Markkus
Madmaxista
A ver si os vais enterando vasallos hijos de la gran fruta que el beta calla y consiente y el ALFA pone los huevonES encima de la mesa .
Hay que entender que la estabilización del capitalismo español ejecutada por la dictadura terrorista de la astuta de Paca encumbró una sociedad industrial y de consumo que a partir de los 60 se empezó a hallar en contradicción con las formas políticas del franquismo. De ahí que para éste continuara una vez muerto el dictador el régimen surgido del 18 de Julio hubiera de mutar en una monarquía constitucional que en lo esencial no alteró los intereses fundamentales.
El error sería hacer de izquierdas o de derechas este proyecto de RESURGIMIENTO de ESPAÑA y su PUEBLO como máximo exponente de los valores, identidades y legados recibidos de nuestra Historia y ancestros.
Hay que aunar voluntades en base a objetivos comunes beneficiosos para todos independientemente de que seas de un tonalidad u otro. No tiene sentido ahondar en divisiones estúpidas que alientan el repruebo, resentimiento y distancia entre hermanos españoles movidos por una misma sangre y anhelos. Y se podrá hacer en la medida que al generar un nuevo relato se rompa con la vieja herencia guerracivilisítica. Nuestras generaciones no han vivido la Guerra Civil pero aún pagamos sus consecuencias en el plano de la política, ideología, cultura. Hay que superar toda esta cosa en una síntesis renovadora que sepa elevarse por encima de las circunstancias proyectándose sobre un programa capaz de brindar a ESPAÑA(s) un nuevo relato y PROYECTO DE PAÍS.
Hay que quitarse los complejos de gente de izquierdas y de derechass y dejar de tocar los huevones con pugnas absurdas que dividen y enfrentan a una masa que comparte intereses y objetivos más allá de meros detalles estético-históricos.
Lo primero es expulsar del poder a la oligarquía corruputa y su servidora la partitocracia. Y se debe de hacer en tanto se construyen las herramientas orgánicas, culturales e ideológicas que apuntalen la construcción de esa nueva España que se aspira a construir. Una ingente tarea que precisa de esfuerzos colectivos e individuales en el sentido de dar protagonismo a las fuerzas vivas de la sociedad a través de ágoras en las que tome la voz sencillamente el pueblo, las clases populares, la inmensa mayoría que produce la riqueza de este país y que debe estar representada por un gobierno que represente sus intereses. El paso previo es politizar a la sociedad, darle voz, educarla, formarla, impelirla a que tome conciencia de su papel ante la Historia, ante España, ante ellos mismos, sus hijos y nietos.
A partir de ahí y sobre un programa mínimo compartido y basado en el proyecto de España que se construirá las diferencias serán dirimidas a través de la democracia, es decir el voto. No debemos pensar per se en partidos políticos tal y como los conocemos. Necesitamos avanzar en una democratización de la vida social, política y económica y ello exije otros líderes, otras reglas de juego que impiden que el poder se atrinchere en manos de unos indeseables por más buenas palabras que tengan.
Pero insisto: lo fundamental es generar un nuevo relato que deje atrás las diferencias, que no impida aunar esfuerzos y que posibilite pasar la pagina del siglo XX y mirar hacia adelante; con memoria sí, pero sin permitir que se entrometa en las tareas que reclama el presente y futuro.
Hay que recomponer el concepto de ESPAÑA, de solidaridad entre españoles, entre hijos de un mismo sol y una misma tierra que si bien se han apiolado y odiado aspiran a dejar atrás episodios tan desgarradoras para caminar de la mano hacia un nuevo país donde la Historia sólo sea objeto de estudio y no de política fratricida.
Tomad nota lacayos serviles hijos de la grandísima fruta que os arreo dos palos que os enseño lo que representa ser ESPAÑOL que os quito de en medio pedazo de estultoes.
Hay que entender que la estabilización del capitalismo español ejecutada por la dictadura terrorista de la astuta de Paca encumbró una sociedad industrial y de consumo que a partir de los 60 se empezó a hallar en contradicción con las formas políticas del franquismo. De ahí que para éste continuara una vez muerto el dictador el régimen surgido del 18 de Julio hubiera de mutar en una monarquía constitucional que en lo esencial no alteró los intereses fundamentales.
El error sería hacer de izquierdas o de derechas este proyecto de RESURGIMIENTO de ESPAÑA y su PUEBLO como máximo exponente de los valores, identidades y legados recibidos de nuestra Historia y ancestros.
Hay que aunar voluntades en base a objetivos comunes beneficiosos para todos independientemente de que seas de un tonalidad u otro. No tiene sentido ahondar en divisiones estúpidas que alientan el repruebo, resentimiento y distancia entre hermanos españoles movidos por una misma sangre y anhelos. Y se podrá hacer en la medida que al generar un nuevo relato se rompa con la vieja herencia guerracivilisítica. Nuestras generaciones no han vivido la Guerra Civil pero aún pagamos sus consecuencias en el plano de la política, ideología, cultura. Hay que superar toda esta cosa en una síntesis renovadora que sepa elevarse por encima de las circunstancias proyectándose sobre un programa capaz de brindar a ESPAÑA(s) un nuevo relato y PROYECTO DE PAÍS.
Hay que quitarse los complejos de gente de izquierdas y de derechass y dejar de tocar los huevones con pugnas absurdas que dividen y enfrentan a una masa que comparte intereses y objetivos más allá de meros detalles estético-históricos.
Lo primero es expulsar del poder a la oligarquía corruputa y su servidora la partitocracia. Y se debe de hacer en tanto se construyen las herramientas orgánicas, culturales e ideológicas que apuntalen la construcción de esa nueva España que se aspira a construir. Una ingente tarea que precisa de esfuerzos colectivos e individuales en el sentido de dar protagonismo a las fuerzas vivas de la sociedad a través de ágoras en las que tome la voz sencillamente el pueblo, las clases populares, la inmensa mayoría que produce la riqueza de este país y que debe estar representada por un gobierno que represente sus intereses. El paso previo es politizar a la sociedad, darle voz, educarla, formarla, impelirla a que tome conciencia de su papel ante la Historia, ante España, ante ellos mismos, sus hijos y nietos.
A partir de ahí y sobre un programa mínimo compartido y basado en el proyecto de España que se construirá las diferencias serán dirimidas a través de la democracia, es decir el voto. No debemos pensar per se en partidos políticos tal y como los conocemos. Necesitamos avanzar en una democratización de la vida social, política y económica y ello exije otros líderes, otras reglas de juego que impiden que el poder se atrinchere en manos de unos indeseables por más buenas palabras que tengan.
Pero insisto: lo fundamental es generar un nuevo relato que deje atrás las diferencias, que no impida aunar esfuerzos y que posibilite pasar la pagina del siglo XX y mirar hacia adelante; con memoria sí, pero sin permitir que se entrometa en las tareas que reclama el presente y futuro.
Hay que recomponer el concepto de ESPAÑA, de solidaridad entre españoles, entre hijos de un mismo sol y una misma tierra que si bien se han apiolado y odiado aspiran a dejar atrás episodios tan desgarradoras para caminar de la mano hacia un nuevo país donde la Historia sólo sea objeto de estudio y no de política fratricida.
Tomad nota lacayos serviles hijos de la grandísima fruta que os arreo dos palos que os enseño lo que representa ser ESPAÑOL que os quito de en medio pedazo de estultoes.