efeboetruscodelsiglo6
Himbersor
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Reconozco que hace años fantaseaba con irme solo de viaje cuando tuviera dinero y volviera a estar soltero. Por alguna razón creía que la experiencia iba a ser mucho mejor que viajar en compañía y me llevaba las manos a la cabeza viendo a solteros con bastante pasta que no tenían nunca la iniciativa de irse solos por el mundo a conocer zorritas internacionales, que equivocado estaba.
Obviamente no tarde mucho en conseguir ingresos, tampoco me duró demasiado mi pareja, así es que lo primero que planeé fue un viaje. Por suerte fui "conservador" y empecé por una pequeña escapada de fin de semana, dos días, turismo cultural con algo de playa. Muerto del ardor de estomago es poco para definir como pasé todo aquel viaje.
Cuando se viaja solo el trayecto, el camino hacia el destino elegido, es lo más pasable, yo fui en coche con Estadio y podcast de Federico cualquier viaje es bueno, vas tranquilo, puedes ir a buen ritmo o relajarte cuando quieras, parar a miccionar en mitad de la nada o salirte en un pueblo porque has visto una iglesia que te gusta. Por esto que explicó quizá los mejores viajes para hacer en solitario son el Camino de Santiago y cualquier otra peregrinación del estilo.
Pero llegas al destino y llega la decepción, después de horas solo en el coche lo primero que apetece es hablar con alguien, contacto humano, sobre todo si el destino es una ciudad con un mínimo de bullicio. Como iba solo me fui a una pensión barata y pasé la tarde paseando por la ciudad y la rivera del río, merendé en una cafetería yo solo, por suerte hacía buen tiempo y pude tomarme un sándwich mixto y un poleo en una buena terraza, pero apenas habían pasado un par de horas desde mi llegada al lugar y ya estaba muriéndome del tedio, para cenar elegí el restaurante de un hotel, así no daría el cante, cené junto a camioneros y hombres de negocios, nadie podría sospechar que realmente estaba solo. La cena fue otro ****** porque además de comer y pagar en los restaurantes se espera, se espera a que nos atiendan, se espera a que nos sirvan primero, segundo y póster y se espera a que nos cobren, y esa espera se hace amena charlando, sin compañía solo queda forear o distraerse con la tele.
Al día siguiente visita a museos y monumentos y playa, y otra vez lo mismo, la espera en las colas de los museos insufrible, la playa fue lo más potable de los días, pero únicamente porque me esperaba ya el aburrimiento, vi una tienda de deportes abierta, me pillé unas gafas y un bañador de competencia y me puse a hacer series de crol y braza, nunca nado pero aún aguante casi una hora con la tontería, descansé un poco en la orilla y me piré, además ni una sola oportunidad de entrarle a mujers ni a la típica milfota solitaria. El resto del día igual o peor, aburrido, tedioso, infumable, dando paseítos, me acosté pronto. Con lo visto ni me planteé salir de noche, madrugón y vuelta a casa cuanto antes sin parar y pisando fuerte.
La mala experiencia, sin embargo, no fue suficiente para hacerme espabilar y a los dos meses me preparé otro viaje, esta vez 10 días a otro destino que también combinaba playa y turismo cultural. Iba decidido a pasar unos días de relax máximo haciendo lo que me diera la gana, sin forzarme a nada y tratando de conocer gente, a ser posible mujers, sin ningún complejo, pensando que un cambio de mentalidad me haría disfrutar del viaje me lancé a alquilar un apartamento caro, a reservar en un buen restaurante y también planifiqué varias escapadas a los alrededores por si acaso la población en la que me iba a alojar me aburría.
Otra vez lo mismo, tedio al segundo día, pero ahora combinado con la desazón de ver toneladas de cortinas en pareja, grupitos de amigos y hasta familias y jubilados pasándola bien y yo en la cosa aburrido. Para estar en el apartamento foreando y viendo NOPOR me quedo en Madrid, humildemente lo digo. Al segundo día, con una botella de Veuve Clicqout que me había bebido a morro en el jacuzzi tomé la determinación de encontrar a alguien con el que pasar esos días, lo intenté con Tinder, Meetic y Badoo, llamé a varios amigos pero ninguno estaba disponible, también medité ir de pilinguis pero eso no solucionaba nada, así es que un último y desesperado intento me puse a escribir a mis ex, que obviamente fliparon. Mentí, insistí y me arrastre, al final una de ellas (inesperadamente la más guapa) accedió a venir, a gastos totalmente, pagados billete incluido y cena en un buen restaurante (adelanto de nómina manda), y me dejó muy claro que aquello no significaba que nos fuéramos a acostar juntos, lo cual para mí era lo de menos, había dos camas.
Diréis que soy un triste pagafantas de cosa pero aquella inversión de menos de 4 cifras convirtió un despropósito de viaje de 10 días en algo bastante pasable. Mi ex sabía lo que pasaba desde el principio y estuvo muy agradable, ni rastro de la loca histérica con lo que yo había estado, debí darle tanta pena que el último día y por pura compasión me agarró cuando nos íbamos a dormir y me plantó un beso con lengua que me supo mejor que la mejor de las fideuás de a 30€ que había tomado aquellos días, nos acostamos juntos y se dejó hacer de todo, se que fue por la pura pena que le di pero me dio igual.
¿Conclusión de este tocho? Se puede viajar solo para hacer alguna travesía por el campo o hacer vivac en mitad de la nada, cualquier otro destino es la fin en vida:
Buscamos de forma natural el bullicio, el ambiente joven, estar rodeados de gente guapa y por supuesto estar en compañía. Ahora vendrán los de siempre a inventar autoestima negándolo y ridiculizando, me da igual, ir solo es de ser un FRACASADO, yo no he vuelto a hacerlo, por suerte tengo pareja, amigos y familia disponibles para ir de viaje donde quiera.
