Cae de los primeros 30 países de la OCDE y obtiene una nota 4,3 puntos más baja que el promedio de la UE. Hace una década ocupaba el puesto 22
España se sitúa por debajo de la media de países de la OCDE en lo referente a la libertad económica y empresarial, según arroja el Índice de Libertad Económica 2023 (ILE 2023) elaborado por la Fundación Heritage y editada para España por el Instituto de Estudios Económicos (IEE).
De acuerdo con el informe presentado este lunes por el presidente del Instituto de Estudios Económicos, Íñigo Fernández de Mesa, y el director general de la organización, Gregorio Izquierdo, España es uno de los países con menos libertad económica de la OCDE, ocupando la posición 31, con una puntuación de 91,5 puntos, de los 38 países que la conforman y cuya media es 100. En apenas una década, ocupaba el puesto 22. Si tenemos en cuenta las puntuaciones, exceptuando las repetidas, nuestro país caería hasta la posición 35.
Por debajo del promedio
Así, España está alejada de las primeras posiciones y en una situación relativamente baja si se compara con las economías desarrolladas. "Considerando el promedio de la OCDE como base 100, España presenta una brecha de un 8,5% respecto al promedio" advierte el informe. Y detalla que, dentro de la Unión Europea, cuyo promedio se sitúa en 95,8, España ocupa la posición 22 de entre los 27 países que conformaban la UE-27, 4,3 puntos por debajo del promedio de la UE.
Suiza, Irlanda y Nueva Zelanda son los tres países que ocupan las primeras posiciones en el ranking dentro de la OCDE. Y también se sitúan en los primeros puestos de la clasificación del ILE en 2023, junto con Singapur.
El estudio señala que la posición relativa de España en los últimos puestos dentro de la OCDE se debe al subcomponente del tamaño del Estado ('salud fiscal') que hace referencia al ámbito presupuestario.
En este sentido, el documento destaca que "España se sitúa en la posición 36 de los 38 países de la OCDE; debido a sus elevados niveles de deuda y déficit públicos. El ILE valora la respuesta que tiene cada gobierno en el ámbito de su programación presupuestaria para intervenir la actividad económica, así como su compromiso con la gestión financiera responsable de los recursos. La acumulación de déficits consecutivos y su reflejo en el creciente endeudamiento público son consecuencias de una política presupuestaria que interfiere, en gran medida, en el principio de libertad económica al perturbar la estabilidad macroeconómica y limitar la capacidad de crecimiento futuro, entre otros efectos". De hecho, insiste, "España no solo obtiene una peor nota que la media de la OCDE y que la UE, sino que, en la mayoría de las variables analizadas, presenta una situación deficitaria. De hecho, destaca especialmente la baja puntuación relativa en materias como la salud fiscal, gasto público, efectividad judicial y carga impositiva".
La libertad de empresa en España
Por otro lado, España ocupa el puesto 29 de los 38 países de la OCDE en cuanto a libertad de empresa, con 75,2 puntos, lo que implica un retroceso de 7 posiciones en comparación con el año 2012. "Nos situamos en la zona media-baja de nuestro entorno, lejos de las posiciones más elevadas", se apunta en el estudio.
Considerando el promedio de la OCDE como base 100 para medir la libertad de empresa, España tiene una brecha negativa de un 5,6% en relación a la media de la OCDE y se sitúa 3,2 puntos porcentuales inferior a la media de la UE-27.
También se observa que las economías donde la libertad de empresa es más elevada presentan, en promedio, tasas de desempleo más reducidas, del 6,2%, frente a aquellos países con inferiores registros en libertad de empresa cuyas tasas de desempleo promedio son del 10,7%.
Para el IEE, un "claro ejemplo" de normativa que limita la libertad de empresa lo constituye el proyecto de Ley que pretendía crear la Autoridad Administrativa Independiente de Defensa del Cliente Financiero que la reciente convocatoria de elecciones generales en España para el 23 de julio de 2023 y la consiguiente disolución del Parlamento, han hecho decaer.
Motivos y consecuencias
El IEE explica que entre las variables que más lastran nuestra libertad económica en la actualidad destacan la excesiva dimensión de nuestro sector público, las elevadas cargas tributarias y el fuerte desequilibrio fiscal. En el caso de la libertad de empresa, la variable que más la está penalizando es la deficiente calidad regulatoria.
E insiste en que "la consecuencia de nuestra falta de libertad económica y reducida libertad de empresa es una pérdida de dinamismo económico, capacidad de generación de empleo y crecimiento potencial a largo plazo".
La clave, según el 'think tank' de la CEOE, está en generar un entorno favorable para las empresas por parte del sector público. "La libertad de empresa y la iniciativa privada se constituyen como los principales motores de generación de riqueza y de empleo en una sociedad, y, por tanto, también del bienestar de la misma, por lo que es fundamental generar un entorno favorable para que se desarrollen y avancen. Así mismo. el papel de las instituciones es generar un entorno adecuado que fomente la empresarialidad y que apoye a las empresas, máxime en un momento tan complicado como el actual, impulsando, de esta forma, la capacidad del sistema económico en su conjunto y aumentando la riqueza de las sociedades", concluye el IEE.
