Eric Finch
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ESPAÑA, 9 (NUEVE) AÑOS DESPUÉS.| Desde el exilio
ESPAÑA, 9 (NUEVE) AÑOS DESPUÉS.
En agosto de 2007, hace casi 9 años, empecé a leer las primeras noticas sobre los impagos masivos de hipotecas sub-prime en USA. Ese fue el momento inicial de la crisis (probablemente antes para gente mejor informada).
Cualquiera, y especialmente los economistas e inspectores del Banco de España, sabían que el problema de las hipotecas sub-prime en España era gigantesco. Además teníamos nuestra megahipoteca sub-prime consistente en prestamos concedidos a empresas de construcción poco capitalizadas para comprar a precio de escándalo solares en los que se iban a construir pisos que se iban a vender a precios de escándalo plus.
Marzo de 2008 y el famoso debate Solbes-Pizarro, ¿recuerdan? donde el socialista mintió de manera descarada… pero convenció a la gente y ZP ganó las elecciones. Contaba con la ventaja de que la gente se creía a pies juntitas lo de “los pisos nunca bajan de precio”.
Cuando la crisis era más que evidente (finales 2008) se presentaban estos problemas:
1.- España, que el año anterior se había endeudado con el extranjero en casi 100.000 M€, ya no podría seguir endeudándose al mismo ritmo. Eso crearía una falta de demanda que sólo podía solucionarse con una bajada de salarios y precios.
2.- El sector de la construcción, que hasta entonces era la estrella de la economía, se derrumbó. Era pues necesario un cambio de modelo productivo, es decir producir otras cosas para las que sí hubiera demanda (nacional o internacional).
3.- El sector de la construcción era un sector hiperendeudado y con un capital humano, en general, con baja formación y difícil de encajar en otro sector. Esto hacía que el cambio de modelo productivo tuviera grandes dificultades (a parte de la del propio tiempo que es necesario para realizarlo).
Las soluciones pasaban, aparte de la absolutamente necesaria bajada de salarios y precios, por concentrar todos los esfuerzos presupuestarios y legales en favorecer el cambio de modelo productivo: eficacia y austeridad en el gasto público, legislación clara, sencilla y uniforme y excelencia en la educación.
¿QUÉ SE HIZO?
1.- ZAPATERO
Durante los primeros meses se negó la mayor: aquí no existe crisis y no quiebra ni Dios.
Cuando ya la cosa no se podía ocultar se emprendió una doble estrategia:
Por un lado culpar de la crisis a la banca internacional, los tiburones de Wall Street, Bush, Aznar y su inexistente Ley de Liberalización del Suelo y a los especuladores.
Por el otro tirar de manual keynesiano y de estabilizadores automáticos (jerga de economista para nombrar a todas las ayudas y subsidios que se dan en tiempos de crisis y que aumentan el gasto público).
El plan estrella fue el celebérrimo Plan E, un programa de inversión pública en toda clase de obras de dudosa necesidad y repercusión.
También se recurrió al reparto de empleo en el sector público bajando la jornada laboral de los funcionarios a 35 horas a la semana y contratando a 300.000 empleados públicos más.
El objetivo era que el gasto (y el empleo) público sustituyera al gasto (y el empleo) privado que ya no se realizaba (porque la gente no se endeudaba) y así “cebar la demanda” para volver al nivel de PIB y empleo de antes de la crisis. Luego el gasto público ya no sería necesario y fin de la crisis.
Como siempre, los keynesianos cometieron dos errores:
1.- No ver que la gente no sólo no se iba a dejar de endeudar sino que además empezaría a desapalancarse es decir a pagar sus deudas, con lo que, el aumento de la demanda que se iba a producir por el aumento de gasto público se vería anulado en parte.
2.- Pensar que aumentando la demanda iba automáticamente a aumentar la oferta. El problema es que la gente ya no demandaba pisos (600.000 al año en los últimos de la burbuja) si no que demandaba otras cosas y mucha de esta demanda estaba además en el extranjero. Y producir esas cosas requiere un proceso complicado y largo de reasignación de recursos (el cambio de modelo productivo).
Así que pasados los primeros efectos positivos de la masiva contratación de albañiles que habían quedado en el paro (400.000) y de la no menos masiva contratación de empleados públicos (300.000) el paro siguió aumentando ante la incredulidad de los economistas keynesianos (Ejemplo: José Carlos Díez ) y de Zapatero, que como buen abogado pensaba que los problemas económicos se solucionan con buena voluntad, mucho dinero y más leyes aún.
Lo que sí quedó fue un aumento del gasto público… en un momento en que la recaudación se desplomaba. Así que el el déficit se fue en 2009 a un estratosférico 11 % del PIB ¡¡ 118.000 M€!!
Y llegamos al 2010 con un fracaso total de las políticas keynesanas (a los keynesianos y socialistas en general esto no les afecta lo más mínimo, los hechos para ellos son irrelevantes) y un déficit público cómodamente instalado en los 100.000 M€ al año. Aunque Zapatero seguía en las nubes (y contándolas) en el resto del mundo las luces rojas se encendieron y las alarmas comenzaron a sonar y hasta el propio Obama tuvo que llamar a la Moncloa para asegurarse de que se tomarían medidas.
