EN EL VALLE DE LOS CAÍDOS
Madmaxista
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Por Roberto Centeno.- Aunque la mayoría no es consciente de ello, y el régimen mediático en connivencia con el político y la oligarquía financiera lo ocultan sistemáticamente, España es para la clase media y trabajadora un auténtico infierno fiscal, a la vez que un paraíso fiscal para las empresas del Ibex -pagan un 3% de media- y para las grandes fortunas -pagan un 1% vía sicavs-. Pero no solo nos expolian a casi el máximo nivel de la OCDE, es que nos cuentan que la presión fiscal o impuestos/PIB está por debajo de la media del mundo desarrollado. Esto es algo clamorosamente falso por la sencilla razón de que el PIB real es un 23,5% inferior al oficial. Pero más allá de las grandes falsedades macroeconómicas está la realidad microeconómica de las familias. Los españoles somos los ciudadanos de la OCDE que más salario real han perdido, un 25% desde 2007.
No representan pues a los electores ni a la sociedad civil, sino a una oligarquía política que ha suprimido la representación política de los gobernados. No se vota a los representantes del pueblo o de la sociedad sino a meros delegados de los partidos estatales. Esta realidad que todos pueden ver sin emplear apenas la inteligencia, se tapa torpemente con impúdicos velos de propaganda democrática. Todos, gobernantes y gobernados, apuntalan la colosal mentira de llamar legislativas a este colosal engaño; de llamar representantes del pueblo a simples delegados de partidos; de llamar separación de poderes a la mera separación de funciones públicas entre personas de una misma obediencia de partido; de llamar democracia representativa a esta poco equilibrada oligarquía estatal”. Más de 200 diputados tienen asegurado el escaño antes siquiera de que se vote, y da igual que sean unos ignorantes o unos corruptos pues los electores ni les conocen. Una farsa electoral ante la que solo cabe abstenerse. Porque el tema es mucho peor, porque quienes piden nuestro voto van a aplastarnos a impuestos y a subir gasto sin freno, y eso para empezar, porque después nos llevarán a la suspensión de pagos por la vía de urgencia. Y es que los españoles no tenemos remedio, es una repetición del ‘vivan las cadenas’ o más precisamente de cuando soltaron las mulas que arrastraban la carroza de Fernando VII y se pusieron ellos a tirar de la misma. Los españoles votaremos tirar del carro donde está subida la clase política más nepotista, despilfarradora e incompetente de Europa con más de dos millones de enchufados, y que ahora subirá al carro 200.000 más, para culminar nuestra ruina y la de nuestros hijos y nietos. Es a eso a donde nos llevan los programas de la banda de los cuatro. Piénsenlo dos veces antes de votar su propio expolio.
¿Cuánto tiempo trabajamos para el Estado?
Una calle del centro de Madrid.
Un trabajador con un sueldo medio anual de 24.400 euros brutos destina el equivalente al salario de 37 días a pagar el IRPF, 102 días a la Seguridad Social, 25 días al IVA, 12 días a impuestos especiales y cinco días a otros impuestos. En total, dedica 181 días de su trabajo, la mitad del año, o 15.706 euros a pagar a las AAPP. Ahora bien, de esa cantidad, 7.296 euros son las cotizaciones patronales por ese trabajador, por lo que el trabajador paga 8.510 euros de su bolsillo o el 35% de la cifra que figura en su nómina, aunque el costo del factor trabajo está gravado con un 49,6%, una de las cifras más altas de toda la OCDE. En el informe de la OCDE, la presión fiscal media sobre las parejas casadas con dos hijos en España está entre las cuatro más elevadas de este grupo Pero esto es la media nacional. Por CCAA, los catalanes son los que más pagan, junto con los valencianos. Sus gobernantes han empleado el impuesto autonómico para castigar al trabajador de renta media con unos impuestos superiores a la media.