España se sitúa por debajo de la media de países de la OCDE en lo referente a la libertad económica y empresarial, según arroja el Índice de Libertad Económica 2023 (ILE 2023) elaborado por la Fundación Heritage y editada para España por el Instituto de Estudios Económicos (IEE).
De acuerdo con el informe presentado este lunes por el presidente del Instituto de Estudios Económicos, Íñigo Fernández de Mesa, y el director general de la organización, Gregorio Izquierdo, España es uno de los países con menos libertad económica de la OCDE, ocupando la posición 31, con una puntuación de 91,5 puntos, de los 38 países que la conforman y cuya media es 100. En apenas una década, ocupaba el puesto 22. Si tenemos en cuenta las puntuaciones, exceptuando las repetidas, nuestro país caería hasta la posición 35.
Por debajo del promedio
Así, España está alejada de las primeras posiciones y en una situación relativamente baja si se compara con las economías desarrolladas. "Considerando el promedio de la OCDE como base 100, España presenta una brecha de un 8,5% respecto al promedio" advierte el informe. Y detalla que, dentro de la Unión Europea, cuyo promedio se sitúa en 95,8, España ocupa la posición 22 de entre los 27 países que conformaban la UE-27, 4,3 puntos por debajo del promedio de la UE.
Suiza, Irlanda y Nueva Zelanda son los tres países que ocupan las primeras posiciones en el ranking dentro de la OCDE. Y también se sitúan en los primeros puestos de la clasificación del ILE en 2023, junto con Singapur.
El estudio señala que la posición relativa de España en los últimos puestos dentro de la OCDE se debe al subcomponente del tamaño del Estado ('salud fiscal') que hace referencia al ámbito presupuestario.
En este sentido, el documento destaca que "España se sitúa en la posición 36 de los 38 países de la OCDE; debido a sus elevados niveles de deuda y déficit públicos. El ILE valora la respuesta que tiene cada gobierno en el ámbito de su programación presupuestaria para intervenir la actividad económica, así como su compromiso con la gestión financiera responsable de los recursos. La acumulación de déficits consecutivos y su reflejo en el creciente endeudamiento público son consecuencias de una política presupuestaria que interfiere, en gran medida, en el principio de libertad económica al perturbar la estabilidad macroeconómica y limitar la capacidad de crecimiento futuro, entre otros efectos". De hecho, insiste, "España no solo obtiene una peor nota que la media de la OCDE y que la UE, sino que, en la mayoría de las variables analizadas, presenta una situación deficitaria. De hecho, destaca especialmente la baja puntuación relativa en materias como la salud fiscal, gasto público, efectividad judicial y carga impositiva".
La libertad de empresa en España
Por otro lado, España ocupa el puesto 29 de los 38 países de la OCDE en cuanto a libertad de empresa, con 75,2 puntos, lo que implica un retroceso de 7 posiciones en comparación con el año 2012. "Nos situamos en la zona media-baja de nuestro entorno, lejos de las posiciones más elevadas", se apunta en el estudio.
Considerando el promedio de la OCDE como base 100 para medir la libertad de empresa, España tiene una brecha negativa de un 5,6% en relación a la media de la OCDE y se sitúa 3,2 puntos porcentuales inferior a la media de la UE-27.
También se observa que las economías donde la libertad de empresa es más elevada presentan, en promedio, tasas de desempleo más reducidas, del 6,2%, frente a aquellos países con inferiores registros en libertad de empresa cuyas tasas de desempleo promedio son del 10,7%.
Para el IEE, un "claro ejemplo" de normativa que limita la libertad de empresa lo constituye el proyecto de Ley que pretendía crear la Autoridad Administrativa Independiente de Defensa del Cliente Financiero que la reciente convocatoria de elecciones generales en España para el 23 de julio de 2023 y la consiguiente disolución del Parlamento, han hecho decaer.
Motivos y consecuencias
El IEE explica que entre las variables que más lastran nuestra libertad económica en la actualidad destacan la excesiva dimensión de nuestro sector público, las elevadas cargas tributarias y el fuerte desequilibrio fiscal. En el caso de la libertad de empresa, la variable que más la está penalizando es la deficiente calidad regulatoria.
E insiste en que "la consecuencia de nuestra falta de libertad económica y reducida libertad de empresa es una pérdida de dinamismo económico, capacidad de generación de empleo y crecimiento potencial a largo plazo".
La clave, según el 'think tank' de la CEOE, está en generar un entorno favorable para las empresas por parte del sector público. "La libertad de empresa y la iniciativa privada se constituyen como los principales motores de generación de riqueza y de empleo en una sociedad, y, por tanto, también del bienestar de la misma, por lo que es fundamental generar un entorno favorable para que se desarrollen y avancen. Así mismo. el papel de las instituciones es generar un entorno adecuado que fomente la empresarialidad y que apoye a las empresas, máxime en un momento tan complicado como el actual, impulsando, de esta forma, la capacidad del sistema económico en su conjunto y aumentando la riqueza de las sociedades", concluye el IEE.