¿Es von Gneisenau el militar prusiano más injustamente olvidado de la historia?

Ov€rdose

Madmaxista
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Me he encontrado esta entrada en un blog sobre Waterloo, viene a decir entre otras cosas que von Blücher era un inútil.

A las nueve de la noche del domingo 18 de junio de 1815, la hora en que Wellington y Blücher se reunieron en algún punto situado entre Rosomme y la Belle Alliance, entre ambos habían conseguido una importante victoria contra Napoleón. Éste había sufrido 15.000 bajas (de 72.000 hombres con que contaba diez horas antes) y había perdido dos tercios de su caballería (unos 10.000 caballos, que no 10.000 jinetes); sin embargo, su artillería (240 cañones) estaba virtualmente intacta, al igual que sus trenes de suministros (unos 400 carros), todo lo cual se retiraba en un orden razonable hacia Genappe, y de allí a Charleroi. Sumándole los 33.000 hombres al mando de Grouchy que luchaban en Wavre, contaba con 90.000 soldados, 350 cañones, unos 14.000 jinetes con montura, la totalidad de su intendencia y una poderosa red de diez fortalezas y polvorines al otro lado de la frontera. Seguía disponiendo, así pues, de una fuerza formidable.

Seis horas después (sobre las tres y media de la madrugada) las bajas francesas eran 40.000 entre muertos, heridos graves, prisioneros y desertores, el 95% de la artillería se había perdido, al igual que los trenes de suministros, y hasta la tesorería del ejército se había evaporado, saqueada por los propios soldados franceses en desbandada. Fue la consecuencia de una persecución implacable, la que en los anales prusianos lleva el nombre de 'Die Reine Klapperjagd'; la llevó a cabo una pequeña fuerza de 4.000 jinetes, conducidos por el Teniente General von Gneisenau. Al anochecer del día 18 Napoleón había perdido una batalla, como unas cuantas más en su carrera (en 1815 estaba lejos de podérsele considerar invencible), pero nada más. Al amanecer, sin embargo, había perdido la guerra.

Blog literario de Ildefonso Arenas: Waterloo
 
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Entre los occidentales puede ser. Pero entre los alemanes su recuerdo sigue vivo y fuerte. Mire por ejemplo los nombres de los que, hasta que botaron el Bismarck, eran los buques insignia de la Kriegsmarine: Scharnhorst y Gneisenau. El símbolo de la calavera de las SS que Vd. lleva en su firma es el de los húsares de Gneisenau, por ejemplo.
 
Los prusianos fueron los que persiguieron a los franceses porque los ingleses habían tenido muchísimas bajas y estaban agotados. Por cierto, durante la persecución hicieron pocos prisioneros y remataron a muchos heridos, algunos de ellos ingleses.
 
En la entrada (es de un novelista) se cuenta una estrafalaria anécdota, von Gneisenau siendo un recién nacido cae a un charco y es rescatado precisamente por uno de esos húsares prusianos...

En la Cartuja de Parma el protagonista, Fabrizio del Dongo, lucha en Waterloo como husar francés y cuando huye al termino de la batalla llega a derribar de un disparo a un jinete prusiano, no recuerdo si se menciona si es un húsar o un dragón.
 
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Olvide añadir el enlace de la entrada. No dice que la coordinación entre Blücher y von Gneisenau fuera buena o mala.

Ludwig-Adolph von Lützow. Un héroe romántico de su tiempo;
mandaba los 'ulanos neցros'; en su opinión, Blücher era un
viejo schoscho, lunático, alcoholizado y enloquecido

Von Lützow fue el creador de los famosos Freikorps.
 
Detalle curioso, hubo un mariscal soviético llamado Blücher, al parecer un terrateniente de origen alemán le puso ese nombre a su familia. En esta foto sale con el famoso Tujachevski, es el de arriba a la derecha, de los cinco tres fueron purgados por Stalin, Blücher entre ellos.

5marshals_01.jpg
 
Si Blücher era un inutil, Wellington era una bailarina del Bolschoi y Napoleón un orate a las tres. A uno le sacó las castañas del fuego y al otro lo puso en fuga con todo su ejercito, menudo inutil era ese.
 
Siete tags sobre Kozak en este hilo, parece que alguien está enamorado del conforero y no tiene nada mejor que hacer con su vida que burlarse desde el anonimato.

En cuanto a la competencia de Blücher o falta de ella, no tengo ni idea de cómo se comportó en Ligny en tanto que general, pero la historia de la campaña de Waterloo ha sido completamente politizada, y Wellington parece que no aceptó muy bien el deberle el día a los prusianos (algo que me parece absurdo, porque también los prusianos le debieron el día a los ingleses, en eso consiste ser aliados).