En sentido contrario, vascos y navarros, gracias al robo del régimen foral a la Hacienda española -14.000 millones directamente por lo irrisorio del cupo o indirectamente no devolviendo todos los IVA e impuestos sobre beneficios obtenidos fuera de los territorios forales por empresas medianas y pequeñas-, gravan las rentas de trabajo por debajo de la media nacional. También hay un hecho muy representativo: País Vasco y Navarra, al tener una presión fiscal sobre la renta inferior a la media española, son los que tienen menores tasa de paro, algo que deberían tener muy en cuenta los ciudadanos a la hora de votar a aquellos partidos que propugnan fuertes subidas fiscales a los ‘ricos’ o impuestos ‘solidarios’ para financiar las pensiones. La presión fiscal media sobre las parejas casadas con dos hijos en España está entre las cuatro más elevadas de este grupo de los 34 países más desarrollados y se situó en el 33,8% de sus ingresos brutos, frente a una media para el grupo del 26,7%. La presión fiscal sobre el trabajo en España es la que más ha crecido durante los últimos años y supera ya a Dinamarca, Noruega, Canadá u Holanda. Que ante esta realidad el régimen político, mediático y servicios de estudio bancarios sostengan el gigantesco engaño de que la presión fiscal en España está por debajo de la media de la OCDE es un insulto a los contribuyentes. No es de extrañar que los medios hayan perdido la confianza de los ciudadanos, con lo mucho que costó conseguirla.
España, la Venezuela europea
Las propuestas económicas de los diferentes partidos van desde el disparate absoluto de convertir España en la Venezuela europea, sumiéndonos en el hambre y la miseria, a la perseverancia en la incompetencia y la mentira.
Ninguno propone el cambio en este modelo de Estado que está llevando a la ruina a la nación, ni sustituir la oligarquía de partidos por una democracia real. Las propuestas sobre la fiscalidad tienen un denominador común, todos proponen subir impuestos -si alguien a estas alturas cree las mentiras de Rajoy de bajarlos como hizo en 2011, mejor que se lo haga mirar-. Y lo basan en las tres patrañas habituales. La presión fiscal en España es inferior a la media, algo escandalosamente falso; las subidas de impuestos serán solo “sobre los ricos”, lo que significa la clase media y la clase trabajadora, porque España es el único país desarrollado donde los ricos están exentos de la mayoría de impuestos. La ley empírica más importante de economía española es que por cada puesto que se elimina en el sector público se crean 2,5 puestos en el sector privado.
El PSOE creó para ello en los ochenta unos instrumentos jurídico fiscales que lo permiten, las sicavs, y que el PP mantuvo íntegramente desde Aznar a Rajoy, por lo que hablar de los ricos es un insulto a quienes efectivamente pagamos. Las grandes empresas apenas pagan impuestos -“hay empresas en el Ibex que no pagan impuestos”, diría Rajoy al poco de llegar a Moncloa- y a continuación les concedió bonificaciones y ajustes fiscales tan escandalosos que son las que menos pagan de Europa y la OCDE, apenas un 3% de media.
Y para aquellos ingenuos que claman diciendo que si se despide a un millón de empleados públicos inútiles tendremos un millón de parados más, recordarles que la ley empírica más importante de economía española es que por cada puesto que se elimina en el sector público se crean 2,5 puestos en el sector privado, es decir, que un millón menos de empleados públicos crearía 2,5 millones de empleos privados.
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No representan pues a los electores ni a la sociedad civil, sino a una oligarquía política que ha suprimido la representación política de los gobernados. No se vota a los representantes del pueblo o de la sociedad sino a meros delegados de los partidos estatales. Esta realidad que todos pueden ver sin emplear apenas la inteligencia, se tapa torpemente con impúdicos velos de propaganda democrática. Todos, gobernantes y gobernados, apuntalan la colosal mentira de llamar legislativas a este colosal engaño; de llamar representantes del pueblo a simples delegados de partidos; de llamar separación de poderes a la mera separación de funciones públicas entre personas de una misma obediencia de partido; de llamar democracia representativa a esta poco equilibrada oligarquía estatal”. Más de 200 diputados tienen asegurado el escaño antes siquiera de que se vote, y da igual que sean unos ignorantes o unos corruptos pues los electores ni les conocen. Una farsa electoral ante la que solo cabe abstenerse. Porque el tema es mucho peor, porque quienes piden nuestro voto van a aplastarnos a impuestos y a subir gasto sin freno, y eso para empezar, porque después nos llevarán a la suspensión de pagos por la vía de urgencia. Y es que los españoles no tenemos remedio, es una repetición del ‘vivan las cadenas’ o más precisamente de cuando soltaron las mulas que arrastraban la carroza de Fernando VII y se pusieron ellos a tirar de la misma. Los españoles votaremos tirar del carro donde está subida la clase política más nepotista, despilfarradora e incompetente de Europa con más de dos millones de enchufados, y que ahora subirá al carro 200.000 más, para culminar nuestra ruina y la de nuestros hijos y nietos. Es a eso a donde nos llevan los programas de la banda de los cuatro. Piénsenlo dos veces antes de votar su propio expolio.
¿Cuánto tiempo trabajamos para el Estado?
