Hasta no hace demasiados años, se creía que la Península Ibérica había sido el último reducto o fondo de saco de las poblaciones neandertales, que se irían desplazando al sur de la península en la lucha por los recursos con los sapiens. Más o menos arrojaban unas cifras de 34.000-28.000 a.C. para la "extinción" de estas últimas poblaciones neander, pero las cosas están cambiando con los nuevos métodos de "refinado" de las dataciones, que además de permitir eliminar las distorsiones están ayudando ahora mismo a volver a datar buena parte de los yacimientos paleolíticos mundiales.
Arsuaga definiendo ese "fondo de saco":
Se suponía que los neander se extinguieron al contacto con los sapiens, aunque nuevas investigaciones* más bien matizan que ya hacia el 50.000 estaban desapareciendo de toda Europa, con España como fondo de saco de las ultimísimas poblaciones y con yacimientos de estos últimos momentos como la Cueva del Boquete de Zafarraya o Jarama IV, dos de los últimos refugios neanders. La redatación de Zafarraya y Jarama arroja más bien cifras de 45-50 ka
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En esa órbita se inscribe este estudio de Marco de la Rasilla y David Santamaría, resumido por cortesía de paleoantropologíahoy, que se puede consultar en Academia.edu:
Cabe resaltar que en la propia Asturias se supone han aparecido restos de esa convivencia, en la cavidad de las Güelgas excavada por el equipo de la UNED de Jordá, que hablarían de simultaneidad entre ambos hacia el 40ka, con la datación ya re-calibrada con las nuevas técnicas de ultrafiltración.
Arsuaga definiendo ese "fondo de saco":
“La hipótesis de que durante un tiempo los humanos modernos ocupaban el norte de la península y los neandertales el centro y sur, denominada de la 'frontera del Ebro', se basa no en restos fósiles sino arqueológicos, de piezas de diferentes culturas. En el norte hay una secuencia jerarquizada, con los restos musterienses en los niveles más antiguos y encima los de la primitiva cultura de nuestra especie (Auriñaciense), seguida de posteriores variaciones. Pero en el sur falta esa primera cultura del 'Homo sapiens', así que parece que llegó más tarde, con las posteriores”. Para Arsuaga la única forma de salir de dudas en cuanto a la convivencia de las dos especies sería encontrar un yacimiento en que se fueran alternando las capas cronológicas de neandertales y Homo sapiens.
Se suponía que los neander se extinguieron al contacto con los sapiens, aunque nuevas investigaciones* más bien matizan que ya hacia el 50.000 estaban desapareciendo de toda Europa, con España como fondo de saco de las ultimísimas poblaciones y con yacimientos de estos últimos momentos como la Cueva del Boquete de Zafarraya o Jarama IV, dos de los últimos refugios neanders. La redatación de Zafarraya y Jarama arroja más bien cifras de 45-50 ka
“En los años ochenta, las dataciones del yacimiento neandertal de Zafarraya, en la sierra de Alama (Málaga), se dataron en torno a 31.000 años (las más modernas), pero ahora vemos que esas cifras no son reales: tienen unos 46.000 años”, explica Cecilio Barroso-Ruiz (izquierda), del Museo Arqueológico y Etnológico de Lucena, uno de los autores de la investigación, que se presenta en la revista PNAS de la Academia Nacional de Ciencias (EE UU).
“Esto cuestiona la teoría que propusimos entonces de que los del Sur de la península Ibérica fueron los últimos neandertales, pero ante los datos científicos...; en realidad se extinguieron cuando todos los demás neandertales”, añade. Es más, puntualiza, los del sur son más antiguos que los últimos del norte de la Península, que tienen unos 42.000 años.