Lo que sí se puede decir es que, si los británicos tuvieron temple y resistieron durante todo el día, parte del ejército prusiano fue capaz de realizar un esfuerzo de marcha impresionante para acabar combatiendo y poniendo en fuga a los franceses. Quién vería a los generales de salón que opinan dos siglos después caminando durante tres días después de una derrota, mojados, sin comer caliente, con uniformes remendados y botas empapadas, durmiendo al raso, para acabar cargando a la bayoneta; o pasándose una semana sobre la silla de un caballo, durmiendo apenas, viejo y cansado, dejándose los ojos ante los mapas intentando discernir dónde está el enemigo por las noticias de los correos, con la responsabilidad del mando de decenas de miles de hombres. A ver qué decisiones tácticas tomaban muchos.

Si Blücher era un inutil, Wellington era una bailarina del Bolschoi y Napoleón un orate a las tres. A uno le sacó las castañas del fuego y al otro lo puso en fuga con todo su ejercito, menudo inutil era ese.

Aunque creo que entiendo lo que quiere decir, resulta un poco absurdo medir la competencia personal de un individuo tan solo observando la victoria y la derrota en una batalla, pues esta implica una gran cantidad de factores sobre los que el general ni pincha ni corta. Simplificando, uno puede ser derrotado tomando las decisiones que parecían correctas con la información de la que se disponía, y aquellas que daban más posibilidades de victoria, y perder igual. Y no siempre lleva a la victoria un plan brillante; Wellington es el héroe de Waterloo y durante buena parte del día ni pinchó ni cortó.
 
Siete tags sobre Kozak en este hilo, parece que alguien está enamorado del conforero y no tiene nada mejor que hacer con su vida que burlarse desde el anonimato.

En cuanto a la competencia de Blücher o falta de ella, no tengo ni idea de cómo se comportó en Ligny en tanto que general, pero la historia de la campaña de Waterloo ha sido completamente politizada, y Wellington parece que no aceptó muy bien el deberle el día a los prusianos (algo que me parece absurdo, porque también los prusianos le debieron el día a los ingleses, en eso consiste ser aliados).

Lo que sí se puede decir es que, si los británicos tuvieron temple y resistieron durante todo el día, parte del ejército prusiano fue capaz de realizar un esfuerzo de marcha impresionante para acabar combatiendo y poniendo en fuga a los franceses. Quién vería a los generales de salón que opinan dos siglos después caminando durante tres días después de una derrota, mojados, sin comer caliente, con uniformes remendados y botas empapadas, durmiendo al raso, para acabar cargando a la bayoneta; o pasándose una semana sobre la silla de un caballo, durmiendo apenas, viejo y cansado, dejándose los ojos ante los mapas intentando discernir dónde está el enemigo por las noticias de los correos, con la responsabilidad del mando de decenas de miles de hombres. A ver qué decisiones tácticas tomaban muchos.



Aunque creo que entiendo lo que quiere decir, resulta un poco absurdo medir la competencia personal de un individuo tan solo observando la victoria y la derrota en una batalla, pues esta implica una gran cantidad de factores sobre los que el general ni pincha ni corta. Simplificando, uno puede ser derrotado tomando las decisiones que parecían correctas con la información de la que se disponía, y aquellas que daban más posibilidades de victoria, y perder igual. Y no siempre lleva a la victoria un plan brillante; Wellington es el héroe de Waterloo y durante buena parte del día ni pinchó ni cortó.

Pues te contradices de un párrafo a otro, decir que no podemos medir la competencia de un general de hace doscientos años por una sola batalla es exigir imposibles, ni los ejercitos, ni las batallas antiguamente són como ahora. Alimentar, mover, gestionar y poner en orden de combate a un ejercito de aquellos y encima engañar y derrotar a Napoleón, no sé, muy inutil no era, que quieres que te diga.
 
Pues te contradices de un párrafo a otro, decir que no podemos medir la competencia de un general de hace doscientos años por una sola batalla es exigir imposibles, ni los ejercitos, ni las batallas antiguamente són como ahora. Alimentar, mover, gestionar y poner en orden de combate a un ejercito de aquellos y encima engañar y derrotar a Napoleón, no sé, muy inutil no era, que quieres que te diga.

No me contradigo. He dicho que no se puede "medir la competencia personal de un individuo tan solo observando la victoria y la derrota en una batalla". Por seguir con lo que dice ud., ser capaz de "alimentar, mover, gestionar y poner en orden de combate a un ejercito de aquellos" ya sería una prueba de competencia; que no se vea coronada por la victoria no indicaría a un mal general.
 
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