Una calle del centro de Madrid.
Un trabajador con un sueldo medio anual de 24.400 euros brutos destina el equivalente al salario de 37 días a pagar el IRPF, 102 días a la Seguridad Social, 25 días al IVA, 12 días a impuestos especiales y cinco días a otros impuestos. En total, dedica 181 días de su trabajo, la mitad del año, o 15.706 euros a pagar a las AAPP. Ahora bien, de esa cantidad, 7.296 euros son las cotizaciones patronales por ese trabajador, por lo que el trabajador paga 8.510 euros de su bolsillo o el 35% de la cifra que figura en su nómina, aunque el costo del factor trabajo está gravado con un 49,6%, una de las cifras más altas de toda la OCDE. En el informe de la OCDE, la presión fiscal media sobre las parejas casadas con dos hijos en España está entre las cuatro más elevadas de este grupo Pero esto es la media nacional. Por CCAA, los catalanes son los que más pagan, junto con los valencianos. Sus gobernantes han empleado el impuesto autonómico para castigar al trabajador de renta media con unos impuestos superiores a la media.
En sentido contrario, vascos y navarros, gracias al robo del régimen foral a la Hacienda española -14.000 millones directamente por lo irrisorio del cupo o indirectamente no devolviendo todos los IVA e impuestos sobre beneficios obtenidos fuera de los territorios forales por empresas medianas y pequeñas-, gravan las rentas de trabajo por debajo de la media nacional. También hay un hecho muy representativo: País Vasco y Navarra, al tener una presión fiscal sobre la renta inferior a la media española, son los que tienen menores tasa de paro, algo que deberían tener muy en cuenta los ciudadanos a la hora de votar a aquellos partidos que propugnan fuertes subidas fiscales a los ‘ricos’ o impuestos ‘solidarios’ para financiar las pensiones. La presión fiscal media sobre las parejas casadas con dos hijos en España está entre las cuatro más elevadas de este grupo de los 34 países más desarrollados y se situó en el 33,8% de sus ingresos brutos, frente a una media para el grupo del 26,7%. La presión fiscal sobre el trabajo en España es la que más ha crecido durante los últimos años y supera ya a Dinamarca, Noruega, Canadá u Holanda. Que ante esta realidad el régimen político, mediático y servicios de estudio bancarios sostengan el gigantesco engaño de que la presión fiscal en España está por debajo de la media de la OCDE es un insulto a los contribuyentes. No es de extrañar que los medios hayan perdido la confianza de los ciudadanos, con lo mucho que costó conseguirla.
España, la Venezuela europea
Las propuestas económicas de los diferentes partidos van desde el disparate absoluto de convertir España en la Venezuela europea, sumiéndonos en el hambre y la miseria, a la perseverancia en la incompetencia y la mentira.
Ninguno propone el cambio en este modelo de Estado que está llevando a la ruina a la nación, ni sustituir la oligarquía de partidos por una democracia real. Las propuestas sobre la fiscalidad tienen un denominador común, todos proponen subir impuestos -si alguien a estas alturas cree las mentiras de Rajoy de bajarlos como hizo en 2011, mejor que se lo haga mirar-. Y lo basan en las tres patrañas habituales. La presión fiscal en España es inferior a la media, algo escandalosamente falso; las subidas de impuestos serán solo “sobre los ricos”, lo que significa la clase media y la clase trabajadora, porque España es el único país desarrollado donde los ricos están exentos de la mayoría de impuestos. La ley empírica más importante de economía española es que por cada puesto que se elimina en el sector público se crean 2,5 puestos en el sector privado.
El PSOE creó para ello en los ochenta unos instrumentos jurídico fiscales que lo permiten, las sicavs, y que el PP mantuvo íntegramente desde Aznar a Rajoy, por lo que hablar de los ricos es un insulto a quienes efectivamente pagamos. Las grandes empresas apenas pagan impuestos -“hay empresas en el Ibex que no pagan impuestos”, diría Rajoy al poco de llegar a Moncloa- y a continuación les concedió bonificaciones y ajustes fiscales tan escandalosos que son las que menos pagan de Europa y la OCDE, apenas un 3% de media.
Y para aquellos ingenuos que claman diciendo que si se despide a un millón de empleados públicos inútiles tendremos un millón de parados más, recordarles que la ley empírica más importante de economía española es que por cada puesto que se elimina en el sector público se crean 2,5 puestos en el sector privado, es decir, que un millón menos de empleados públicos crearía 2,5 millones de empleos privados.
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España, un infierno fiscal para la clase media y trabajadora
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