán crecer más”.
Mario Reading, experto en los escritos de Nostradamus, interpretó que el reinado de Carlos III será breve y que alguno de sus herederos, Guillermo, Harry y Beatriz llevarán a la ruina el reino después de una guerra ¿la de Ucrania?
Otros internautas –más racionales- dijeron que la misteriosa figura era, en realidad un monje o un maestro de ceremonia que guiaba a varios de los invitados a sus lugares asignados.
Al final, según han aclarado en Westminster, resultó ser un ‘sacristán’, una persona que está a cargo de la custodia de los objetos sagrados que existen en el templo y ayuda al sacerdote con las labores de cuidado y limpieza.
Un momento de la coronación de Carlos III
Pero la parte más secreta de la ceremonia tuvo lugar tras el juramento de Carlos III cuando fue "ungido, bendecido y consagrado" por el arzobispo de Canterbury. Para ser elevado como una deidad, de acuerdo con el protocolo de la realeza.
La unción con óleo es el acto principal de la ceremonia religiosa y se hizo oculta de la mirada de profanos. El Rey se quitó la túnica y se sentó en la silla del Rey Eduardo que ha sido utilizada por todos los monarcas desde 1626.El acto principal de la ceremonia de coronación se hizo oculto por un biombo
Debajo de esta silla se colona la mencionada Piedra del destino que se expone en el Castillo de Edimburgo ya que este antiguo artefacto es un símbolo de la monarquía escocesa. Se trata de una roca de arenisca, de 150 kilos, que fue robada a los escoceses por el rey Eduardo I a finales del siglo XIII tras saquear la Abadía de Scone y se la llevaría a Westminster como botín para evitar que hubiera más reyes escoceses. Cuenta la leyenda que este objeto sería la piedra que sirvió de almohada al personaje bíblico Jacob en el Antiguo Testamento.
El arzobispo se acercó al monarca con un recipiente en forma de águila y untó su frente, manos y pecho con aceite bendito mientras el canta el himno Zadok The Priest.
Un misterioso personaje en la coronación de Carlos III
Un misterioso personaje que aparece fugazmente en la ceremonia de coronación de Carlos III dispara las teorías de la conspiración
www.espaciomisterio.com