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Un descubrimiento ahora puede arrojar algo de luz sobre ese misterioso período de la evolución humana europea: los neandertales llegaron casi a la extinción hace unos 50.000 años, desapareciendo de la mayor parte de Europa, antes de que llegara la especie humana actual. Es más, el pequeño núcleo que sobrevivió unos miles de años más y que logró extenderse por el centro y oeste del continente, tenía muy poca variabilidad genética, un indicador crucial de la fragilidad de una especie, de riesgo para su supervivencia. A esta conclusión llega un equipo de científicos de Suecia y España que ha analizado ADN de fósiles neandertales.
“El hecho de que los neandertales de Europa casi se extinguieran para luego recuperarse, y que todo eso sucediera mucho antes de que tuvieran contacto con los humanos modernos fue una sorpresa completa para nosotros, ya que indica que los neandertales pudieron ser más sensibles a los dramáticos cambios climáticos que ocurrieron durante la última edad del hielo de lo que se pensó previamente”, señala el investigador sueco Love Dalén.
En esa órbita se inscribe este estudio de Marco de la Rasilla y David Santamaría, resumido por cortesía de paleoantropologíahoy, que se puede consultar en Academia.edu:
No hubo convivencia entre neandertales y sapiens en la Península Ibérica de acuerdo con las dataciones mediante técnicas recientes.
Entre ca. 40-30 ka aparecen en la Península Ibérica el HAM y las primeras culturas del Paleolítico Superior, como el Chatelperroniense, el Protoauriñaciense o el Auriñaciense.
Por otra parte, en este intervalo desaparece el neandertal.
La exacta datación de estos acontecimientos es importante para determinar las posibles interacciones culturales, antropológicas y/o genéticas (hibridación, intercambios, aculturación…) entre las poblaciones indígenas (los neandertales) y las nuevas (los sapiens).
David Santamaría Álvarez y Marco de la Rasilla Vives revisan las dataciones relativas al final del Paleolítico Medio en la Península Ibérica.
Las dataciones hasta ahora disponibles son problemáticas. Por ejemplo, Finlayson et al. 2006; Finlayson et al. 2008; Baena et al. 2012 extienden hasta ± 24 ka el musteriense y la existencia de neandertales. Por otra parte, hay un vacío de dataciones anteriores a 45 ka. La contaminación de las muestras con carbono moderno produce un importante sesgo en las dataciones, rejuveneciéndolas en miles de años.
El chatelperroniense ha sido identificado en ocho yacimientos de la Península Ibérica. El repertorio instrumental solo es suficiente en Morín 10. En el resto, está pobremente representado. Pero Morín 10 presenta serios problemas estratigráficos. La situación es algo mejor para los yacimientos musterienses y auriñacienses, sin llegar a ser satisfactoria.
Los autores repasan los problemas de datación de Gorham's Cave, La Sima de las Palomas del Cabezo rellenito y los yacimientos de la región cantábrica.
Las técnicas de pretratamiento desarrolladas en la última década en algunos laboratorios de datación como la Ultrafiltración, la Ninhydrina, o el ABOx eliminan de un modo más eficiente los restos de contaminación de las muestras arqueológicas.
Las dataciones obtenidas con estas técnicas parecen estabilizar la edad del primer auriñaciense en torno a 36-37 ka, a la par que envejecen en algunos miles de años el “Musteriense tardío”. Al menos eso se percibe en La Viña (Santamaría 2012), El Sidrón (Torres et al. 2010; Wood et al. 2013), Els Ermitons (Maroto et al. 2012), Fumane (Higham et al. 2009) o Mezmaiskaya (Pinhasi et al. 2011).
Los autores consideran que el escenario más probable, desde un punto de vista cronoestratigráfico, o relativo, es la desaparición del H. neanderthalensis/Musteriense antes de la llegada del H. sapiens a la Península Ibérica.
Cabe resaltar que en la propia Asturias se supone han aparecido restos de esa convivencia, en la cavidad de las Güelgas excavada por el equipo de la UNED de Jordá, que hablarían de simultaneidad entre ambos hacia el 40ka, con la datación ya re-calibrada con las nuevas técnicas de ultrafiltración.
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