Cuando me veía cara de cansada y me quitaba lo que tuviera en las manos me enganchaba y me sentaba en el sofá "descansa no hagas nada, ven aquí conmigo que es más importante que todo lo que tengas que hacer", cuando estaba en la ducha y entraba él a ducharse conmigo, a enjabonarme la espalda, lavarme el pelo, me secaba, me peinaba...lo hacía con tanto amor, parecía que fuera su muñeca. Cuando se dormía abrazado a mi, incluso dentro de mi, cuando nos pasábamos noches y días enteros charlando, riendo y haciendo el amor, olvidados del mundo y del reloj, cuando llegaba a casa, me abrazaba y notaba su rigidez* y nos reíamos de la situación.
Siempre que volvía de viaje me traía un regalo, una joya, un bolso, una cartera, un camisón, un perfume.. Empezaba a deshacer la maleta y lo primero que sacaba era mi regalo y yo ahí sentada en la cama expectante y él con esa cara sonriente de "ya sé lo que estás esperando pillina, sabes que tengo algo para ti". Tantas cosas...y ahora cuando me llama y dice que sus souvenirs están todos conmigo y la vida no le sabe a nada sin mi, que me ama y soy parte de su sangre, el motor que lo alimenta. Él también soy yo, todos los días le doy gracias a Dios por haberlo puesto en mi camino.