Bélgica, Holanda y Luxemburgo estuvieron unidos de 1815 a 1830 en el
Reino Unido de los Países Bajos. Era un sólo país gobernado por la dinastía Orange. Un estado creado para combatir la amenaza francesa y el caos sembrado por Napoleón.
En 1830 los belgas se rebelan y se crea Bégica, un estado que desde el inicio ha estado dividido entre francófonos y hablantes de holandés. Gran Bretaña da su bendición al nuevo estado con la mente puesta en un desembarco del ejército inglés en el continente en caso de necesitarse algún día.
Bélgica nace con tratados de paz y neutralidad con Inglaterra, Francia y Alemania. Se cumplen hasta que en 1914 el Plan Schlieffen exige romper la neutralidad belga, obligando a Inglaterra a activar la claúsula de apoyo a Bélgica.
Tradicionalmente la facción francófona ha detentado el poder, y eso es algo que no soportaban los Flamencos, pero en el s. XX las invasiones han venido de Alemania, dejando sus argumentos debilitados. Hoy en día se proponen varias soluciones por los diferentes partidos políticos: (Bélgica unida, dos países, integración de una o varias partes de Bélgica en Francia, Alemania u Holanda).
Las comunidades flamenca y valona viven actualmente de espaldas la una a la otra de una manera mucho mayor a lo que podría verse en los conflictos nacionalistas de España, por ejemplo.