Obviamente no tarde mucho en conseguir ingresos, tampoco me duró demasiado mi pareja, así es que lo primero que planeé fue un viaje. Por suerte fui "conservador" y empecé por una pequeña escapada de fin de semana, dos días, turismo cultural con algo de playa. Muerto del ardor de estomago es poco para definir como pasé todo aquel viaje.
Cuando se viaja solo el trayecto, el camino hacia el destino elegido, es lo más pasable, yo fui en coche con Estadio y podcast de Federico cualquier viaje es bueno, vas tranquilo, puedes ir a buen ritmo o relajarte cuando quieras, parar a miccionar en mitad de la nada o salirte en un pueblo porque has visto una iglesia que te gusta. Por esto que explicó quizá los mejores viajes para hacer en solitario son el Camino de Santiago y cualquier otra peregrinación del estilo.
Pero llegas al destino y llega la decepción, después de horas solo en el coche lo primero que apetece es hablar con alguien, contacto humano, sobre todo si el destino es una ciudad con un mínimo de bullicio. Como iba solo me fui a una pensión barata y pasé la tarde paseando por la ciudad y la rivera del río, merendé en una cafetería yo solo, por suerte hacía buen tiempo y pude tomarme un sándwich mixto y un poleo en una buena terraza, pero apenas habían pasado un par de horas desde mi llegada al lugar y ya estaba muriéndome del tedio, para cenar elegí el restaurante de un hotel, así no daría el cante, cené junto a camioneros y hombres de negocios, nadie podría sospechar que realmente estaba solo. La cena fue otro ****** porque además de comer y pagar en los restaurantes se espera, se espera a que nos atiendan, se espera a que nos sirvan primero, segundo y póster y se espera a que nos cobren, y esa espera se hace amena charlando, sin compañía solo queda forear o distraerse con la tele.
Al día siguiente visita a museos y monumentos y playa, y otra vez lo mismo, la espera en las colas de los museos insufrible, la playa fue lo más potable de los días, pero únicamente porque me esperaba ya el aburrimiento, vi una tienda de deportes abierta, me pillé unas gafas y un bañador de competencia y me puse a hacer series de crol y braza, nunca nado pero aún aguante casi una hora con la tontería, descansé un poco en la orilla y me piré, además ni una sola oportunidad de entrarle a mujers ni a la típica milfota solitaria. El resto del día igual o peor, aburrido, tedioso, infumable, dando paseítos, me acosté pronto. Con lo visto ni me planteé salir de noche, madrugón y vuelta a casa cuanto antes sin parar y pisando fuerte.
La mala experiencia, sin embargo, no fue suficiente para hacerme espabilar y a los dos meses me preparé otro viaje, esta vez 10 días a otro destino que también combinaba playa y turismo cultural. Iba decidido a pasar unos días de relax máximo haciendo lo que me diera la gana, sin forzarme a nada y tratando de conocer gente, a ser posible mujers, sin ningún complejo, pensando que un cambio de mentalidad me haría disfrutar del viaje me lancé a alquilar un apartamento caro, a reservar en un buen restaurante y también planifiqué varias escapadas a los alrededores por si acaso la población en la que me iba a alojar me aburría.
Otra vez lo mismo, tedio al segundo día, pero ahora combinado con la desazón de ver toneladas de cortinas en pareja, grupitos de amigos y hasta familias y jubilados pasándola bien y yo en la cosa aburrido. Para estar en el apartamento foreando y viendo NOPOR me quedo en Madrid, humildemente lo digo. Al segundo día, con una botella de Veuve Clicqout que me había bebido a morro en el jacuzzi tomé la determinación de encontrar a alguien con el que pasar esos días, lo intenté con Tinder, Meetic y Badoo, llamé a varios amigos pero ninguno estaba disponible, también medité ir de pilinguis pero eso no solucionaba nada, así es que un último y desesperado intento me puse a escribir a mis ex, que obviamente fliparon. Mentí, insistí y me arrastre, al final una de ellas (inesperadamente la más guapa) accedió a venir, a gastos totalmente, pagados billete incluido y cena en un buen restaurante (adelanto de nómina manda), y me dejó muy claro que aquello no significaba que nos fuéramos a acostar juntos, lo cual para mí era lo de menos, había dos camas.
Diréis que soy un triste pagafantas de cosa pero aquella inversión de menos de 4 cifras convirtió un despropósito de viaje de 10 días en algo bastante pasable. Mi ex sabía lo que pasaba desde el principio y estuvo muy agradable, ni rastro de la loca histérica con lo que yo había estado, debí darle tanta pena que el último día y por pura compasión me agarró cuando nos íbamos a dormir y me plantó un beso con lengua que me supo mejor que la mejor de las fideuás de a 30€ que había tomado aquellos días, nos acostamos juntos y se dejó hacer de todo, se que fue por la pura pena que le di pero me dio igual.
¿Conclusión de este tocho? Se puede viajar solo para hacer alguna travesía por el campo o hacer vivac en mitad de la nada, cualquier otro destino es la fin en vida:
Buscamos de forma natural el bullicio, el ambiente joven, estar rodeados de gente guapa y por supuesto estar en compañía. Ahora vendrán los de siempre a inventar autoestima negándolo y ridiculizando, me da igual, ir solo es de ser un FRACASADO, yo no he vuelto a hacerlo, por suerte tengo pareja, amigos y familia disponibles para ir de viaje donde quiera.
