ES MEJOR QUE ERREJÓN PIENSE CUATRO DÍAS A LA SEMANA QUE CINCO

KUTRONIO

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10 Mar 2010
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La izquierda es un saco lleno de ideas estupendas. Lo malo para la izquierda es que se trata de ideas que por su simpleza no suelen superar la adolescencia y los primeros encontronazos en la vida con el mundo real. Lo bueno para la izquierda, sin embargo, es que las sociedades occidentales parecen haber estirado la adolescencia y el pensamiento adolescente hasta mucho más allá de lo que sería natural. El penúltimo objetivo de los ataques de la ultraizquierda es el trabajo. Hay que dirigirse hacia un horizonte en el que dejemos de trabajar.



En segundo lugar, porque en realidad esto es lo segundo, este vídeo reafirma la idea de que la izquierda se nutre de pensamientos y electores adolescentes, ya sea por edad o por un estancamiento mental. Y es que progresar cuesta más trabajo que estancarse y la premisa es que no hay que trabajar. Si Errejón, por otro lado un eterno adolescente, quisiera habernos dado adrede la razón respecto a la adolescencia de sus ideas, compartiendo sus reflexiones con soyunapringada (se llama así) no nos lo podría haber puesto mejor. Llama la atención sin embargo que Errejón haya elegido como interlocutora de sus reflexiones a este lamentable personaje, que quiere apiolar a todos los simpatizantes de VOX. ¿Tiene alguna otra cualificación para opinar sobre economíua? La izquierda no hace más que homologar y normalizar personajes caracterizados a partes iguales por su limitaciones intelectuales y por sus actitudes violentas, desde Valtonic a Cecilio G pasando por la pringada Esty Quesada. Por lo demás ver a Errejón de entrevistador, igual que a Rufián, igual que a Iglesias, aparte de perturbador invita a pensar quién es el creador del molde o quién está imitando a quién. Pero todo esto que hemos dicho en primer lugar, hablando de personas en vez del tema fundamental del trabajo, en realidad es lo de menos y debería ir en segundo lugar.

Lo fundamental respecto al asunto de tener como enemigo el trabajo y como objetivo el dejar de trabajar es que la izquierda, una vez más, comete un error de perspectiva a la hora de analizar la realidad. Estar tumbado sin hacer nada no es la meta sino el punto de partida, el problema es que al rato tienes hambre y la comida no te llega sola a la boca siguiendo tumbado. Entonces tienes que coger la lanza y salir a apiolar un bisonte. Podemos volver al comienzo de la historia, pero renunciando a todo lo conseguido por no habernos quedado tumbados. Si quieres comida y seguir tumbado tu única opción es conseguir que te consiga la comida algún otro. O sea hacerte socialista. Pero eso no es conseguir que los seres humanos dejen de trabajar, sino que unos seres humanos se aprovechen de otros.


A que uno trabaje por dos mientras otro se queda tumbado no podemos llamarlo haber acabado con la necesidad de trabajar, sino socialismo o echarle a la vida mucho morro. La forma de lavar la cara al jeta que se queda tumbado es difamar al que trabaja por los dos, que es un rico, un ambicioso, un usurero, un egoísta, un insolidario, que sólo puede hacerse perdonar estos defectos trabajando para el que se queda tumbado.

Suele reprocharse al cristianismo el ser culpable del estancamiento de la ciencia, como si existiera una oposición radical entre la razón y la ciencia, como si los países cristianos no fueran los más científicamente avanzados y como si la mayoría de los científicos no hubieran sido no ya cristianos, sino hasta religiosos, desde Copérnico hasta Lemaitre pasando por Mendel. El caso es que, ¿cómo va a progresar una sociedad que abomine del trabajo o que considere que las alternativas en la vida son ser rico o "amigo"? ¿A dónde nos puede llevar la izquierda? Las alternativas son la miseria o la incoherencia.


Como decíamos al principio hacer nada no es la meta sino el punto de partida, el punto cero de la humanidad. El problema es que si no haces nada no hay caza, ni cosecha, ni agua, ni fuego, ni cabaña que te de techo. Las cosas no han cambiado en realidad mucho desde entonces, simplemente la sociedad es más compleja y los trabajos más sofisticados y variados. Lo que sigue sin cambiar es que los recursos esenciales no caen del cielo. Si todos nos quedamos tumbados sin hacer nada el agua deja de salir del grifo, la luz se apaga y la comida desaparece de los estantes.


¿Podríamos por lo menos trabajar la mitad, cobrar lo mismo y no reducir la producción? Para poder hacer eso es preciso una revolución tecnológica. O sea, si alguien que fabrica 10 zapatillas al día pasa a trabajar la mitad, si no deja de fabricar 5 zapatillas es que estaba perdiendo mucho tiempo en el trabajo o trabajando muy mal, y estafando a su contratador. ¿Qué hay que hacer entonces para cobrar lo mismo? Porque supuesto se trata de trabajar la mitad pero cobrar lo mismo. ¿Duplicar el precio de las zapatillas? ¿En serio Errejón no ve cómo va naufragando su razonamiento? Cuando se pueden seguir fabricando 10 zapatillas trabajando la mitad normalmente es que ha habido un cambio en la tecnología y la forma de trabajar. Sin una duplicación de la productividad, no se puede reducir sin más el trabajo a la mitad. Y evidentemente no sin consecuencias. Lástima que Errejón o Soyunapringada no sean empresarios, para enseñarles a los demás empresarios a producir lo mismo con la mitad de trabajo, manteniendo los sueldos y sin subir los precios. ¿Cómo llamaríamos a que Errejón mantuviera su sueldo de diputado pasando a trabajar la mitad? ¿Fraude al contribuyente? ¿Corrupción? En su caso particular, sin embargo, es probable que cuanto menos trabajara mejor para el contribuyente, la nación y la humanidad en general, pero su caso es una excepción porque Errejón pertenece a la minoría a la que resultaría rentable pagarle por no trabajar. Bien es cierto que todo el gobierno de España pertenece ahora mismo a esa minoría. Mucho habría que pagar a este gobierno por no trabajar para que el resultado no fuera mucho mejor que dejarle trabajar.



¿Está mal tener tiempo libre? ¿Hay que vivir entonces para trabajar? Trabajar para vivir seguro que sí. Vivir para trabajar no necesariamente. Vivir para no trabajar sólo si eres un okupa o un comunista radical. Hay quien encuentra tiempo para todo. Hay quien teniendo más tiempo que nadie hace menos que nadie. Hay a quien le gusta su trabajo o su actividad. Hay quien encuentra un equilibrio entre lo que le aporta el trabajo (empezando por un salario, pero puede que no sólo eso) y lo que le quita. Hay quien experimenta satisfacción al contemplar su trabajo como una labor social, y casi todo trabajo en el fondo de algún modo lo es. Trabajar y vivir no son necesariamente cosas contradictorias todo el tiempo. Alguien obsesionado por trabajar y alguien obsesionado por no trabajar seguramente están en un extremo equivocado de la escala vital.


Por lo demás, ¿por qué la izquierda lanza constantemente propuestas tan simplistas e infantiles ya sea respecto al trabajo, el sesso, la inmi gración, la vivienda, los precios, el gasto publico o cualquier otra cosa? En el propio enunciado de esta teoría errejonista del trabajo quizá va implícita la respuesta. Pensar también es un esfuerzo y cuesta trabajo. Sus conclusiones son aquellas a las que se llega trabajando y pensando menos que los demás, reduciendo a la mitad la jornada intelectual. Pensar menos para vivir más. Y si puede ser a costa de los demás.
 
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