España es un país de gaias

Payns

Forero Paco Demier
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16 Jul 2020
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Jerusalem
Vivimos en un país en el que nuestros abuelos tenían dos huevones, vivieron de querida progenitora y construyeron un país. Nuestros padres se han aprovechado del país que construyeron nuestros abuelos sin construir nada nuevo y nosotros hemos llegado a un punto en el que no hay nada que hacer, que en el futuro no habrá trabajo porque cada vez nos sustituyen más las maquinas, y que además nos han robado la testosterona a traves del sedentarismo en el que nos han educado. La mayoría de nuestros padres nos criaron con la mejor atención seguramente y con el deseo de hacernos vivir lo más comodamente posible pero esto ya está estancado.

Y creo que todo esto viene a traves del malo, los ateos os reireis, pero los que creemos en Dios, sabemos de lo que hablamos.

Las cosas sin sentido que ocurren en este mundo, desde las acciones malas por gente buena hasta las mayores atrocidades vienen apoyadas por el malo que cuando el hombre no es lo suficientemente fuerte se deja influenciar más por el.

Hemos abandonado a Dios, Dios no ha muerto, le hemos dejado de lado, hemos renunciado a el, pero no creais que todo el luciferismo que asola el mundo se debe a un castigo divino, no. Es todo culpa nuestra, hemos abandonado la casa de nuestro padre, al igual que el hijo prodigo, pero estoy seguro que con tan solo volver a su casa, viviremos conforme a los mandamientos y por tanto, viviremos bien.

Que Dios os bendiga y acompañe.



"Un hombre tenía dos hijos. El más joven de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de la herencia que me corresponde. Y les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo más joven, reuniéndolo todo, se fue a un país lejano y malgastó allí su fortuna viviendo lujuriosamente. Después de gastar todo, hubo una gran hambre en aquella región y él empezó a pasar necesidad. Fue y se puso a servir a un hombre de aquella región, el cual lo mandó a sus tierras a guardar cerdos; le entraban ganas de saciarse con las algarrobas que comían los cerdos; y nadie se las daba. Recapacitando, se dijo: ¡cuántos jornaleros de mi padre tienen pan abundante mientras yo aquí me muero de hambre! Me levantaré e iré a mi padre y le diré: padre, he pecado contra el Cielo y contra ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo; trátame como a uno de tus jornaleros. Y levantándose se puso en camino hacia la casa de su padre.

Cuando aun estaba lejos, lo vio su padre y se compadeció; y corriendo a su encuentro, se le echó al cuello y lo cubrió de besos. Comenzó a decirle el hijo: Padre, he pecado contra el Cielo y contra ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo. Pero el padre dijo a sus criados: pronto, sacad el mejor traje y vestidlo; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y matadlo, y vamos a celebrarlo con un banquete; porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado. Y se pusieron a celebrarlo.

El hijo mayor estaba en el campo; al volver y acercarse a casa oyó la música y los cantos y, llamando a uno de los criados, le preguntó qué pasaba. Este le dijo: Ha llegado tu hermano, y tu padre ha apiolado el ternero cebado por haberle recobrado sano. Se indignó y no quería entrar, pero su padre salió a convencerlo. El replicó a su padre: Mira cuántos años hace que te sirvo sin desobedecer ninguna orden tuya, y nunca me has dado ni un cabrito para divertirme con mis amigos. Pero en cuanto ha venido este hijo tuyo que devoró tu fortuna con meretrices, has hecho apiolar para él el ternero cebado. Pero él respondió: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero había que celebrarlo y alegrarse, porque ese hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado"
(Lc).
 
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