Así que Zapatero, a la fuerza, tomó una serie de medidas que fueron su tumba política: recortar un 5 % el salario a los funcionarios y congelar las pensiones.
Sin embargo los problemas de la economía española estaban lejos de solucionarse: el cambio de modelo productivo no se producía y aunque la inflación se había moderado estábamos lejos de la deflación que necesitábamos imperiosamente, la consecuencia es que el paro aumentaba, los gastos públicos en subsidios de desempleo se disparaban, el déficit público llegaba a cotas insostenibles y el pago de intereses por la deuda empezaba a ser un problema rellenito.
Hay que recalcar aquí un punto que desgraciadamente la gente no entiende. Un déficit público de 100.000 M€ al año y aunque asignemos la mitad (50.000 M€) a los ricos y a las empresas pues queda la otra mitad que dividida entre 17 millones de trabajadores y 14 pagas al año nos da 200 euros, que suponen el 15 % del sueldo medio.
¿No sería mejor bajarse el sueldo un 10 % (que con la previsible deflación quedaría en un 5 %) a cambio de que se creasen cuatro o cinco millones de empleos y se acabase con el déficit con lo cual acabaríamos con una subida neta de sueldo del 10 % y sin paro?
Pues no, la gente siempre espera que el que se ajuste el cinturón, el que pague impuestos, el que trabaje un par de horas más sea el otro, mientras que el beneficiado sea siempre él. Egoísmo y estupidez.
Pero es que además si se realizase de verdad ese cambio de modelo productivo los sueldos acabarían mejorando los de la burbuja. Aunque aquí hay que decir que sin un cambio en el sistema educativo nada es posible. No podemos producir al año un 20 % / 25 % de semianalfabetos con la esperanza de que cobren el triple que un ingeniero chino. Esos tiempos se acabaron.
De hecho los sueldos de la gente mejor cualificada en España son ahora mayores que los de la pre crisis, mientras que los sueldos de los menos cualificados son los que han bajado (y mucho) haciendo que el sueldo medio disminuya.
RECUERDEN: El déficit público SIEMPRE se acaba convirtiendo en SU DEUDA PERSONAL.
Así que en 2011 con la economía en caída libre y su crédito político agotado Zapatero convoca elecciones a finales de año para evitarse el desastre que iba a ser 2012 con su crisis bancaria incluida.
2.- RAJOY
Rajoy primero engañó a la gente haciéndoles creer que la crisis era mucho menos grave y que las soluciones podían ser fáciles y rápidas.
Nada más empezar su mandato empezó a subir impuestos, sin apenas recortar gasto público. Realizó una tímida reforma laboral aunque sin tocar puntos fundamentales que afectan a la temporalidad y a la negociación colectiva.
La decisión de volver a la jornada de 37,5 horas para los funcionarios, aplazar el cobro de una de sus pagas extras, congelar sus salarios, de despedir a los empleados públicos que se habían contratado en los años 2009 y 2010 y de reducir las ayudas a la dependencia causó una oleada de protestas y manifestaciones, las famosas “mareas” y apuntaló el relato de “recortes públicos vs. rescates banca” que supuso el principio de Podemos.
El rescate a la banca pública se realizó en unas condiciones extraordinariamente ventajosas para España pero desgraciadamente no se supo vender, con lo cual la sensación de agravio entre la gente fue inevitable.
A pesar de las tímidas reformas las empresas hicieron sus deberes ajustaron su personal, redujeron deuda, redujeron salarios, redujeron precios y salieron al exterior a vender más que nunca. Así llegamos a 2013 donde se produce un punto de inflexión en la economía española, el fin de la crisis, aunque no de sus consecuencias.
A partir de 2014 se empieza a generar empleo y vuelve a aumentar el PIB, llegando a 2015 con un crecimiento del 3 % anual y medio millón de nuevos puestos de trabajo.
Estamos en una ligera deflación, ayudados por el precio del petróleo, y los intereses que pagamos por la deuda pública nueva o renovada están entre el 1 % y el negativo, cortesía del sr. Draghi.
Pero el agujero en las cuentas públicas creado en estos años es tan tremendo, los años que muchos parados llevan en esa situación tantos y la masa de jovenes semianalfabetos tanta que llevará años restaurar los niveles precrisis.
Habría sitio para el optimismo si:
1.- Se liberalizase de verdad el mercado laboral.
2.- Se introdujesen medidas o se eliminasen leyes para fomentar la competencia en todos los sectores.
3.- Se ajustase drásticamente el déficit público al 3 % anual desde mañana mismo.
4.- Se eliminase toda la jungla legal que han introducido las autonomías.
5.- Se redujese el fracaso escolar, una reforma radical para acabar con el inmovilismo en la Universidad y una mejora de la FP adaptándola a lo que necesitan las empresas.
