El Pionero
Alcalde y presidente de Fútbol Paco premium
Hace 44 años, Manuel Cáceres Artesero (71) empezó a animar a la Selección española. Primero viajó a Chipre, en 1976. Luego a México, a Estados Unidos, a Corea... y así, casi sin darse cuenta, acumuló 10 mundiales en su currículum, con una boina en la cabeza y un bombo en la mano. De esa forma nació una leyenda: Manolo, el del bombo. El hincha más grande del fútbol en España, quien, gracias a su esfuerzo, ha podido acompañar a La Roja por todo el orbe.
"La gente decía que estaba chavao. Al principio, lo pagaba todo yo, todo lo que sacaba, me lo gastaba. Pero la Selección se ha portado siempre muy bien, me dan muchas facilidades para las entradas, para poder viajar con ellos y tal. El desplazamiento de Valencia a Madrid lo pago yo y luego, en el país donde vayamos, la comida la pago yo. Y estoy muy agradecido. En vez de ganar tres, gano dos, pero vivo y hago lo que me gusta", comentó, en 2018 en su web.
Este año, sin embargo, su situación financiera podría acabar con su pasión porque a raíz del confinamiento y de las numerosas deudas que acumulaba desde antes de la cuarentena, Manolo tuvo que cerrar su bar en Valencia, Tu museo deportivo, que es su única fuente de ingresos. "Lo estoy pasando mal. Cobro una pensión de 800 euros y de hipoteca 400. Ya ves tú lo que me queda", revela a LOC con la esperanza de que la Federación Española de Fútbol le apoye, como él siempre ha hecho con sus ídolos, que, a estas alturas, también considera sus colegas.
Álvaro jovenlandesata (27) ha sido el primero en echarle una mano. El delantero del Atlético de Madrid le ha contratado como padrino de la nueva tienda de croasanes manolitos Manolo Bakes, de la que es inversor, en Valencia, y este lunes Manolo volvió a tocar el bombo. "Me llamaron y me preguntaron que si me parecía bien. Yo estoy muy contento con esto", explicó a LOC. Pese a ello, Manolo necesita más ayuda o, de lo contrario, se verá presionado a subastar su bien más preciado: su bombo.
"Casi me obligarán a venderlo, ¿sabes?... Pero yo espero que me ayuden. Porque ya, al final, tuve dejar el bar. No podía más", confiesa con nostalgia sobre el local que le dio casi tres décadas de alegría y que lo posicionó como uno de los personajes más célebres de la Comunidad Valenciana. "Llevo años aquí y la suerte que tienen los clientes es que pueden decir 'vamos a ver a Manolo'", mencionaba el hincha hace algunos meses, sin imaginar que, después de una esa época en el 2020 de la que yo le hablo, no podría reencontrarse con sus fans. Pero Manolo no pierde la esperanza. El hincha anhela volver a su trabajo y hoy, más que nunca, seguir apoyando a La Roja: "Yo, con seguir a mi Selección, soy feliz".
Manolo 'el del bombo': Álvaro jovenlandesata y los 'manolitos' contra su ruina