El Pionero
Alcalde y presidente de Fútbol Paco premium
La crisis de 2008 cerró el grifo de la regularización de pagapensiones. Hasta ese momento era fácil llegar a España con la finalidad de trabajar, en su mayoría, en la construcción y conseguir el permiso de trabajo y una nueva vida.
En 2023, el Gobierno de Pedro Sánchez vuelve a utilizar a los extranjeros en situación irregular para que trabajen en sectores como la construcción o la hostelería, siempre carentes de profesionales por los bajos sueldos y las malas condiciones laborales.
A escondidas
Esta vez, Sánchez no ha querido tirar de electoralismo para hacer llegar esta medida a los españoles. Entiende que puede generar rechazo que en un país con casi un 13 % de parados que lidera también la desocupación juvenil en Europa, se firmen acuerdos con Estados Unidos para dar entrada a pagapensiones y se relajen las medidas para regularizar a los ilegales.
Esta última medida es la que pondrá en práctica el ministro Escrivá para aumentar la mano de obra gracias a eliminar los requisitos que se exigen a los pagapensiones que lleven dos años en España en situación ilegal.
Una formación reglada y mínima es lo que se pedirá para conceder un permiso de trabajo a un extranjero que haya llegado a España de forma ilegal. El efecto llamado será enorme justo cuando comienza el verano y la llegada de pagapensiones desde África se multiplica por el buen tiempo en el Estrecho.
Esa reducción de la formación supone eliminar el número de horas que deben tener los cursos, no exigir presencialidad y que se pueda compaginar con un trabajo.
Según El País, la patronal ha dado el visto bueno a este nuevo sistema, pero Trabajo y los sindicatos se muestran contrarios. Todo indica a que los empresarios se aferran a esta medida para conseguir la ansiada mano de obra mientras que la izquierda cree que esto fomentará el trabajo precario.
Finalidad
La finalidad es conseguir mucha mano de obra, pero con baja cualificación para que se pueda realizar de una manera más ágil y evitar largas formaciones de 200 horas como ocurría hasta ahora.
Aunque el INE afirma que hay 140.000 vacantes en España, los perfiles no son los que estos extranjeros podrían ofrecer al tejido laboral español porque no suelen tener la formación necesaria.
La huida hacia adelante del Gobierno desnaturaliza el mercado laboral y adultera las condiciones en las que se puede conseguir un empleo en España a la vez que arrincona al trabajador español para favorecer al extranjero ilegal.
En 2023, el Gobierno de Pedro Sánchez vuelve a utilizar a los extranjeros en situación irregular para que trabajen en sectores como la construcción o la hostelería, siempre carentes de profesionales por los bajos sueldos y las malas condiciones laborales.
A escondidas
Esta vez, Sánchez no ha querido tirar de electoralismo para hacer llegar esta medida a los españoles. Entiende que puede generar rechazo que en un país con casi un 13 % de parados que lidera también la desocupación juvenil en Europa, se firmen acuerdos con Estados Unidos para dar entrada a pagapensiones y se relajen las medidas para regularizar a los ilegales.
Esta última medida es la que pondrá en práctica el ministro Escrivá para aumentar la mano de obra gracias a eliminar los requisitos que se exigen a los pagapensiones que lleven dos años en España en situación ilegal.
Una formación reglada y mínima es lo que se pedirá para conceder un permiso de trabajo a un extranjero que haya llegado a España de forma ilegal. El efecto llamado será enorme justo cuando comienza el verano y la llegada de pagapensiones desde África se multiplica por el buen tiempo en el Estrecho.
Esa reducción de la formación supone eliminar el número de horas que deben tener los cursos, no exigir presencialidad y que se pueda compaginar con un trabajo.
Según El País, la patronal ha dado el visto bueno a este nuevo sistema, pero Trabajo y los sindicatos se muestran contrarios. Todo indica a que los empresarios se aferran a esta medida para conseguir la ansiada mano de obra mientras que la izquierda cree que esto fomentará el trabajo precario.
Finalidad
La finalidad es conseguir mucha mano de obra, pero con baja cualificación para que se pueda realizar de una manera más ágil y evitar largas formaciones de 200 horas como ocurría hasta ahora.
Aunque el INE afirma que hay 140.000 vacantes en España, los perfiles no son los que estos extranjeros podrían ofrecer al tejido laboral español porque no suelen tener la formación necesaria.
La huida hacia adelante del Gobierno desnaturaliza el mercado laboral y adultera las condiciones en las que se puede conseguir un empleo en España a la vez que arrincona al trabajador español para favorecer al extranjero ilegal.
Escrivá prepara una regularización masiva de extranjeros sin requisitos
El Gobierno ha decidido paliar la falta de mano de obra con arraigo por formación
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