6.- Se redujese el tipo de la cuota de la SS, especialmente para los salarios bajos al 20 %. Se explicase a la gente porqué el sistema de pensiones es un fraude y reformarlo.
7.- Se eliminase el impuesto de sucesiones, se simplificasen los impuestos de sociedades y sobre la renta, se compensase la bajada de las cuotas de la SS con una subida del IVA.
8.- Se dedicase, una vez alcanzado el objetivo de déficit del 3 %, al menos la mitad del aumento de recaudación de impuestos a la reducción de los mismos (especialmente del de sociedades y de las rentas mas bajas del IRPF).
9.- Se agrupasen todas las ayudas públicas (Salario social o renta básica, ayudas al alquiler, ayuda por hijos…) en una sola, reduciendo la burocracia. Se expulsase a los pagapensiones no comunitarios que agoten el subsidio de desempleo.
10.- Se sacasen del recibo de la electricidad todas las tasas y regulaciones (como un 30 % del recibo) y se trasladasen mediante un aumento del IVA.
11.- Se modificase el sistema de gasto de la I+D pública para tras*formarlo en uno por objetivos con visualización clara de los resultados.
12.- Se redujera drásticamente del numero de ayuntamientos. En España más del 85 % de los municipios tienen menos de 5.000 habitantes y más del 50 % no llega ni a los 1.000 habitantes. Además estos últimos están perdiendo población rápidamente. Sobran el 90 % de los municipios. En mi opinión sobran el 99 %, con 80 ciudades de más de 500.000 habitantes estaría perfecto, pero supongo que es pasarse.
3.- GOBIERNO EN FUNCIONES.
El PP ha sido tímido en las reformas y desastroso en la explicación de la crisis y sus soluciones. Además está lastrado por una corrupción intolerable que hace tiempo tenía que haber obligado a toda su plana mayor a dimitir y a refundar el partido.
Y aún así ganó las elecciones. Y en las nuevas elecciones mejoró sus resultados. Lo cual lo dice todo de sus oponentes.
Una parte del PSOE se ha radicalizado y/o contribuyó a radicalizarla Zapatero. Esa parte de la sociedad ha sido incapaz de aceptar que su gestión antes y durante la crisis ha sido un desastre, parecen empeñados en ganar la Guerra Civil 80 años después, destilan repruebo e ignorancia a partes iguales y persiguen soluciones mágicas e irrealizables y, claro, votan al demagogo que les han ofrecido los medios.
Para otra parte de la sociedad el único objetivo parece ser la separación de España. Enfermos de victimismo y de un repruebo a una idea de España que solo existe en su imaginación.
Ya se que tildar un tercio de los habitantes de España de enfermos de repruebo e ignorancia puede parecer excederse. Pero les invito a que repasen los líderes, y sus actuaciones y declaraciones, de la extrema izquierda nacionalista (EIN) y verán que me aparto muy poco de la realidad.
Luego tenemos lo que queda del PSOE, enfangados también en una corrupción colosal (no es que la EIN no tenga corrupción) y sin saber definir la socialdemocracia del siglo XXI (si es que puede definirse viendo a sus colegas europeos).
El PP que como digo resiste bien a pesar de todo pero que necesita una reforma radical de nombres, comunicación y objetivos si quiere sacar España de la crisis y recuperar 30 o 40 escaños.
Finalmente está Ciudadanos, refugio de la ala más progre del PP harta de la corrupción y defensora de la unidad de España. Tienen algunas buenas ideas (otras no tanto) pero su alergia al PP puede acabar condenándoles a la marginalidad.
Curiosamente en España no tenemos populismo de derechas, será que somos un “país de izquierdas” o que está abducida por la EIN.
Dado el sistema electoral, el posicionamiento de unos y otros y lo que determinan los electores me parece que no vamos a tener un gobierno realmente efectivo en muchos años. No se si será bueno o malo, España y los españoles nunca dejan de sorprenderte.
¿UN BRILLANTE PORVENIR?
El mundo atraviesa profundos cambios que pueden tener resultados muy buenos o muy, muy malos.
A favor: El progreso tecnológico: revolución industrial 4.0, biotecnología, big data, IA… aumentarán drásticamente la productividad… de quienes estén preparados y sepan aprovecharlo. Y ya saben que la productividad lo es casi todo.
En contra: La estupidez de los occidentales empeñados en destruir su Civilización y la explosión demográfica que se mantiene y además en zonas que se están radicalizando con extremismos irracionales de todo tipo (el de raíz islámica es el que más nos afecta a los europeos). Esa explosión demográfica (90 millones de personas más al año y subiendo) va a tener un final drástico en 10 o 15 años y tiene pinta de acabar muy mal y de dañar al mundo entero y al planeta.
Simplemente el mundo no aguanta 1.500 millones más de personas en los países más pobres del mundo.
Pero si en España en vez de investigar en semillas de trigo más adaptadas a los terrenos de secano de Castilla nos dedicamos a declarar municipios libres de tras*génicos, ¿Qué se puede esperar?